Eclipse || Woosan

14

—No me gusta como te queda ese vestido.

—Creo que se ve bonito.

Jung Chaewon y sus padres compraban ropa para la menor. Habían pisado más de nueve tiendas y todavía no encontraban ni una sola prenda que les guste a los tres.

Mejor dicho, que le guste a Jihan.

Lo que parecía ser un hermoso momento familiar, en realidad era una tortura mental para la pelirroja. Su madre no dejaba de hacer comentarios sobre su físico, comparándola con ella misma cuando era más joven, argumentando que con ese estilo de ropa no le gustaría a nadie. La saboteaba de las formas más crueles posibles, incluso muchas personas que pasaban por allí llegaban a mirar con pena a la adolescente, no podían creer como una madre podía ser tan inhumana con su propia hija.

—Mira tu cintura, Chae... ¿Qué demonios te dieron de comer en esa casa?

La menor suspiró. Comenzaba a hartarse de dejarse pisotear por su madre. Si algo había aprendido en casa de Choi San y Zhang Luofei, era que ella valía más que las simples palabras de una mujer cuya adolescencia fue un infierno.

No era su culpa que su madre se odiara de esa forma.

—Llevaré este vestido, papá.—Murmuró hacia el hombre, quien asintió con una sonrisa mientras sacaba su billetera de su bolsillo. Su hija parecía una princesa.

—No. No lo harás.—Se negó la mujer.—Busquemos otra cosa... Tal vez ese rojo de allí.—Wooyoung simplemente rodó sus ojos y volvió a guardar su billetera. Su hija se acercaba cabizbaja hacia el vestido que su madre le indicó, y él planeaba seguirla pero la mano de Jihan sobre su brazo lo obligó a frenarse. Volteó a mirar a la mujer, quien sostenía con una sonrisa el vestido verde que Chaewon se había probado momentos atrás.—Lo llevaremos.

—¿Se lo darás a Chaewon como sorpresa?

—Oh Woonie, no seas tonto.—Soltó una risita traviesa, una que pretendía ser adorable, pero Jung sólo sintió ganas de vomitar.—Es para mí.

—Dijiste que no te gustaba como se veía.

—En Chaewon, Woonie.

—¿Por qué le haces esto? No es su culpa que seas una maldita insegura.

—Woonie...—De inmediato, los ojos de Jihan se llenaron de lágrimas. La expresión neutra de Wooyoung no cambió en ningún momento.—¿Por qué eres así? Duele que digas esas cosas...—El hombre frunció el ceño. No sabía qué pretendía Jihan, pero sea lo que sea le saldría mal. No se dejaría manipular tan fácilmente.—Quiero cambiar, Wooyoung... Estar alejada de tí fue un infierno y yo... Yo realmente te amo. Y estoy tan arrepentida por todo lo que hice que... Quiero desaparecer. No soporto saber que te dañé, que te lastimé de todas las formas posibles... Perdóname, por favor. Y dame otra oportunidad... Por favor...

Su única reacción fue alejarse de la mujer unos cuantos pasos. Temía que su vida corriera riesgo si se mantenía cerca de ella. No encontraba formas de escapar de esa situación. Su corazón latía a mil por hora cada vez que su ex esposa se acercaba más y más a él lentamente.

—Jihan, yo...—Debía pensar en algo rápido si quería salir con vida de allí. En esos momentos, esperaba que un hombre con chaqueta de cuero y facciones firmes ingresara por la puerta de la tienda para salvarlo. Pero eso, por supuesto, no sucedería. No supo cómo ni porqué, pero aquella afirmación salió escapada de su garganta en cuestión de segundos, como si sus órganos se hubiesen puesto de acuerdo en encontrar una solución para su problema.—Ya amo a alguien más... Lo lamento.

Jihan sintió su mundo desvanecerse. No podía creer las palabras que habían salido de los hermosos labios de cerezo de su amado. No podía creer que Jung Wooyoung amara a alguien más. Jung Wooyoung ya no la amaba.