1. El Pico.

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Era una tarde muy aburrida, mi mejor amigo, Jano y yo estábamos viendo videos en YouTube aburridos. Él tenía su brazo por encima de mis hombros mientras se terminaba de comer su donut favorito: chocolate con nuez moscada por encima.

Él y yo nos conocemos desde que tenemos cinco años, la primera vez que nos vimos fue cuando él se mudó de Colombia a New Orleans, íbamos juntos a la misma clase en educación infantil, lo marginaban mucho por ser nuevo y por venir de otro país, se podría decir que yo fui la única que me acerqué a él y le entregué ese donut de chocolate y nuez moscada. A partir de ese día hicimos todo juntos.

—¿Hacemos algo loco? -Preguntó sacándome de mis pensamientos.

—¿Con algo loco a qué te refieres? Me das miedo.

Él rió y negó chupándose los dedos para quitar todo rastro de chocolate. Me enderecé en mi sitio esperando una respuesta por su parte.

—Es un juego lo que se me ha ocurrido.

—¿Jugar al parchís? -Pregunté algo feliz.

El parchís me encantaba, yo no sé por qué él lo odiaba tanto. Jano me miró aburrido y negó.

—El juego se llama tipos de besos.

Mi cara se fue contrayendo por la confusión.

—Explícate.

—Solo un beso por día, empezando por el más básico hasta llegar al más pasional —comentó Jano dejándome aún más confundida.

¿Besarnos él y yo? No es por sonar mojigata, pero yo nunca había besado a nadie, si, tengo dieciocho años, pero nunca me había importado el tema de salir con chicos o pasar una noche con uno. Solo había estado centrada en los estudios y en ser alguien de provecho... Si, estoy sonando como una...

—Sabes que nunca he dado un beso.

—Lo sé, monja, lo sé.

Lo miré mal y suspiré.

—¿Qué me dices?

—Un juego, es un juego —le quité importancia.

Que el primer chico que me besara fuera mi mejor amigo no me parecía tan mala idea. Jano, era un chico muy atractivo, su cabello un poco largo de color rubio, su piel morena, su mandíbula definida y algún que otro tatuaje esparcido por su cuerpo, Jano era alto, me sacaba dos cabezas, aunque pensándolo bien a mí cualquiera me sobrepasa de altura, pues medía 1,55, Jano era alguien muy Atlético, siempre hacía ejercicio e incluso algún año se presentó a las carreras que hacían los vecinos para divertirse un poco todos los del pueblo. Claro que nunca descuidó sus estudios por el ejercicio.

—Ponemos reglas.

—Odio las reglas.

Él rió y asintió.

—Pues nada de reglas.

Levantó los brazos y ambos reímos.

—Venga, solo ponemos dos, empieza.

—Nada de sentimientos.

Asentí pensando en la segunda regla.

—Si por algún casual, los besos más pasionales suben de intensidad, dejarlo.

—O sea, que nada de follar.

—Exacto.

Ambos asentimos.

—Yo no sé ningún beso, bueno el más básico que todos conocemos.

—Los buscamos por internet.

Tipos de besos. +18 (1&2)✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora