Mucanzu

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Au: Omegaverse

(Continuación a pedido de los chikis)

Sanzu está orgulloso de su marca aunque lo esconde, puede que haya huido de casa, mentido sobre ser hijo único pero, no importa, está bien viviendo su estilo de vida, dejando las drogas de lado ya que, está pasando por su desintoxicación callado.

Se aferro más al pecho de su alfa, sintiendo su olor a té de canela, sentía algo de molestia en su garganta pero, prefiere ignorarlo.

—bebe— susurro el alfa, tomando de la cadera al peliblanco, subiendolo a su pecho para que duerma sobre él.—Si te sientes mal, no lo ignores.

Beso la frente del omega, podía deducir por su olor que algo le molesta pero, vuelve a dormir enseguida. El contrario abrio sus ojos lentamente, se levantó un poco para besar a su pareja antes de levantarse e ir al baño, vómito en el escusado.

El de más alto se encamino al baño, pasando su mano por la espalda de su pareja, viéndolo arrojar la nada, ni siquiera habían desayunado.

—¿Te hizo mal la cena?

—Si, no te preocupes cariño— respondió el contrario mientras se amarra el cabello.

—Preparare algo suave para el desayuno, tomaré tu tiempo.

—Te amo.

—yo tambien te amo— El peliplanco se tocó el vientre, tenía una idea, algo que lo aterra demasiado, debe desahacerse de él, impedir su crecimiento. No importa cuánto su omega interior este feliz, no estaba preparado para tener un bebé, será cruel para Yasuhiro, no es el indicado para darle una familia, jamás lo será. La marca se puede quitar, eso está bien, no necesita estar al lado de su defectuoso yo.—Ya está el desayuno ¿Sanzu?

—Estoy embarazado, lo siento— su desesperación lo hizo actuar en contra de todos sus planes buscando consuelo en su alfa, deseando estar en sus brazos hasta que esté procedimiento de sorpresa se vuelva aceptación para luego negociar sobre si tenerlo o no, nuevamente su omega interno se niega, perder a su primer cachorro sería un golpe muy duro a sus instintos.

—Calmate haruchiyo— lo tomo entre sus brazos volviendo a la cama, enrollandolo en la sábana dónde está el olor mezclado de ambos.—Todo está bien mía amor— besos su rostro observando esas lágrimas, sus feromonas asustadas hacen que la menta se vuelva picante lastimando su nariz.—Esta bien— susurro en su sintiendo que deja de temblar para concentrarse en escuchar sus latidos.—Eso, duerme bien Haru.

Mucho tienen mucho conocimiento sobre su omega, sabe todo lo que estaba pasando por su cabeza, le duele que se disculpe cuando el que debió controlarse y no hacer el nudo fue él. Su olor se volvió dulce, podía sentir esa leve diferencia en su aroma, durazno, la presentación de su cachorro, será un omega igual que su madre, eso se sentirá como un sueño tener un pequeño haruchiyo en sus brazos.
La edad no es importante tiene dinero, estabilidad, claramente pueden tenerlo. Es hora del por al hospital su más grande enemigo.

•••••

—está estable fue solo un shock su omega es joven pero fuerte, saludable, tiene un futuro por delante haruchiyo Kawaragi, notifique a sus hermanos.

—Yo soy su alfa, todos sus derechos pasaron a mi, desde que lo marque—no le gruñira al doctor, el estaba entre la camilla dónde se encuentra su omega y él. No tenía ni un maldito derecho de ignorarlo, son una pareja enlazada solo entre ellos es el tema.

—Yo cumplí con mi deber, me retiro.

La puerta se abrió mostrando a dos personas un pelinegro alfa, y una peliblanca como su pareja, también alfa.
Leve rastro a menta, así que está más que claro que son sus familiares, limón y lima, ambos tienen olor a cítrico.

—¿Tu eres su alfa?

—Si.

