Takefuyu

796 48 4
                                    

Au: Takemichi fem!

Su mejor amiga, la luz de sus ojos, la dueña de su alcancia y la auto nombrada madre de su hijo excalibur, aka, Peke Jr por su padrino.

—Chifuyu ¿se me ve bien?—Cierra los ojos, deseando descartar todos los pensamientos pecaminoso que recorren su hormonado ser.—¿Fuyu?

—Compañera, quítame una duda— dijo evitando mirarla directamente posando su vista en el espejo pero, ahora tiene visión de la parte trasera.

—¿Si?

—¿por qué estoy aquí?—indago.—aqui dentro del probador contigo, en ropa interior.

—Yo... No quería sentirme solita.

—Micchy— suspiro, paso sus manos por la cintura contraria para abrazarla, intentando hacerla sentir mejor. Podía sentir sus pechos ser pegados al suyo, la tibieza de su suave piel.—Te vez espectacular, lo juró pero, soy un chico no debería estar a solas en un lugar contigo semi desnuda, podría hacerte algo que odies.

—Jamas harías algo que me haga odiarte— respondió con inocencia.—te perdonaría todo fuyu.

—.... ¿Si hago esto?— se enojo, está bien que confíe en él, el también confía en ella con su vida pero, que no note el límite sobre las hormonas y la adolescencia le molesta aun más. Takemichi ahogo un gemido sobre el hombro de su mejor amigo, al sentir que le apretó un nalga, ella tarareo en negación. Desesperando al rubio oscuro.—y ¿esto?— una de sus manos se colo debajo del sostén apretando su seno. También recibió una negativa, tiene un límite para la inocencia de la contraria.

—Fuyu!— gimió sobre el oído del contrario al sentir como aprieta su pezón, jugando con el, la otra mano amasa el glúteo derecho, la pierna contraria se colo de entre las del azabache para presionar sus soba íntima.—ah!

—¿ahora?

—Noh!

—Mierda takemichi— gruñó sobre el oido de la contraria, la mano bajo de los pechos para terminar colándose por la ropa interior, sintiendo el escaso bello púbico, bajo más su manos al punto dónde sus dedos puedan abrirse paso entre los labios vaginales para jugar con su agujero, encontrando que está húmedo. Con su dedo pulgar masajeo el clítoris, podía escuchar con claridad esos gemidos dulces ya que Takemichi se aferra a él mientras la masturba.

—fuyu, fuyu, chifuyu—gimio poniendo su cabeza hacia atrás por el placer, su paredes siendo golpeadas por las yemas de esos largos dedos. El contrario tomo su cabeza para acercarla a un beso, callando sus sollozos de placer en su boca mientras recorre esa zona bucal, explorando lo desconocido.

La ojiazul cerro sus piernas por inercia al sentirse tan cerca, viniéndose en la mano de Chifuyu, se separa del beso jadeando, buscando oxígeno.

—Te lo dije— Murmuró mientras retira sus dedos, sintiendo la húmeda empapar todos sus dígitos.—Me vo- su rostro fue tomado para estampar un beso, correspondio con la misma intensidad recargandose en la pared, apreso la cintura con una mano, alejando la la otra, llena de los fluidos de su amada. Se separo con cuidado.—Takemichi...

—Te amo, me gustas— sollozo un poco.—crei que nunca me verías más que como una amiga asi que intente seducirte—confeso limpiando sus lágrimas.

—Takemichi, eres la dueña de la mitad de mis cosas, la madre de mi gato, dejaste de ser una amiga cuando empeze a verte con otros ojos— comento riéndose de su situación.—yo también te amo, se mi novia, salgamos juntos con la intención de casarnos— La azabache se rió, aceptando gustosa.


(...)


Sentía calor, las sábanas de su cama se asemejan a un horno, abrió los ojos algo desorintado, intenta enfocar su vista pero el gruñido qué salió de su boca dijo otra cosa, sintió la humedad en su pelvis así que decidió levantar las sábanas encontrando con algo increíble.

Especial de San ValentínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora