No supe exactamente cuánto tiempo estuve tirada en el suelo pero en cuanto logré reaccionar la chica se encontraba pavoneándose victoriosa.
─¡Oye! ─escuchaba un grito a la distancia que retumbaba en mis oídos.
Cerré los ojos con fuerza y los abrí nuevamente, sentía un fuerte dolor en la nariz y a su vez humedad escurriendo de ella.
─¡Oye, abre los ojos, mierda, levántate! ─insistía aquella la voz.
Mientras escuchaba el ruido distorsionado empecé a incorporarme lentamente, me dolían las costillas pero el sufrimiento pasó a segundo plano en cuanto descubrí que un mar de sangre desbordaba mi nariz, concretamente porque Latisha me había dislocado el tabique de un solo almendrazo.
─¡Damas y caballeros, Pocahontas se levanta! ─exclamaba el narrador a través del micrófono.
Me tambaleé un poco y en cuanto me giré pude ver a Trinidad aferrado a la malla del octágono desde afuera.
─¡Escúchame, acaba con esa perra, no puedes perder, aposté mucho por ti! ─rugía entre nervioso y asustado.
Claramente lo único que le importaba era no perder su dinero pero no lo culpo, yo estaría igual en su posición.
Mi contrincante seguía jactándose triunfadora por el ring, noté que incluso se había quitado los protectores dentales, pues aparentemente ya había dado la pelea por finalizada.
Me tomé unos minutos y en medio de la escena empecé a entrar en pánico, mi respiración se aceleró, se me cristalizaron los ojos y sorprendentemente comencé a llorar.
─¡Ay, miren, la chiquilla extraña a su papi! ─exclamó la morena entre burlas.
Mis ojos nadaban en lágrimas de manera inexplicable, simplemente no podía creerlo. Me deslicé la mano por la nariz y logré retirarme una buena cantidad de sangre que escurría por la zona, sólo había líquido rojo brotando por todo el lugar.
─¡Vamos, mírenla, está llorando como un bebé!
El público la acompañaba entre risas mientras me abucheaban hasta que pude verla acercarse lentamente y posarse frente a mí para enseñarme su dentadura chueca de la cual sobresalía un brillante diente de oro.
Me quedé analizando a mi contrincante y supe de inmediato que mi show había funcionado, ella realmente había caído redondita, puta estúpida.
Cerré mi puño con fuerza y en un ágil movimiento se lo clavé en la tráquea, todo pasó tan rápido que la morena se llevó la mano al cuello y abrió los ojos como platos mientras retrocedía intentando respirar.
¿Bajar la guardia?, Eso es un error de novatas.
Las lágrimas desaparecieron en un chasquido y luego una sonrisa malévola se formó en mi rostro ensangrentado.
El truco de la Magdalena siempre funciona.
El lugar quedó en silencio por unos segundos y de repente los gritos eufóricos se hicieron presentes de nuevo.
─¡Vaya, eso sí que dolió, parece que los latinos siempre llevan un as bajo la manga! ─mencionó el narrador emocionado.
Todo a mí alrededor pasó a segundo plano, ahora sólo éramos ella y yo.
Me acerqué con agilidad y deslicé mi pierna hasta tomarla de la cintura en forma de gancho, luego me balanceé y con algo de dificultad la tiré al suelo, después subí mi muslo hasta su cuello y empecé a apretar la zona con fuerza para cortarle el oxígeno.
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PERFECTO DESCONOCIDO © » 1M8.
Romance❝Drama, celos, romance, drogas, engaños, un padre estricto y un asesinato, ¿Qué pasaría si un día despiertas y la realidad de lo que te rodea te golpea con tanta fuerza que... empiezas a dudar entre si es real o una alucinación? Después de la primer...