—Haruchiyo no está echo para ser madre, es un omega defectuoso, nada de él pertenece al comportamiento de un omega, has que lo aborte, retira tu marca y devuelvemelo.

—Haru no es un objeto no te puedo devolver algo que jamás será tuyo, tiene mi marca, a mi cachorro me pertenece más de lo que crees, antes muerto que dejarlo— posesivo como todo alfa pero, también se guía de la lógica.—me retiro con mi omega— El suero que le pusieron fue sacado con cuidado, lo llevaría a su hogar, a su departamento.—Se que estás despierto.

—Lo siento— susurro nuevamente sintiendo sus lágrimas salir, la noticia de su embarazo lo tiene sensible, aparte que su pareja supo que le mintió, sobre todo.—lo siento.

—entiendo el punto del por qué dijiste que eras hijo único.

—con esos hermanos hasta yo mentiría— Mucho tiene algo, necesita saber saber bien como interpretar la mirada de la alfa, de la hermana.—Esa alfa.

—¿Senju?

—Si.... ¿Es tu hermana de sangre?

—Si....— mucho beso a su pareja, caminando fuera del hospital cargandolo entre sus brazos. Gruño esa mujer no lo mira como un hermano, lo mira como un posible omega, se nota que es posesiva, tal vez algo maquiavélica con tal de hacer que Sanzu le pertenesca.—Me odia, desde niños he recibido regaños por su culpa, cosas que no quisiera que le pasará a nuestro bebé.

—eso es claro— sonrío al darse cuenta que si omega al final del día si quería tener a su bebé.

(...)

—Por fin se durmieron— la pareja miro la cuna de sus bebés, dos pequeños llorones, que dependen de su madre como si está fuera una droga.—Solo quería dos.

—se cumplió— beso el cuello de su pareja, como no aprovechar esta oportunidad, sus manos se colaron de la espalda al trasero, apretándolo su otra mano fue directamente a lo pezones jugando con ellos.

—Mucho— Jadeó, tomando la madera de la cuna.—aqui no— Susurró. Sintió que su alfa lo cargo, dirjiendose a su habitación. La puerta se cerró, hundidos en las sábanas, mientras entre risas divertidas se quitan la ropa, sería uno de los tantos intentos de tener una noche pasión sin que sus bebés se levanten.—lo vamos a averiguar—Yasuhiro se rió— el juego previo siempre es necesario pero, estaban tan ansiosos así que las ganas podían más, desnudos sobre el colchón con Sanzu abriéndose para el, dejándose ver para que entrara.

Fue lento, hundiendose sin piedad por qué una vez entro hasta la mitad dió una embestida, que sacó un gemido alto.

—la voz baja, cariño.

Sus embestidas bruscas, los gemidos ahogados, arañazos, mordidas, estaban siendo salvajes, como siempre han deseado desde el nacimiento de sus hijos, hacerlo sin preocuparse de despertarlo.

Mucho estaba hundido en lo mas profundo, chocando en sus lugares orgasmicos, haciéndolo delirar pero, sin dejar de exigir más con la mirada por su poca está sellada con la tela de la cama, ahogando todo.

—Amor!— gimió alto añ sentir el nudo, entrando, abriéndose paso, evitando que los hilos calientes espeso, salieran de su entrada.—Se supone que no te ibas a correr adentro— recibió los besos pero aún así se estaba quejando.

—¿Deberíamos intentarlo como cuando estás en celo?— sonrío malicioso pasando su mano por el vientre.—Hasta que se hinche de mi semilla.

Sanzu lo estaba considerando pero, el llanto de sus hijos dijo lo contrario.

—Lo dudo pero, en mi siguiente rutina cumpliremos todas tus fantasias.

—eso me encantaría.

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Que atrevidos, con su rapidín. XD

No tengan hijos, todavía son jóvenes, disfruten de su vida

Atte: una mocosa de 19 años. X'd

Especial de San ValentínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora