Después de nuestra derrota habían transcurrido varios días sin novedad de los informantes, todos estábamos expectantes por confirmar el nombre del traidor para darle su castigo y mientras el nombre no se supiera no podían llevarse a cabo nuevos ataques o corrían el riesgo de resultar infructuosos.
Esa tarde salí a cabalgar con Bastian para distraernos; era una de mis actividades favoritas cuando vivía en Brexfarn, había pasado mucho tiempo desde la última vez que lo había hecho y volver a retomar ese pasatiempo me hacía sentir bien, había extrañado pasar entre los árboles a toda velocidad, sentir el viento chocando contra mi rostro y mi cabello juguetear libre, casi había olvidado como se sentía aquello.
— Veo que a pesar de la falta de práctica sigues siendo buena. — Dijo Bastian una vez que comenzamos a cabalgar de regreso.
— Sí, no lo negaré, sigo siendo muy buena, incluso más que tú. — Alardeé
— No importa cuantos años pasen, sigues siendo una presumida. — Bromeó.
— Cabalgar bien es una de las pocas habilidades que aún tengo, presumiré todo lo que me plazca. — Reí.
Nos acercamos al castillo entre platicas banales y sonoras carcajadas; nuestros caballos fueron llevados por los sirvientes a los establos para que descansaran, Bastian y yo también necesitábamos un descanso.
— Tengo una reunión con mi padre, te veré más tarde. — Dijo dirigiéndome una sonrisa y apretando mi mano.
— Yo iré a descansar un poco. — Di media vuelta y pude ver a Leathan en compañía de Rose, ella, parlanchina como siempre, hablaba a una velocidad impresionante, por la distancia no pude escuchar sobre qué versaba su plática, pero Leathan nos observaba a Bastian y a mí con rostro serio, restándole importancia a la conversación que sostenía con Rose; al notar que lo veía corrió su mirada y juntos entraron al castillo.
Eran contadas las ocasiones que podía hablar con Leathan y lo extrañaba, Rose había tenido su atención por días enteros, así que no veía inconveniente en que ella nos dejara tener una conversación solos. Me encaminé a los aposentos de Leathan pues ese era uno de los lugares donde usualmente pasaban el tiempo, no llamé a la puerta, sino que entré de pronto.
— ¿Qué te sucede Leathan? — Preguntó Rose con molestia a mi amigo, quien se encontraba de pie frente a una ventana; ambos voltearon a verme en cuanto entré.
— Lamento la interrupción. — Dije apenada.
— Descuida. — Respondió Leathan sonriéndome, mientras que Rose permaneció en silencio con rostro disgustado.
— Rose, podrías permitirme un momento a solas con Leathan.
— Por supuesto, iré a ayudar a la señora Mae. — Se puso de pie y esperé a que saliera del lugar.
— Hola. — Dije cuando estuvimos solos.
— Hola Rowan, ¿qué te trae por aquí? — Dijo bromista.
— Extrañaba a mi amigo, creí que podía tener un momento con él.
— Sabes que puedes venir a pasar el tiempo conmigo cuando quieras.
— Lo sé, pero no quiero ser una molestia para Rose.
— No deberías serlo, si ella está aquí es por ti, además... — Dudó. — A veces siento que necesito un tiempo a solas o con alguien más, Rose quiere estar a todo momento conmigo y... se torna muy monótono.
— No pensé que fuera así. — Dije extrañada.
— ¿Y tú? Casi siempre estás en compañía de Bastian. — Dijo desviando la conversación hacia mí.
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Huyendo de la traición
Historical FictionDespués de que el más fiel consejero de su padre lo asesinara para quedarse con el trono, Rowan la princesa de Brexfarn, logra huir con ayuda de uno de los sirvientes del palacio, quien también es su más grande amigo y amor secreto. A pesar de que a...