Colapso... [TODODEKU]

Yo quiero...

Sintió sus piernas fallar, todos los ojos de los presentes se posaron en su figura, haciéndole una pregunta silenciosa... ¿Tu papá había desaparecido? No era necesario ser un genio para darse cuenta que eso era lo que querían decirle. Confundidos prestaron atención a la noticia, él solo logró retroceder unos cuantos pasos sin quitarle la mirada al televisor.

¿Aizawa sabía de esto? ¿Lo estaba viendo? ¿Cuándo fue que salió de la cárcel? ¿Cómo es que logró salir del Tartarus? ¿Cómo es que todo esto pasó? Sus ojos heterocromáticos rápidamente buscaron algún apoyo, tal vez los rojizos luceros de Kirishima o los verdes esperanza de Izuku, pero por más que los buscó no logró encontrarlos, sentía un gran vació y una sensación de caída, su mundo se estaba volviendo negro y lo único presente en su entorno era la maldita televisión. Por favor, alguien apáguela, no quiero escuchar esto.

Un escalofrió recorrió su espalda baja, que antiguo sentimiento, tal vez si se quedaba quieto por un momento se iría, tal vez si no respiraba por breves segundos despertaría de su sueño. Sin embargo, por más que lo hizo nada ocurrió. Pequeñas explosiones de fuego chamuscaron inútilmente el aire, meciendo su cabello rojizo como una suave brisa de otoño, el frío se concentro en su mano derecha, sintió como la escarcha se metía entremedio de sus uñas, perforando su carne y logrando que tan puro cristal se tiñera de carmín. Quería huir, mas no podía... Su cuerpo no respondía...

— Díganos, Endeavor, ¿Qué fue lo que le pasó? No le hemos visto hace mucho tiempo, héroe número uno — preguntó la reportera.

Su estomago se estaba revolviendo cual batido en la licuadora, pronto vomitaría la nada que había consumido. Tal vez si tenía un poco se suerte algo le golpearía en esos momentos y le provocaría un desmayo, tal vez incluso podría llegar a romperle el cuello o si el universo quería de una vez por todas vendría Aizawa a salvarlo como antes.

 — Sí, bueno... He tenido ciertos problemas puntuales... — comenzó a decir el hombre cuarentón.

Por favor que alguien se le acercará y le hablara de cualquier cosa menos de lo que estaba pasando, que alguien le distrajera de esa horrible pesadilla, se siente tan solo en esos momentos, quisiera estar nuevamente en la casa del profesor, disfrutando de las tardes de juegos con Eri, divirtiéndose en la cocina que desprendía las fragancias de la comida que preparaba junto a Shinso mientras cantaban a todo pulmón la canción al azar que tocaban en la radio o dejándose envolver por la cálida sensación de las sábanas oscuras y el cuerpo mayor que le abrazaban protectoramente, mientras que sus cansados ojos ojerosos se fijaban en la computadora del azabache que reproducía el nuevo anime que habían empezado. Supongo que siempre fui un débil y cobarde, porque ahora en estos momentos deseo irme corriendo o que la tierra me trague por completo, quiero esconderme de todos y exclusivamente de él, mi teléfono suena contra mi pantalón, de seguro son Natsuo y Fuyumi que me preguntan por si estoy viendo la noticia, o tal vez de Hitoshi invitándome a su dormitorio para evitar las miradas de más, o puede ser Aizawa preguntando por mi ubicación actual... Da lo mismo que haga, no importa cuanto lo intente, mi cuerpo no se mueve, solo se queda mirando la pantalla con aquella situación tan bizarra.

— ¿Problemas? ¿Qué clase de problemas?

— De los cuales mienten sobre mi persona, considerándome un abusador.

Los jadeos fueron escuchados por todas partes, como un molesto susurro incesante, su garganta se cerró del miedo, no podía respirar, ¿es qué esto era real? Por favor alguien háganlo callar, por favor que todos ellos dejen de mirarlo.

— ¿Abusador? ¿Por qué dirían eso del héroe que protegió a la ciudad de un poderoso Nomu?

Si supieran la verdad... Si su boca contara públicamente todo lo que pasaba tal vez cambiaría esa forma de pensar... O quizás no... Quizás todo el mundo pondría mil peros por un héroe tan falso como él... ¿Por qué llegaría a pensar que alguien le creería? Ese hombre diría mil mentiras más solo para terminar bien.