Tipos de besos. +18 (1&2)✔️

17. Un Acuerdo.

Cuando nos levantamos a Harry y a mí nos tocó limpiar la casa mientras que mi hermana y Arlet iban a comprar el desayuno.

Cuando llegaron a casa y vi a Arlet sacar de la bolsa una ensalada cesar, fruncí el ceño, sé que a ella le encantaba todo lo que llevara ensalada igual que a mí que tengo un millón de comidas favoritas, pero... ¿Desayunar ensalada? Nunca había visto eso.

Me acerqué a ella acariciando su cintura.

—¿Sigues enfadada conmigo? —Pregunté en un susurro.

—No —respondió seca.

—Arlet.

—¿Tú sabes el calentón que me dejaste? —Elevó un poco la voz haciendo que mi hermana y Harry nos miraran —no me voy a enfadar por eso, no me voy a enfadar por eso —repitió cogiendo su ensalada que estaba encima de la encimera.

—¿Quién desayuna ensalada?

—Yo, voy a ponerme a dieta.

—¿Para qué? ¿Tú has visto el cuerpo que tienes?

—El mismo desde hace dieciocho años —respondió borde.

Rodé los ojos y me serví un café.

—El mismo cuerpo no tienes —se metió Harry haciéndome girar para mirarlo.

—¿Te quieres callar, imbécil?

Harry hizo como si se cerrara una cremallera en los labios y siguió bebiendo su Cola-Cao.

—Hoy se dé una que no se levantó de muy buen humor —miré a mi hermana —aunque vaya tela lo tuyo también, dejarla con el calentón con lo mal que sienta.

Se puso de su lado haciéndome rodar los ojos.

—Si la dejó con el calentón por algo sería, él no es así, le encanta follar y más con ella.

—Si no es para ayudar cierra la boca —le reprochó mi hermana.

Miré a Arlet, ella pinchaba el tenedor en la ensalada mientras miraba su teléfono.

—Una pregunta —habló de repente Harry —¿habéis comprado el material para clase?

—No, y no lo pienso comprar hasta saber cien por cien que necesito —respondió mi hermana —la última vez que compré sin saber me gasté cien dólares y la mitad de ellos no los usé.

Arlet la miró y rió.

—Yo solo compro los cuadernos, un lápiz... —Cerró la boca —vamos, lo esencial.

Todos reímos. Arlet se levantó y me entregó la mitad de la ensalada.

—Se que te gusta, así que toma —habló con delicadeza, aunque todavía estaba algo enfadada.

Cogí la ensalada entre mis manos y la miré mientras subía las escaleras. Harry me miró con una sonrisa de oreja a oreja.

—No entiendo para qué formas te tanto alboroto.

Lo miré con los ojos abiertos de par en par. Él se llevó la mano a la boca de repente muy seguramente haciéndose daño.

—Te puede escuchar imbécil.

Mi hermana le dio un golpe en el brazo. Miré por si estaba Arlet cerca pero no.

—Perdón —dijo él.

—Aunque también estoy con él, no sé para qué tanto si podía habérselo confesado y ya —le siguió el juego mi hermana.

—¿Ya empezáis?