Una terrible noticia

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Al abrir los ojos, me encandiló una luz blanca. Era la doctora, que me apuntaba con una linterna. Me dejará ciega, pensé.

—¿Ángeles? ¿Cómo te encuentras? —me preguntó la mujer rubia con bata.

Me levanté de la camilla y llevé las manos a mi pecho, que dolía, dolía mucho. ¿Qué había pasado? Me encontraba en un cuarto pequeño, donde había cuadros coloridos colgados, estantes con fármacos, agujas, un escritorio con una computadora y numerosos papeles.

En ese instante llegó James. Lo primero que hizo al verme fue abrazarme, con tanta fuerza que me hizo doler más mi pecho. Me separé de él. Estaba alterado y preocupado, reflejaba miedo en sus ojos.

—¿Qué ha pasado? —pregunté con la poca voz que logró salirme.

—Corriste unas vueltas a la cancha, comenzaste a toser sin poder detenerte. Te costaba respirar, el aire no te ingresaba. Entonces llamamos a la doctora, pero cuando llegó, ya te habías desmayado —hizo una pausa—. Me llevé un susto tremendo, Angie. ¿Cómo estás ahorita?

—Ahora puedo respirar, pero el pecho no deja de dolerme... ¿Cuánto llevo inconsciente?

—Una media hora— me respondió la médica—. Llamamos a tu madre, debe estar por llegar. Debes hacerte estudios, Ángeles, no sé qué es lo que te ha sucedido, pero tu respiración no es normal, algo anda pasándote. Deberías, apenas salgas de aquí, ir a hacerte una ecografía...

Miré asustada a mi mejor amigo, él me devolvió la mirada. La doctora se retiró y me quedé a solas con James hasta que mi madre llegó.

Cuando se enteró de lo que pasó, me llevó hasta su auto rojo con ayuda de James. Al salir del instituto, vi apoyado contra una pared al chico con mejillas coloradas de la clase. Tenía un libro entre sus manos. Había levantado la vista y me observaba con cautela y curiosidad, y formuló una pregunta:

—¿Te encuentras bien?

Su voz no pegaba con su cuerpo, todo pequeño y tierno. Esta estaba ya desarrollada, era gruesa, de un hombre mayor.

—Se puede decir que sí. Gracias por preguntar —le sonreí sin mostrar los dientes— ¿Cómo te llamas? —le pregunté.

—Mi nombre es Harry —respondió tímidamente.

—Bonito nombre. El mío es Ángeles, pero puedes decirme Angie —hice una pausa—. Ahorita debo irme, pero gracias por preguntar, y un gusto conocerte.

Harry asintió con la cabeza y agitó su mano en forma de saludo.

—"Bonito nombre"— se burló mi mejor amigo.

Sonreí y lo empujé.

James también me acompañó al hospital. Insistí en que se quedara a cursar, pero no hubo modo de detenerlo.

Allí me hicieron radiografías, me sacaron sangre —con lo mucho que odio las agujas— y me sometieron a otros estudios, de los cuales he olvidado los nombres.

James estaba sentado en las sillas azules de la sala de espera mirando a la nada e inquieto, moviendo su pierna impaciente, mientras que yo me encontraba en el consultorio del doctor Broadit.

No les voy a mentir, estaba asustada, asustadísima. Nunca antes me había pasado algo así, esperaba solo haberme atragantado... o algo parecido.

El doctor tomó asiento detrás de su escritorio, tenía una expresión seria mientras observaba las imágenes de mis pulmones. Se colocó las lentillas transparentes que traía colgadas en su cuello.

—¿Ya te había sucedido algo parecido? —me preguntó, mirándome a los ojos.

—No, es la primera vez que me pasa —respondí, tragando grueso.

—Bien... —miró de nuevo las imágenes. Yo apretaba el brazo de mi madre nerviosa. Pobre de ella, el brazo le quedará hecho un fideo de tanto que lo estoy apretujando, pensé.

—Les explicaré qué es lo que ocurre—se quitó las gafas para dirigirse a nosotras mientras buscaba las palabras que decir—. Tienes un tumor en el pulmón derecho. Lo detectamos justo a tiempo, no le daremos posibilidad de que se extienda hacia otras partes.

Mi mente quedó en blanco... un tumor en un pulmón, tengo cáncer de pulmón. Casi me desmayo por segunda vez en el día.

—Tendrás que hacer quimioterapia para matar esas células. Te daré unas píldoras que debes tomar a diario, sin falta. Es una etapa algo avanzada, no entiendo cómo un episodio de este tipo no se ha presentado antes, pero tienes suerte de que no se haya extendido hacia el pulmón izquierdo —hizo una pausa al ver mi cara pálida y mis ojos al borde del llanto—. Haremos todo lo posible para eliminarlo. Mientras tanto, tú no debes hacer nada de ejercicio físico, haz lo menos posible, para que esto no se vuelva a repetir.

No podía entenderlo. ¿Cómo es que tenía cáncer? ¿En qué momento? Si yo estaba perfecta de salud hasta esta mañana... ¿Cómo era posible?

Al salir del consultorio desbordé, no pude contenerme más. James se paró de su asiento y yo solo lo envolví con mis brazos. Él hizo lo mismo mientras miraba a mi madre, a la que también le caían lágrimas por el rostro.

Le expliqué a James lo que estaba pasando y me sostuvo con fuerza, no deseaba que jamás me soltara. Todo lo que me esperaba... ni quería pensarlo. Quimioterapia, píldoras, no hacer esfuerzos, caída de cabello. Nunca pensé que me podría suceder esto a mí, lo veía tan imposible, como algo que solo ocurría en películas, aunque sabía que no era así.

Regresamos a casa alrededor de las seis de la tarde. Compramos pizza de camino. James insistía en quedarse conmigo esa noche, no pensaba dejarme sola, aunque yo le decía que regresara a su hogar. Agradecí que no se fuera.

Mi amigo puso una película de amor, de esas que me gustaban a mí y que él odiaba. Pero pese a eso, escogió mi favorita, Diario de una pasión. Me cubrió con mi manta rosada y me sostuvo entre sus brazos mientras comía un trozo de pizza.

Yo seguía sin asimilar todo lo que estaba pasando. Pero si me sentía de maravilla hacía días... ¿Cómo coños es que tenía un cáncer de pulmón avanzado?

—James —lo llamé.

—¿Sí? —me miró a los ojos escocidos.

—¿Qué pasará ahora conmigo? —comencé a llorar.

—Angie, no llores, estarás bien y yo estaré contigo para prestarte mi aire si hiciera falta— con sus manos apartó las lágrimas de mis mejillas. Y acurrucada, así como estaba, protegida por él, mis ojos se fueron cerrando hasta quedarme dormida en un sueño profundo. 




Nota de la autora:
Holiss!! Cómo están lectores?! Espero que bien😊 Quería decirles que cada martes voy a estar subiendo un nuevo capítulo para ustedes!! En mi cuenta de Instagram @los_libritos_de_martuu voy a ir publicando contenido sobre mi libro como reels, frases y esas cositas por si les interesa🥰🥰
Espero que disfruten su lectura💓

El sonido de un sueño (¡Disponible en físico!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora