EPILOGO

454 68 30
                                    

La habitación de Chaewon era un sueño. Con hermosas paredes amarillas pastel, muebles blancos, una cama pequeña donde con suerte entraban sus miles de peluches y posters de sus bandas favoritas decorando cada rincón, era su espacio seguro.

La chica de diecisiete años recién cumplidos aplicaba rubor en sus mejillas con delicadeza cuidando no arruinar la tela del bello vestido que llevaba puesto.

Soltó una pequeña risa cuando la queja de su padre se escuchó del otro lado de la puerta. Por suerte, pronto arreglarían ese escalón que tantos tropezones les había generado.

Susurró un suave "pase" cuando golpearon a su puerta, Wooyoung entrando por esta al recibir la confirmación. Ambos se miraron y se dedicaron una sonrisa dulce.

—¿Ya te irás?

La pelirroja asintió y se puso de pie. Pudo jurar ver un brillo especial en los ojos de su padre cuando este la vió con aquel vestido amarillo con detalles blancos que tanto guardaba en lo profundo de su corazón.

—¿Estás seguro de que me permites usar esto, papá?

—Más que seguro.—El hombre se acercó a ella y la ayudó a ponerse un pequeño collar en su cuello, uno de plata con un lindo dije de corona.—Yo jamás lo usé... Creo que es muy especial que mi persona favorita lo use en su primera cita con su persona favorita.

Chaewon escondió su sonrojado rostro detrás de sus manos y soltó una pequeña risita avergonzada.

Ese día tendría una cita con Minju quien, luego de tantos pasteles mal decorados, flores que perdían sus pétalos por el camino y cartas con letra desprolija, logró conquistar el corazón de la pelirroja. No está de más decir que cuando Wooyoung se enteró no solo lloró, sino que también se encargó de llamar a todo el mundo para comentarles las buenas nuevas. Según sus palabras "le enorgullecía ver a su princesa convertirse en una adulta".

—Te ves preciosa, Chae.

Comentó con pequeñas lágrimas comenzado a decorar sus abultadas mejillas. Chaewon solo pudo sonreír mientras se miraba al espejo. Por fin, luego de muchos comentarios sobre su cuerpo, lograba verse bella. Le daba igual tener el estómago abultado por comerse una pizza entera sola mientras miraba Mean Girls por la noche, le daba igual esa espinilla que comenzaba a salirle en la barbilla, y le daba igual que su tía Suhyeon se viera obligada a agrandar un poco el vestido porque tenía un par de kilos más que su padre cuando era adolescente.

Le daba igual porque sabía que a su padre le gustaba así. Le daba igual porque sabía que a sus tías les gustaba así. Le daba igual porque sabía que a Minju le gustaría así.

Y le daba igual porque a ella misma le gustaba así.

—¿Qué hora es, papá?

—Cuatro menos cuarto... ¿Quieres bajar para que te vean antes de que te vayas?

Y, con una sonrisa sincera, la pelirroja asintió y siguió a su padre escaleras abajo. En la sala, tomando sodas y comiendo frituras, estaban todos sus tíos; Suhyeon -quien gracias al examen de ADN supo que efectivamente era la hermana perdida de Wooyoung-, Moon Sua, la esposa de su tía, Hyejoo y Yunho.

—¡Ya llegó la princesa!

Chaewon rodó los ojos y se sonrojó en demasía cuando todos voltearon a verla. Su padre solía avergonzarla demasiado, pero lo amaba de todas formas.

Las primeras en ponerse de pie fueron Sua y Hyejoo, quienes se ofrecieron a ponerle un poco de delineador y mascara de pestañas. Suhyeon y Yunho simplemente se dedicaron a darle cumplidos desde sus lugares, demasiado ocupados comiendo como para ponerse de pie.

Eclipse || WoosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora