La luz del sol golpeó su rostro con dulzura, los brazos que envolvían su cuerpo no le permitían moverse y el hombre debajo suyo dormía placidamente.
Frotó sus ojos antes de mirar a su alrededor; Al parecer nadie había regresado a la casa, pues todo seguía como lo recordaba.
El hombre debajo de su cuerpo comenzó a removerse y le dirigió la mirada, esperando pacientemente que este abriera sus ojos, cosa que sucedió luego de unos segundos. Choi San lo miró con ojitos cansados e hinchados, sus labios formaban un pequeño puchero y sus cabellos se pegaban en su frente por culpa del sudor. Sonrieron.
—¿Tienes calor?—Preguntó en un susurro, sintiendo las leves caricias que el mayor había comenzado a dejar en sus abultadas mejillas.
—Me estoy cocinando.—Su voz salía más ronca de lo normal. Pensó que con el tiempo comenzaría a amar la voz matutina de Choi San.
—Lo siento, yo... Debería moverme...—Comenzaba a desprenderse del cuerpo de San, intentando dejarlo respirar y sentir menos calor de esa forma, pero las manos del hombre se aferraron con fuerza a sus caderas, deteniendo todos sus movimientos.
—No irás a ningún lado, Jung.—Murmuró, el menor asintiendo con una sonrisa tímida.—No otra vez, no lo permitiré...
—San... ¿Dónde está Luofei, San?
—Se quedaría con unas amigas, según tengo entendido.—Habló previo a soltar un bostezo, cubriendo su boca con su mano derecha y dejando a sus ojos cerrarse una vez más.
—San... ¡San!—El mayor lo miró asustado, ¿qué andaba mal?—¡Chaewon!
—¿Chaewon?
—¡Maldita sea! ¡Dejé a Chaewon sola!—Sus manos habían comenzado a temblar, sorprendiéndolo pues no había notado que desde que había abrazado el cuerpo de Choi en la madrugada estas habían frenado sus constantes movimientos.—Debo volver, yo... Ella la dañará, ella podrá...
—Wooyoung... Relajate.—Sujetó sus manos con delicadeza y dejó que su pulgar acariciara los nudillos del menor, parando así los ligeros temblores.—Antes de dormirme recibí un mensaje de Luofei. Chaewon le avisó que iría a tomar sus clases a la casa de sus amigas, dijo que su madre ya estaba enterada.
—Oh, gracias al cielo...—Suspiró, el aire por fin viajaba con normalidad por su sistema.—Pero... ¿Cuántas horas dormiste, Sannie?
—Tres... Tal vez dos.
—¿¡Qué!? ¿¡Por qué hiciste eso!? ¡Estarás muerto en la tarde, San!
—No te preocupes, bonito.—Habló con su tipico pucherito en sus labios, Wooyoung deseó comerlo a besos ahí mismo.—He pasado días sin dormir y sigo vivo.
—Eso no está bien, San...—Su preocupación era evidente, y Choi no podía dejar de sentir su corazón arder.—¿Qué te quitaba el sueño?
—Tú.—Confesó sin dudarlo. Sus manos habían regresado a las caderas de Jung, y ahora dejaban leves caricias allí. En cuanto a Wooyoung, él se dedicaba a jugar con los cabellos largos de la nuca de San, disfrutando como nunca esas simples caricias en su cuerpo.—¿Me dirás que ocurrió anoche, Woonie?
—Yo... No lo sé, Sannie...
—Está bien, bonito.—Depositó un dulce beso en la punta de su nariz, haciéndolo sonrojar.—No tienes que decirmelo ahora, tomate tu tiempo... ¿Por qué mejor no tomas una ducha mientras yo hago el desayuno?
—Eso sería genial.—Susurró con una sonrisa.
Un último besito en la punta de su nariz le indicó que podía levantarse. San soltó sus caderas y se permitió caminar lentamente hasta el baño de la casa del mayor, sabiendo bien que este no le quitaba la mirada de encima.
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Eclipse || Woosan
FanfictionChoi San quiere llegar al cielo... Sin embargo, Jung Wooyoung logrará volver a hundirlo en el infierno. (...) Segunda parte de Egoist, es necesario leerla para entender todo lo que pasa acá. 19 capitulos+Prologo y epilogo.