Colapso... [TODODEKU]

La calma antes de la tormenta

Inició nuevamente la rutina de recuperación que Recovery Girl le había dicho que hiciera, lo que más le preocupaba era la posible cirugía, le habían marcado que su cuerpo había recibido un daño muy grave y que además de eso había estado mucho tiempo sin una revisión medica, todo aquello había generado que se atrofiaran sus músculos y ligamentos, en el caso que no se recuperara, tendrían que intervenir de manera quirúrgica, Aizawa y Shouto estaban consientes de ello, sabían que no tendrían elección y el gran miedo del maestro era que aquello restringiera a su alumno y sus actividades escolares para volverse un héroe profesional, eso lo deprimiría aún más al niño... Sin embargo, esta ayudando a Shinso a pasar al curso de héroes, ayudar a Shouto será lo mismo, solo debía ser paciente y calmado para poder apoyarle.

— ¿Cómo vas? — preguntó el pelinegro tocando suavemente la puerta para no asustar al menor.

— Bien... Creo... — respondió un poco más animado que de costumbre.

El apoyo que recibía de sus hermanos mayores, de sus nuevos hermanos, de su madre y de su maestro le hacía ser más optimista, quería volver a caminar normalmente, sin la necesidad de que alguien le ayudara, quería que por una única vez en su vida, una figura paterna se enorgulleciera de él y no le criticara todo lo que hizo una vez que recibió ese reconocimiento — o el posible inexistente de ello — y le marcara constantemente que debía de ser el mejor. 

Deseaba tantas cosas, tantas cosas que observaba en el mundo o en las películas, llegó a anhelar en su infancia que su padre se daría cuenta de sus errores y rogaría por su perdón, pero cada año era la misma decepción, ¿y ahora? Ahora tenía una pequeña ilusión y no quería que a las últimas personas que deposito su confianza y ganas de vivir le rompieran todo lo bueno que tanto le había costado crear, porque él no deseaba vivir, ¿cuál era su verdadero motivo? Su manera de soportar el odio a si mismo se había reducido a golpes hacía su persona, mas todos sabían que aquello no ayudaría para nada, trataba de no tomar la cuchilla. Sin embargo, siempre lo hacía y tenía el ligero impulso de abrir su carne con ella, mas las situaciones recientes le habían hecho recapacitar... Justo como ahora, en la que la presencia de Aizawa le ayudaba a conectarse con el mundo real.

— Bien... Entonces déjame ayudarte — dijo el pelinegro acercándose con cuidado a él. 

Una ilusión es frágil, pero cuando se vuelve real se hará mas fuerte...

...

Algo que odiaba era depender de otros, desde una corta edad siempre fue independiente, no confiaba en nadie para que le pudiera ayudar, jamás había sido necesario... Hasta que la situación se sintió hostigante, parecía que nada mejoraría hasta que su intento de suicidio llamo la atención de todos, ¿no creen que es algo curioso? Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde, en ese momento que pierdes a alguien te comienzas a cuestionar si hiciste algo malo por esa persona o si llegaste a ser suficiente para esa persona, le criticas ya cuando esta muerta porque te dejó aquí en este lugar solo, pero ¿quién eres tú realmente? ¿Realmente te consideras alguien importante para las personas a tu alrededor? ¿Por qué cuando esa persona toma la decisión de irse de este mundo la gente se pregunta: "el por qué no pensó en mí"? Cuando dices que alguien se suicida es egoísta, pero decir que te dejó solo también es egoísta.

Shouto se cuestionó tantas de esas cosas en su vida y termino con una sola conclusión: "cada uno debía de elegir el camino que desea tomar, conociendo de antemano las consecuencias que traerá"

Su decisión en un principio fue morir, mas en ese último tiempo fue un: Veamos que pasa... Y vaya que han pasado muchas cosas... 

Aquel día en mañana recibió un mensaje del peliverde, no llegó a pensar que ese chico le escribiría y tampoco pensó que él le respondería. La conversación fue sencilla, un saludo madrugador que preguntaba como había dormido y amanecido aquel día, el bicolor respondió con la mitad de la verdad: Que durmió bien y que estaba muy adolorido, cuando lo cierto era que con suerte logró pegar ojo después de una fea pesadilla, la cual nuevamente rememoró cosas que no quería recordar, además que el dolor aun no desaparecía por completo.