bajikey

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Mikey fem!

Baji estaba nuevamente en el dojo, esperando a ver a Mikey, con su uniforme para volver a enfrentarse de manera oficial tenian a shinichiro como referí en esta competencia.

Era como una tradición que el pelinegro jamás a ganado, no subestima a Manjiro a pesar de ser una chica pero, al final no gana.

—La ganadora es Manjiro

—Mierda— golpeó con una mano el piso, enfurecido con su propia debilidad. ¿Cómo podía tener un derecho? Si ni siquiera lograba ganarlo. Jamás tendría una oportunidad con lo débil que es.

—La próxima semana será Baji.

—No habrá próxima semana, Shinichiro, me rindo— Después de años de tradicion con ambos adolescentes uno de ellos se rindió. Fue sorprendente pero, enfrentarte a un genio marcial, cuando eres un simple humano sin don, Shinichiro entiende la frustración del adolescente pelinegro.—Ire a los cambiadores, después a casa.

Se quedó sentado en la banca, solo sacándose la parte superior del uniforme, debía de entrar a las duchas pero, estaba desanimado como para moverse.

Escucho pasos rápidos en su dirección, tenía una idea de quién es, será mejor que se meta a la ducha de una vez.

—¡Baji bastardo!

—¡Largate Mikey!

—¡¿Por qué te rindes imbécil?!— exigió una respuesta mientras se acerca a este que estaba parado guardando algo en su mochila.—¡Te estoy hablando!

—Mira enana, si no te has dado cuenta me cansé, me rendí, si no te entra a la cabeza no es mi maldito problema— respondió tosco, observándola al rostro, se queda fascinado ante la vista, sus ojos oscuros mirándolo sorprendidos, su cabello húmedo, mojando la pijama verde con la que siempre anda todo el tiempo.

—Tu no eras así.

—Si que mal, crecí— fue empujado, termino echado sobre la banca con la rubia ceniza sobre su abdomen.—Maldición, salte de encima, mujer.

—No hasta que me digas por qué diablos estás tan frustrado, cuando éramos niños aún así no me ganarás, no te rendias.

—ya no somos niños, las personas cambian— pudo observar como Manjiro puso la palma de su mano con mucha delicadeza en su cicatriz.—¿Por qué lloras? Esa no es la altanera tú ¿Has tenido pesadillas? Ya han pasado 4 años, ya está curado.

La sostuvo de la cintura para sentarse en la banca, con la contraria en su regazo, limpio sus lágrimas, a pesar de ser tan demandante Manjiro era sensible, mimosa, algo descuidada y distraída.

—¿A dónde vas?

—Mikey....

—Prometiste casarte conmigo, cumple eso, quédate a mi lado, no te vayas.

—No me voy a ir, solo no quiero pelear contigo, no sabes la batalla mental que tengo, quiero centrarme en otras cosa Mikey por eso ya no peleó bien— pudo observar esa mirada molesta.—No te hagas ideas de mierda, te respeto, eres fuerte mis golpes van enserio.

—Mentiroso, se que evitas golpearme del todo— Baji se dejó abrazar, cansado de luchar con los sentimientos que tiene por Mikey.—Te amó, mis sentimientos por ti son verdaderos, maldita enana.

La rubia ceniza se quedó sin respiración la declaración se sintió muy diferente por qué siempre penso que el pelinegro jamás se interesaria de manera romántica en ella. Sus sentimientos eran correspondidos pero, había algo más.

—¿No estás bromeando?

—Estoy siendo malditamente serio, por si no lo has notado desgraciada— informó, había otra cosa.—estaré lejos po-

—imbécil, no te me declares si al final te irás de mi lado.

—Dejame hablar mujer— el de cabellos largos detuvo los golpes, para acercar su rostro en un beso, un beso que al principio fue delicado pero, ambos son dominantes así que su pelea se volvió salvaje mordidas fuertes, sangre, se pegan se muelen, intenta dominarse el uno al otro, la ropa sobra, así que fue destruida.

Descontrolados, como si estuvieran peleando más que entregándose a la pasión coital, los gemidos son reconocimiento, los arañazos trofeos, las marcas recuerdos de una guerra de dos involucrados.

Manjiro ya se encontraba desnuda gimiendo sin pudor alentando a su contricante a que la tomé sin piedad, sobre cualquier superficie, que desmuestre su poderío sobre su piel.

El pelinegro se adentro lentamente evitando que Mikey se diera un sentón, auto penetrandose sin cuidado. La tomo de la cintura impidiendo que de un movimiento sobre él, sostuvo su cabeza al ver que se arqueo cuando entro por completo.

—keisuke!—gimio su nombre, enterrando sus uñas en los hombros del contrario, podía sentirlo, demasiado profundo, al punto en el que mentiría si no dijera que podía llegar a su útero si empuja un poco más.—Desgraciado— susurro cuando sintió los colmillos rozar sus hombros, puede que haya llenado su cuerpo de chupetones, pero, sabía que el idiota quería morderla hasta hacerla sangrar, ella también lo deseaba.—Mierda!— solo había sido la primera estocada y el idiota le dió uno certero, parecía conocer su cuerpo mejor que ella.

—Te volare la cabeza.

Sonrío divertido tomando la diminuta cintura para controlar los brincos escuchando, su coro, no era infinito por momentos sus sonidos eran tan agudo que se perdían, por otro podía escuchar hacer eco su nombre, no era suficiente el también quería moverse así que la estampó contra la pared que separa los vestidores con el baño recibiendo una mezcla entre un jadeo y gemido.

—kei!— Mikey se sostuvo de la parte de arriba, cargando un poco su peso, mientras siente sus piernas sacudirse ante cada embestida, no suficiente con eso, la posición hace que su vientre se aplaste hacia abajo dandole más acceso al pene de bajo para hacerla venirse con sus estocadas.—Ah!— sus piernas se aferraron a la cadera contraria sintiendo su orgasmo, puede ver estrellas.—Oh, mierda!— su amante empezó a jugar con su clítoris con rapidez para que llegara más rápido, no puede sostener su peso, no puede con la forma en la que la electricidad recorre su cuerpo y por inercia se aferra a la espalda del contrario para arañarlo mientras se viene.—Kei!

—vente para mí, Manjiro—Baji dió un par de estocadas más cerca a su climax, mordió uno de los hombros ante su brutal sesión de sexo salvaje para ser la primera vez de ambos.

—Esta saliendo— comento afónica la rubia ceniza, el pelinegro le tapo la boca para no dejar que siguiera diciendo esas cosas indecorosas que solo lo hacen ponerse duro.

—callate— argumento sacando su mano para tomarla de los muslos sin salir de ella, la llevaría hasta las duchas para una respectiva limpieza.—Te amo.

—Yo también te amo

Se dieron un beso suave, cargado de ternura, aunque nuevamente desataron una pelea, la segunda ronda sería en las duchas, que conveniente.

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Siento que Baji y Mikey tienen ese tipo de relación donde ambos son orgullosos pero también saben leer a su pareja por ende las peleas se resuelven en la cama. La pareja más estable del puto mundo. La verdad.
Viva el sexo salvaje de dos webones que quieren ganar sí o sí.

Pedidos hasta el viernes, pueden repetir pedido si quieren más cosas de su Shipp <3

Especial de San ValentínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora