Capítulo X

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Después de nuestra derrota habían transcurrido varios días sin novedad de los informantes, todos estábamos expectantes por confirmar el nombre del traidor para darle su castigo y mientras el nombre no se supiera no podían llevarse a cabo nuevos ataques o corrían el riesgo de resultar infructuosos.

Esa tarde salí a cabalgar con Bastian para distraernos; era una de mis actividades favoritas cuando vivía en Brexfarn, había pasado mucho tiempo desde la última vez que lo había hecho y volver a retomar ese pasatiempo me hacía sentir bien, había extrañado pasar entre los árboles a toda velocidad, sentir el viento chocando contra mi rostro y mi cabello juguetear libre, casi había olvidado como se sentía aquello.

— Veo que a pesar de la falta de práctica sigues siendo buena. — Dijo Bastian una vez que comenzamos a cabalgar de regreso.

— Sí, no lo negaré, sigo siendo muy buena, incluso más que tú. — Alardeé

— No importa cuantos años pasen, sigues siendo una presumida. — Bromeó.

— Cabalgar bien es una de las pocas habilidades que aún tengo, presumiré todo lo que me plazca. — Reí.

Nos acercamos al castillo entre platicas banales y sonoras carcajadas; nuestros caballos fueron llevados por los sirvientes a los establos para que descansaran, Bastian y yo también necesitábamos un descanso.

— Tengo una reunión con mi padre, te veré más tarde. — Dijo dirigiéndome una sonrisa y apretando mi mano.

— Yo iré a descansar un poco. — Di media vuelta y pude ver a Leathan en compañía de Rose, ella, parlanchina como siempre, hablaba a una velocidad impresionante, por la distancia no pude escuchar sobre qué versaba su plática, pero Leathan nos observaba a Bastian y a mí con rostro serio, restándole importancia a la conversación que sostenía con Rose; al notar que lo veía corrió su mirada y juntos entraron al castillo.

Eran contadas las ocasiones que podía hablar con Leathan y lo extrañaba, Rose había tenido su atención por días enteros, así que no veía inconveniente en que ella nos dejara tener una conversación solos. Me encaminé a los aposentos de Leathan pues ese era uno de los lugares donde usualmente pasaban el tiempo, no llamé a la puerta, sino que entré de pronto.

— ¿Qué te sucede Leathan? — Preguntó Rose con molestia a mi amigo, quien se encontraba de pie frente a una ventana; ambos voltearon a verme en cuanto entré.

— Lamento la interrupción. — Dije apenada.

— Descuida. — Respondió Leathan sonriéndome, mientras que Rose permaneció en silencio con rostro disgustado.

— Rose, podrías permitirme un momento a solas con Leathan.

— Por supuesto, iré a ayudar a la señora Mae. — Se puso de pie y esperé a que saliera del lugar.

— Hola. — Dije cuando estuvimos solos.

— Hola Rowan, ¿qué te trae por aquí? — Dijo bromista.

— Extrañaba a mi amigo, creí que podía tener un momento con él.

— Sabes que puedes venir a pasar el tiempo conmigo cuando quieras.

— Lo sé, pero no quiero ser una molestia para Rose.

— No deberías serlo, si ella está aquí es por ti, además... — Dudó. — A veces siento que necesito un tiempo a solas o con alguien más, Rose quiere estar a todo momento conmigo y... se torna muy monótono.

— No pensé que fuera así. — Dije extrañada.

— ¿Y tú? Casi siempre estás en compañía de Bastian. — Dijo desviando la conversación hacia mí.

Huyendo de la traiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora