Leathan y yo descansábamos en nuestros aposentos, él abrazaba con ternura mi cuerpo mientras que yo jugueteaba con su cabello. Habían pasado meses desde nuestra boda y por supuesto, desde la última batalla que se había librado en el que ahora era mi hogar. Los habitantes de Brexfarn estaban llenos de alegría porque la legítima reina había ascendido al trono y el reino comenzaba a recuperar la prosperidad que aquel hombre que por meses lo hundió en la miseria, le había arrebatado. Sloan quedó en el pasado.
Muchos quisieron olvidar los terribles días en los que Sloan reinó, pero yo no quería que esos sucesos quedaran en el olvido puesto eso podía propiciar que volvieran a repetirse. Quería que el pueblo recordara que la ambición de un solo hombre nos llevó a la desgracia a miles y que el poder solo podía ser ostentado por alguien quien quisiera servir y no ser servido, la ambición fue una peste cuyos estragos nos golpearon y la única forma de evitar que volviésemos a repetir esos errores sería teniéndolos en nuestra memoria.
De toda esa pesadilla, había algo importante que destacar, me hizo darme cuenta de quiénes eran las personas en las que podía confiar, quiénes estarían a mi lado en momentos buenos y malos; esas personas tendrían mi agradecimiento eternamente. Y de igual forma, me hizo darme cuenta de la valentía que vivía en mí y que solo descubrí al creer todo perdido.
Al final el amor que Leathan y yo sentíamos dejó de estar oculto y venció, nos dio la fortaleza para enfrentar al enemigo, burlar la muerte y vencer. Estando con él no había cabida para el miedo, no podía temer a nada cuando lo peor había pasado ya, y sabía que, si la adversidad volvía a llegar a nuestras vidas, juntos podríamos superarla nuevamente.
— Rowan, te amo. — Dijo a mi oído acariciando mi rostro.
— Y yo te amo a ti. — Contesté con una risita.
— Es impresionante pensar en todo lo que tuvimos que pasar para estar en este preciso lugar y momento. — Dijo pensativo.
— Tienes razón. Para ser honesta, hubo un momento en el que quise dejarlo todo, pensé que esto no tendría fin y que ya no tenía sentido seguir intentando, pero es un alivio saber que las cosas se tornaron tan buenas para todos y todo fue gracias a ti Leathan, siempre fue gracias a ti.
— No me des tanto crédito por este resultado, yo solo hice lo que creí correcto.
— Sí te lo doy, si esa noche no hubieras huido conmigo, tal vez desde hace mucho yo ya no estaría en este mundo.
— Rowan, desde que éramos niños me prometí protegerte, tu amistad era lo más valioso para mí y por ende tú también lo eras. Esa promesa sigue en pie y más fuerte que nunca porque ahora eres mi esposa; viviré cada día de mi vida para cumplirla.
— ¿Por siempre? — Pregunté sobre sus labios.
— Toda la vida, hasta que mi corazón deje de latir.
Y lo hizo, cumplió su promesa protegiéndome, amándome y dándome la vida más feliz que cualquiera pudiese desear. No solo era un esposo maravilloso, sino que tiempo después se convirtió en un padre excepcional y juntos, a pesar de nuestra inexperiencia, logramos darle a nuestro reino armonía, paz y bienestar.
Desde el momento en que lo conocí, supe que era él y no estaba equivocada, pues a pesar de que la vida nos llevó a través de caminos tempestuosos, terminó uniéndonos. Cada decisión que tomé, me condujo a él y al final continuamos caminando por la misma senda juntos como uno mismo.
¡¡¡Hola!!!
Una eternidad después publiqué el epílogo jaja.
Así es como llega a su fin esta historia que espero les haya gustado.
Gracias a quienes leyeron y votaron y también a quienes continúen haciéndolo.
Saludos ☺️
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Huyendo de la traición
Historical FictionDespués de que el más fiel consejero de su padre lo asesinara para quedarse con el trono, Rowan la princesa de Brexfarn, logra huir con ayuda de uno de los sirvientes del palacio, quien también es su más grande amigo y amor secreto. A pesar de que a...