Inseguridades

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Antes de comenzar quiero agradecerles a todos nuevamente por todos los comentarios y votos que dan a cada una de las historias que hago, realmente me alegran el día y la vida, muchísimas gracias.

...

Su vida fue escrita por alguien que no fue él, siempre fue escrita y desarrollada por terceros que decidían su futuro, ahora se cuestionaba muchas cosas y lo odiaba, siempre odio preguntarse el por qué de las cosas, porque no deseaba pensar en ello, entre más vueltas le daba al asunto más se desesperaba, porque realmente nunca tuvo algo que llamar suyo... 

Sus ojos, son de vidrio o botón.

Su piel, trozos de tela desgastada.

Su cabello, lana sobrante. 

Sus labios, hilos para bordar. 

Su cuerpo, relleno de algodón... Ideal para golpear.

Sus movimientos, hechos por los hilos manejados por su padre.

Siempre fue así y la única vez que realmente llegó a sentir que hacía algo por voluntad propia fue su intento de suicidio y su inocente enamoramiento, porque aunque Izuku le dio la oportunidad de ser libre con respecto a su don, su padre seguía manipulándole, porque aunque Izuku fuera su amigo, no podía ser algo más que eso, porque aunque Izuku fuera alguien increíble... Él no lo merecía... Porque él ha cometido muchos "pecados" y la mayoría se debía a la constante soledad.

"Debe de llamar la atención..." 

Esa fue una de las frases que había escuchado antes de retirarse de la escuela, una frase estúpida, dicha por un estúpido adolescente... Un estúpido adolescente como él... ¿Si hubiera sido un adulto, seguiría diciendo tonterías como esas? Tal vez sí, porque los adultos también eran idiotas. 

Si contara lo que pasó al mundo, este fingiría que entendía y le darían falsas condolencias, tal vez su pena era real, pero ninguno llegará a saber que se siente realmente... Ninguno lo sentirá en su propia carne y eso le alegraba, porque el mal que él sufrió no se lo deseaba a nadie.

Se preguntó si Aizawa sabía de... Los toques de su padre hacía su persona... Se moriría de vergüenza si llegaba a pasar. Nunca llegará a entender aquella maldita y enferma obsesión que tuvo su padre con ser el número uno... O la obsesión que tuvo con él... Seguirle a todas partes con ayuda de alguien que contrato, dejar las fotografías que le habían brindado, los golpes para que "no hiciera algo malo otra vez".

Era como tener un Déjà vu... Pero, ¿por qué? 

...

Eri había ido a su habitación, se subió en la cama y le abrazo con sus pequeños bracitos, inmediatamente rodeo el cuerpo de la niña con sumo cuidado, puesto que sus heridas seguían doliendo, afortunadamente no como antes lo hacían. La niña besó una de sus mejillas con mucho amor y le dio una gran sonrisa.

— Hola, Eri... — habló un poco más fluido que los días anteriores — ¿C-cómo estas? — preguntó sin poder evitar trabarse. 

— ¡Estoy muy bien, Shouto-nii! — respondió con ese lindo tono infantil — ¿Y tú? 

— Pues ahora muy bien. 

Era una mentira, hace pocos minutos atrás estaba en un trance mental haciéndose preguntas existenciales y muchas de ellas le habían dejado muy mal, pero para no hacer sentir mal a la pequeña dijo eso y es que de alguna u otra manera, la niña le ayudaba muchísimo con su estado de animo.

Colapso... [TODODEKU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora