El día de la coronación había llegado, un número exagerado de doncellas me ayudaban a alistarme. Mientras unas cuantas peinaban mi cabello, otras llenaban mis brazos y piernas con aceites de deliciosos aromas; el enorme vestido estaba listo para ser usado, así como unos pendientes de perlas y el anillo del sello real.
A pesar de todo lo sucedería ese día, lo único que me tenía agobiada era la reunión con el consejo, yo sería la reina, sin embargo, eso no les impediría inconformarse con mis decisiones y de ser así mi muy estructurado plan se vería estropeado.
— ¿Cómo va todo Katherine? — Pregunté a mi doncella, cuando entró a la habitación.
— Todo en orden majestad, el gran salón ya está casi listo para la celebración.
— ¿Mi carruaje está listo?
— Sí, majestad.
— Muy bien.
— La ayudaremos a vestirse, ya casi es hora.
Me puse de pie después de dar un profundo respiro, varios pares de manos comenzaron a calzarme, apretarme cintas, y vestirme, hasta dejarme ataviada con el elegante vestido.
— La capa ceremonial esperará hasta que llegue a la abadía.
Me preparé para la procesión hasta la abadía, tradicionalmente dicha procesión se realizaba en una litera adornada con telas y almohadones, sin embargo, esta vez había decidido dejar de lado esa tradición dado a los más recientes acontecimientos, no podía estar completamente segura de que todos los partidarios de Sloan habían sido apresados y por ende no podía ponerme en tal riesgo; realizaría la procesión en mi carruaje, estaría acompañada de mi doncella Katherine y el carruaje estaría escoltado por un grupo de guardias.
Conforme nos acercábamos a la ciudad podía escuchar el tumulto, aún no podía diferenciar si todo aquel alboroto era signo de inconformidad o de emoción, pero conforme avanzábamos, mis miedos se disipaban pues la gente se veía feliz, saludaban y vitoreaban mi nombre detrás de las barreras de madera que se habían dispuesto a los laterales del camino.
— Estoy segura de que este día va a recordarse con mucha felicidad en el pueblo, su regreso fue luz al final del camino de oscuridad en el que nos encontrábamos atrapados.
— Temía que la gente resintiera la forma en la que volví, pero al parecer es todo lo contrario.
— Los días con Sloan al mando fueron un infierno, vivíamos cada uno de nuestros días con miedo; no tiene idea de la felicidad que experimentamos en el castillo cuando supimos que usted aún vivía.
— Prometo que nada de eso se repetirá, protegeré este reino y los protegeré a todos ustedes, no descansaré hasta que la prosperidad vuelva, será un largo camino, pero les aseguro que jamás volverán a tener miedo de las decisiones de la corona.
Katherine solo asintió con una sonrisa tímida en sus labios, no hablamos el resto del camino pues me mantuve ocupada saludando por la ventana del carruaje a todas las personas que se encontraban amontonadas tras las barreras. El viaje no fue muy largo y pronto nos encontramos en el frente de la abadía.
— Majestad, ya está todo dispuesto, la ceremonia está por comenzar. — Dijo Donovan abriendo la puerta del carruaje, él y los demás habían llegado tiempo antes.
— Gracias Donovan.
Bajé del carruaje y Katherine se apresuró a colocar alrededor de mis hombros la capa ceremonial, a mi encuentro salió el sacerdote, quien sin mediar palabra conmigo comenzó a incensarme murmurando palabras que no pude escuchar.
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Huyendo de la traición
Historical FictionDespués de que el más fiel consejero de su padre lo asesinara para quedarse con el trono, Rowan la princesa de Brexfarn, logra huir con ayuda de uno de los sirvientes del palacio, quien también es su más grande amigo y amor secreto. A pesar de que a...