Capítulo XVII

444 47 16
                                    

No supe cuánto tiempo había pasado, pero comenzaba a sentirme mejor. Los días que siguieron a nuestra llegada y triunfo en Braxfarn habían sido agotadores. Permanecí en una habitación reposando en la cama, mientras que un sinfín de personas entraban y salían haciéndome firmar y sellar infinidad de documentos. Donovan estuvo a todo momento conmigo, asesorándome en todo el proceso.

— Eso sería todo por hoy majestad, todo aquel que fue cómplice de Sloan, ha sido apresado y será enjuiciado.

— Deberían colgarlos de una vez por todas. — Dije sobando mis sienes.

— No podría estar más de acuerdo con usted, pero es necesario conducirnos prudentemente considerando su inminente ascenso al trono.

— No tenía idea de que ascender al trono resultaría más abrumador que recuperarlo. — Contesté exasperada.

— El juicio de los traidores es un simple trámite, debemos darle la imagen de una justa monarca.

— Creeré en ti, después de todo, prácticamente eres tú el artífice de mi regreso. — Él sonrió. — ¿El príncipe Bastian se ha marchado ya? — Pregunté.

— Justo esta mañana.

— De acuerdo, puedes retirarte Donovan, y mañana a primera hora te necesito aquí, debo platicar contigo sobre unos asuntos importantes.

— Entendido majestad, descanse. — Dijo saliendo de la habitación.

Bastian, volvió a Lotbriam, con un pequeño número de hombres de su ejército. Debía informar él mismo las noticias de nuestra victoria y una vez hecho eso, regresaría en compañía de su padre, el rey Augusto y, por supuesto, mi madre. Todos ellos estarían presentes en mi coronación, y una vez que oficialmente ostentara el título de reina firmaríamos nuevamente los tratados que Sloan había dado por terminados.

Una de mis nuevas doncellas entró a mi habitación, ella ya sabía cuál era el procedimiento de cada día una vez que las reuniones y tramites terminaban.

— Buenas noches Katherine. — Saludé con una sonrisa.

— Buenas noches Majestad. — Se reverenció. — ¿Está lista?

— Por supuesto.

Dicho esto, hizo pasar a un guardia quien me levantó en brazos para conducirme hasta la habitación de Leathan, una vez ahí, me recostó en la cama y salió de la habitación.

— Estaré afuera majestad, cuando necesite volver a sus aposentos solo debe llamarme.

— Gracias Katherine.

Espere a que mi amable doncella saliera de la habitación y una vez que lo hizo voltee a ver a Leathan con una enorme sonrisa.

— Buenas noches reina mía. — Saludó.

— Siempre tienes una nueva y pomposa forma de saludarme. — Dije sonriendo.

— Sí, cada día pienso en una diferente.

— Espero que no se te acaben las ideas muy pronto.

Ambos sonreímos, y nos quedamos en silencio. Durante varios días habíamos discutido la forma en que anunciaría mis intenciones de casarme con Leathan, no habíamos comentado eso ni siquiera con Bastian, ambos estábamos de acuerdo en que teníamos que esperar a que mi madre estuviese presente y que me coronaran; sin embargo, había planeado dar un primer paso en las reformas que quería implementar en mi reinado y eso posteriormente nos ayudaría en nuestros planes de matrimonio.

— Mañana hablaré con Donovan sobre mis planes de incluirte en mi consejo, sé que te prometí que serías el líder, pero he pensado que tomar esa deliberación podría provocar roces entre Donovan y los hombres que ha elegido provisionalmente.

Huyendo de la traiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora