15. Beso En Una Zona Delicada.

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Le pedí a Jano de favor que me llevara a la casa de su hermana, que necesitaba hablar con ella de algo importante. Di gracias a que él no hiciera preguntas y que solamente asintiera y me dijera que él iría con Harry.

Así que allí estaba: esperando a que Charlet me abriera. Al verme llorar me abrazó fuerte y entró conmigo entre sus brazos.

—¿Pasó algo con Jano?

Negué sentándome en el sofá. Ella me miró ceñuda esperando una explicación de mi parte.

—Estuvimos donde tu madre —ella asintió —y me contó... Me lo contó todo, Charlet, yo-yo no sé cómo contárselo, como asimilar todo —ella se llevó la mano a la boca para ahogar un sollozo —no puedo creer que Jano se vaya a morir, Clara me dijo que sería en meses o en años, que no se sabía, pero... Joder... Se irá antes de tiempo —. Charlet se levantó y me abrazó con muchísima fuerza —os iréis los dos...

—Arlet —susurró con la voz rota.

—¿Qué hago? —Susurré.

—No se puede hacer nada, solo vivir el día como si fuera el último —, sonrió —ya no solo nosotros porque estamos enfermos, sino porque nunca se sabe cuándo puede ser tu último día de vida —, besó mi frente —y lo mejor que puedes hacer es disfrutar.

Nos quedamos en silencio durante unos segundos hasta que ella volvió a hablar:

—Cuando mi madre me lo contó sentí un vacío enorme, me había dicho que mi muerte sería antes de tiempo —rió sin gracia por la tristeza y el miedo que eso seguramente le daba —pero yo cogí fuerzas y me obligué a salir hacia adelante, sin pensar en el mañana, sin querer ver la oscuridad que esa noticia había traído a mi vida, yo iluminé esa oscuridad con fuerza, sin dejar que me comiera la tristeza y solo hubiera lugar para la felicidad y los buenos momentos —cogió mi mano —sé que si se lo cuentas a mi hermano eso hará él, porque es como yo, Jano es fuerte y luchará hasta el último momento, eso debes hacer tú también.

Asentí limpiando mis lágrimas.

—Nadie merece eso, nadie merece sufrir así.

—Lo sé, Arlet, pero la vida muchas veces es injusta, lo es sin explicaciones ni razones algunas —se encogió de hombros —nosotros los humanos hemos creados para plantarle cara a esas injusticias de la vida y no dejar que acaben con nosotros.

—Joder —susurré —eres muy fuerte.

—A veces, ahora mismo estoy cagada de miedo.

Ambas reímos.

—El miedo es lo que te hace fuerte.

—Eso es, Arlet, pero ahora te queda lo más fuerte, contárselo.

—No, lo más fuerte viene si lo pierdo.

Las lágrimas volvieron a salir de mis ojos. Ella se quedó en silencio, pues ahí no había nada para decir. Esa era la realidad, la triste realidad.

Decidí volver a casa caminando. Al llevar vi el coche de Harry aparcado. Suspiré y toqué al timbre ya que me había dejado las llaves dentro. Fue Jano quien me abrió, al verme me volvió a abrazar con fuerza haciendo que yo rompiera a llorar.

—¿Qué te pasa, pequeña? Me duele mucho verte así —dijo en una voz muy suave haciendo que mi corazón se encogiera.

—¿Podemos hablar a solas?

Jano miró hacia atrás y asintió.

—Venimos ahora —avisó a Harry.

Él solo asintió y nosotros subimos a la habitación. Nos metimos en la suya. Caminamos hasta la cama para luego sentarnos. Jano cogió mi mano y la acarició con delicadeza.

Tipos de besos. +18 (1&2)✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora