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Planes de Seducción

Esa noche Shaoran regresó a la habitación hasta la espera que Sakura esté profundamente dormida, al verla tan hermosa quiso besarla y saciar su deseo y pasión por ella así como hace tiempo lo está esperando.

Dudó mucho en si acostarse a su lado o dormir en el sofá que hay a un lado de la habitación, al final optó por la segunda opción, tuvo que reprimir sus ganas de besarla con locura y enterrarse hasta oírla decir su nombre.

Durante la noche no ha podido conciliar el sueño, sentirla tan cerca y no poder tocarla es una tortura que no sabe cuanto tiempo podrá soportar. Ha tenido que ingresar al baño muchas veces para poder apagar ese fuego que lo está queriendo dominar, ha tomado una decisión y no puede echarse atrás, esperará pacientemente hasta que ella se recupere, esté seguro de que su amor es correspondido y escuchar de su boca decirle que lo ama.

Al día siguiente, siendo tan temprano sale de la habitación hacia la suya para cambiarse ropa deportiva y salir a trotar por la villa. Su buzo en color azul resalta muy bien con sus ojos ámbar, aparte de trotar regresa al mini gimnasio que está equipado con todo lo necesario para incluso artes marciales y boxeo. Los golpes y patadas que da en el saco lo ayudan a liberar todo lo que tiene desde hace tiempo, sabe que no es suficiente pero al menos lo ayuda un poco a no pensar en la situación.

Sale del lugar y Momo está por subir con una bandeja de agua y un frasco de pastillas. El médico ha enviado que tome antibióticos para la herida de su cabeza. Al ver a Shaoran lo reverencia.

—¿Esa medicina es de mi esposa?—pregunta secando el sudor de su rostro.

—Sí señor le toca tomarla—asiente y la deja subir las escaleras—. Señor, la señora Li ha llamado preguntando por usted.

Entrecierra los ojos, desde ese día que se presentó de la mano con Sakura siendo su esposa no la había vuelto a ver. Es muy probable que desee verlo para hablar sobre Alizée. No está preparado para verla y tampoco está dispuesto a seguir dejando que se inmiscuya en sus asuntos.

—Si vuelve a llamar dile que estoy muy ocupado, y si sigue insistiendo me avisas—asiente y sube las escaleras.

Shaoran se queda mirando la inmensa mansión, una sonrisa se dibuja en su rostro, el tiempo pasará pronto y en unos meses habrá alegría y ruido con la llegada de su primer hijo o hija. Sube las escaleras e ingresa a su habitación, toma un relajante baño y después de vestirse con ropa ejecutiva va a la habitación de Sakura. Le hará muchas preguntas así que tendrá que ser convincente.

Pero solo con abrir la puerta, unos brazos lo sostienen a punto de caer. Parpadea perplejo y unos ojos verdes lo miraban con lágrimas en los ojos, verla así le duele mucho el corazón. Ella al verlo esconde su rostro en su pecho escuchando el corazón acelerado de Shaoran que se ha quedado mudo por ese recibimiento.

—¡Estás aquí!—susurra temblando, está tan rígida que Shaoran camina junto con ella hasta la cama—¡No me dejes!

—Sakura¿Que pasa, porque piensa que te dejaré?—pregunta preocupado por la forma que se está comportando su amada, necesita conversar con el médico y saber si estos momentos que ella tiene son normales—. Estoy contigo, aquí.

—Soñe que te vas, que me dejas y a tu lado hay otra mujer muy hermosa y con una mirada que me da miedo—la abraza, esa mujer es de hecho Alizée, probablemente todo el suceso que pasó por su causa es que se le manifiestan con sueños y pesadillas—¿De verdad no me dejaras por nadie más? Ella es hermosa, y ambos me miraban fijamente y con burla, en especial ella.

—No pienso dejarte por ella y por nadie, te amo a ti—ambos se miran con intensidad y mucho amor, Shaoran toca su mejilla con suavidad dándole un beso en la frente—. Es el momento de tomar la medicina y descansar.