Especial de San Valentín

Bajitora

Keisuke nunca estuvo seguro de sus sentimientos, por qué el no se despertó un día y dijo, me gusta mi amigo, si ese traumadito que aprendió a lidiar con sus traumas ahora hace chistes de ellos.

Tiene 17 años por el amor a los dioses, ¿no puedo tener su pánico gey antes? Su vice capitán supo que se le moja la canoa cuando tenía 14, por Mikey, POR MIKEY, pésimo gusto la verdad pero, Manjiro si tiene buen gusto, o sea es Chifuyu. Ya llevan como 3 años juntos.

—¿Que paso mi chiki?

—Chifuyu no seas Joto*— respondió mientras hunde más su cabeza en la almohada.—¿Cuando supiste que te gustaba tu novio?

—¿Ah? Mikey me gustaba desde antes, al principio pensé que era admiración, como contigo ya sabes, reinicia vidas de una patada— Argumento divertido al notar el rumbo de la conversación.—Me gusta por qué es el alfa de mi manada.

—.... ¿no es daddy issues? No vengas con que te gusta por qué es fuerte y tu instinto te dice que debes de estar con el más fuerte, así no funciona.

—¿Entonces por qué a las niñas les gustan los badboys?

—Touche— se sentía peor conforme sigue intentando aclarar sus pensamientos.—¿Entonces por qué me gusta Kazutora?

Chifuyu tomo su puesto de psicólogo, agarrando una libreta, un lápiz, escribiendo en la parte de arriba «Diagnóstico»

—Dime todos los puntos que te parecen sorprendentes de él— Baji estuvo, haciendo un reecuento, emocionado por comentar todos los puntos buenos de su amigo de la infancia, lo que le parecía interesante, lo que no le agrada, como desea ayudarlo, que a veces le produce un sentimiento en el estomago, que lo motiva a quemar un edificio con personas adentro.—¿Que hay de las chicas?

—Son preciosas, pechos, muslos, cadera, cintura, cabello, sus labios, el olor de su perfume, los bonitas que se ven antes y después del maquillaje, joder me pueden pisar y yo agradecido.

—Tengo mi diagnóstico.

—¿Cuál es doc?

—Eri gei, mentira broh, eres bisexual, te gusta Kazutora, tienes un decanto por la actitud de Mitsuya, y te tiemblan las piernas cuando vez a Draken— El pelinegro asintió.—Joder hasta yo me arrodilla y no para rezarle a Draken.

—¿ah si?

—Ci— respondió divertido, volteando a ver de dónde viene esa voz.—Mikey..... es broma, lo juro.

—felicidades por salir del closet Baji, me llevaré a tú vice capitán no esperes a que pueda caminar—tomo a Chifuyu como costal de papas, Mikey había crecido después de ser obligado a comer balanceado, ya que solo vivía a base de Dorakis y menús infantiles.

—Es broma Manjiro, amor, es broma.

—calla— le dió una nalgada sonora.—Si takemichi te escucha hablar de su chico, te dará un tubazo, ya sabes lo celoso que es con Ken-chin.

(...)

Ahora necesita saber por qué Kazutora está entre sus sabanas, están desnudos es obvio, acaso ¿tuvieron sexo? ¿Que tan fuerte fue la mezcla loca que hicieron pah y peh, para despertar así?

—Buenos días Kei— el de mechas teñidas le dió un beso en la boca, que el nombrado correspondio por inercia —¿Era necesario que te declaras frente a todos y ebrio?

Que alguien lo asesiné, que alguien traiga un bate y le dé de lleno en la cabeza, si dos acuchilladas no lo mataron, que lo haga un sartén.

—Lo siento, no lo pensé— en cámara lenta Kazutora se había sentado encima suyo, dejando que sus cuerpos tuvieran contactos, el pelinegro estaba duro, era natural por las mañanas.—Mierda— gruñó sobre la boca del contrario el cual lo atrapó en un beso.

Se dejó llevar, disfrutando del momento, después podría tener una crisis.

—Keisuke— Kazutora restregó su trasero sobre su duro miembro, Baji de forma instintiva sabía que hacerlo, su boca dió otros recorridos, notando que si era un posesivo al ver esa marcas moradas, hasta tenía algunos en sus muslo, tiene flashes de la cara de de su ahora novio gimiendo, lleno de placer.—Solo ponlo.

—No, ni siquiera te he lubricado— no era un idiota si sabe que para meter algo necesita ser mojado, es lógico, sino el hilo jamás entraría en la aguja.

—Joder, lo quiero adentró— Murmuró desesperado sobre la boca del contrario al sentir esos dedos que Baji se metió a la boca sobre su aro de carne. Entrando, saliendo haciendo movimientos que lo haces jadear y gemir.—kei!— El nombrado había golpeado su próstata, movió sus caderas contra los dedos follandose solo.—¿Ya?

—bien, luego no quiero reclamos— alineó su pene, dejando que Kazutora bajara por el lentamente, sentía el apretado calor de esas paredes tomar con algo de recelo su miembro, como si no hubiera estado ahí hace unas horas.— malditamente apretado— gruñó antes de hacer un movimiento dejando que entre de golpe, Kazutora había gemido su nombre alto y claro.

—idiota mgn!— se tapo la boca al escuchar como las llaves chocan contra la puerta la madre de Baji ya había llegado de su viajé.

—Me estás apretando — susurró. El pelinegro lo encontró exitante ver cómo el otro mueve sus caderas mientras intenta callar sus sonidos, cambio la posición teniendo a Kazutora contra el colchón mientras el ahora tiene el poder en las embestidas, lo hizo rudo, para salir despacios logrando desesperar a su pareja el cual e muerde los labios mientras atrapa en sus manos las sábanas.—es ahí cierto, tu punto dulce, pude sentir como tienes espasmos— le hablo al oído mientras vuelve a penetrarlo agresivo.

—Kei ¿estás en casa?— Baji se rió al ver el pánico en la cara de Kazutora el cual ve la puerta de su habitación, aterrado ante la idea de ser encontrado, aunque el lo encuentro exitante.—¿Kei?

Tomo los muslos del contrario, no le daría tregua sus estocadas se volvieron erraticas, debía compensar todos los momentos en los que estuvo ebrio y no pudo ver la cara llorona de placer que tiene su novio. Doblegar a Kazutora uno de sus tantos fetiches.

—kei— hablo bajo conteniendo sus gemido, la vergüenza hace yes lagrimear más.—Por favor.

—No, ahora silenció que te haré tocar el cielo.

Cambio de posición nuevamente, poniéndolo en cuatro observando como Kazutora hunde su cara, entre las sábanas callando sus gemidos, un poco imposible si lo ves de otro punto. Las caderas golpean con fuerza, contra su pelvis, haciendo un sonido muy erótico.

Kazutora se vino, ahogando un gemido prolongado, mientras baji sisea al sentir su miembro siendo exprimido por las paredes dió unas cuantas estocadas profundas antes de venirse dentro.

—idiota ¿si tú mamá hubiera entrado?

—Me estaría alientando.

—Imbécil— recibió el beso, relajando su cuerpo dispuesto a ponerse a llorar o a dormir.—Te amo pero a veces me llegas al huevo.

—¿Eso es un halago o un insulto?

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|Iba a poner "cabro" o "maricon" pero se escucha muy cruel en las jergas de mi país, Tampoco quería que alguno compas chilenos pensaran que era un niño.
Así que se queda joto, grande México|