—Entra a la escuela a las 7:30, por favor que no llegue tarde.—Era la quinta vez que Wooyoung le explicaba los horarios de Chaewon a Luofei. Hyejoo y Yunho ya se habían ido, por supuesto, no sin antes recibir un par de quejas de San, Hyejoo le había dicho que lo ayudaría a ordenar su cuarto y no cumplió con su palabra. Ahora, el pelinegro permanecía sentado a un lado de la adolescente mientras escuchaba a Wooyoung hablar.—Estaré muy agradecido si pueden llevarla e irla a buscar. No quiero que ocurra esto otra vez...
—Por supuesto, señor Jung. No se preocupe, la cuidaremos bien.—Zhang Luofei era tan similar a un ángel que Wooyoung no podía desconfiar de ella. No podía confirmarlo, pero algo en la chica le decía que cuidaría de su querida hija con su vida entera.
—Papá...—Chaewon se levantó de su lugar y caminó hasta su padre para envolverlo en un dulce abrazo, todo bajo la atenta mirada de San.—¿Qué hay de mamá?
—Inventaré una excusa. No te preocupes por eso.
—Pero papá... Ella volverá a...
—Te he dicho que no hables sobre eso frente a extraños, Chaewon.
La chica simplemente asintió y luego de darle un ligero beso en la mejilla a su padre, volvió a su lugar a un lado de San.
Wooyoung se despidió de todos con un movimiento de mano, las únicas que respondieron fueron su hija y su profesora. San había decidido volver a mirar el suelo.
Wooyoung suspiró. Le dolía que ni siquiera le dedicara una simple mirada. Aunque sea una de odio. Pero muy dentro suyo sabía que era lo que merecía por ser una basura.
Wooyoung se fue.
Y San sintió sus ojos picar.
(...)
La cena estaba siendo la situación más incómoda que San tuvo en sus veintisiete años de vida. Nadie hablaba, y la única que comía era Zhang. San había perdido el apetito luego de ver a su ex novio. Y Chaewon... Chaewon aún tenía las palabras de su madre incrustadas en su cabeza.
—¿No te gusta el pollo frito, Chaewon?—Preguntó Luofei con cautela.
—Sí me gusta, señorita Zhang.—Dijo jugando con su pequeño plato de kimchi.—Es solo que... Mamá...
—No tienes que seguir hablando si no lo deseas, Chae.—Por supuesto, Luofei había comprendido lo que sucedía, al igual que San, que ahora miraba a la chica con pena en sus ojos.
—Puedo darte mi ensalada, si quieres...—Murmuró San. Por un momento había decidido dejar atrás todos los problemas que tenía con el padre de la chica y se permitió preocuparse un poco, solo un poco, por Chaewon.
—Está bien, señor Choi, no es necesa...
—Insisto.—Y le extendió su plato, sus facciones duras hicieron temblar a la menor.—No me gustan las ensaladas con vinagre.—Susurró.
Chaewon recibió el plato y se levantó de su lugar para hacer una reverencia. San gruñó, odiaba que sean tan respetuosos con él. No lo merecía. Pero ahora parecía que debería aguantar a dos chicas demasiado respetuosas, y eso lo irritaba.
—Señor Choi.—Luofei habló llamando su atención.—¿Cree que pueda llevar a Chaewon mañana a la escuela? Yo... No sé conducir.—Dejó escapar en susurro, pensando que Choi la rechazaría olímpicamente. Había notado que Chaewon no era de su agrado.
—Claro.
Sintió como un pedazo de pollo frito pasaba por el lado equivocado de su garganta. Comenzó a toser, Chaewon le daba golpecitos en la espalda y San solo miraba la escena con una sonrisa divertida.

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Eclipse || Woosan
Teen FictionChoi San quiere llegar al cielo... Sin embargo, Jung Wooyoung logrará volver a hundirlo en el infierno. (...) Segunda parte de Egoist, es necesario leerla para entender todo lo que pasa acá. 19 capitulos+Prologo y epilogo.