AFTER ¡ SEX - CheongSan : estamos muertos.

03.

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Leah estaba perdida en sus pensamientos, ella se encontraba sentada a un lado de OnJo mientras su mirada estaba fija en CheongSan.

Ella luego de escuchar esa tos claramente falsa le habló, pero él la ignoró por completo.

—Escuchen, estación zombie —habló CheongSan de la nada, llamando la atención de todos en aquella sala.

—¿De qué hablas?

—¿No son zombies? si son iguales.

Leah asintió con su cabeza repetidas veces y se levantó del asiento en donde se encontraba, había pensado en eso pero no creía que era verdad.

—-Es cierto, son iguales. Vengan —-la castaña tomó la mano de su mejor amigo y esa acción provocó varias "mariposas" en el estómago del pelinegro.

Todos repitieron esa acción, mirando por la gran ventana.

Afuera era una completa pesadilla, ya nadie se veía normal, todos estaban convertidos. Lograron ver como un montón de zombies rodeaban a un chico, devorándolo de inmediato. Sangre por todos lados, cuerpos andantes por doquier, era horrible.

Horrible pero a Leah le gustaba.

—¡CheongSan! ¡sí son zombies! —chilló emocionada la menor, moviendo el cuerpo del pelinegro de un lado a otro.

—¿Y te emocionas? loca de mierda —respondió el chico, soltando una pequeña risa al ver la felicidad de Leah.

—Oh, vamos. Me he visto todas las películas de zombies, me vi The Walking Dead un millón de veces, estoy más que preparada para esto. ¿Sabes? yo siempre quise que esto pasará, de seguro es mi culpa por la ley de atracción que hacía todas las noches antes de dormir.

CheongSan negaba con la cabeza ante tal respuesta, era increíble que en medio de una pesadilla aquella chica lograra hacerlo sonreír con sus idioteces.

Mientras todos seguían mirando hacía afuera, una mano golpeó la ventana, provocando que todos saltaran, retrocedieran y que Dae-su soltara un fuerte chillido, casi dejando sordos a todos sus amigos.

Luego de aquel grito a Dae-su le provocó tanta vergüenza que aclaró su garganta, enderezó su espalda y caminó con toda la seguridad hacía el lugar, haciéndose el valiente.

—Oh, es sin calcetines, hay que ayudarlo —avisó el chico, abriendo la ventana y ayudando a subir a su amigo que no se demoró ningún solo segundo en entrar.

SuhYeok de un momento a otro se acercó con rapidez a la gran ventana y todos sus amigos pensaron que se iba a tirar por esta.

—¡NamRa, sube! ¡rápido!

Y ahí entró la presidenta, a Leah le alegraba que estuvieran a salvo.

—¡SuhYeok, eres un imbécil! pensé que pasamos de estación zombie al conjuro. Casi me da un ataque —habló la ojiazul llevando una mano a su pecho.

Todos soltaron una risita por lo que dijo la castaña y SuhYeok se acercó hasta ella dándole un cálido abrazo.

—Me alegro que estés bien —susurró en su oído, sacándole una gran sonrisa a Leah.

No eran los amigos más cercanos pero el alivio que sintió SuhYeok de verla bien fue inmenso.

CheongSan miraba la escena desde lejos y aunque él sabía que a sin calcetines no le gustaba Leah, no le agradaba que estuvieran tan cerca.

—Estamos rodeados de zombies y ustedes dándose malditos abrazos, sepárense de una vez, joder —gruñó el pelinegro.

—Estamos rodeados de zombies y tú andas con tus malditos celos, relájate que no te quitaré a tu chica —atacó SuhYeok.

CheongSan no respondió más.

Tu chica.

Esas palabras no salían de la cabeza de CheongSan y Leah, pero ambos no dijeron nada.

—Hay que hacer un plan —habló Joonyeong.

—¿Qué plan?

—Hay que salir por comida.

—¿Qué? ¿ahora? pero aún nadie tiene hambre —comentó OnJo.

—Yo sí tengo hambre —habló Dae-su.

—Y yo —agregó GyeongSu.

—Yo también —se unió Leah—. Es que cuando tengo miedo me da hambre.

Joonyeong ignoró a sus amigos y prosiguió.

—Exacto, por esa misma razón hay que hacerlo ahora, tenemos fuerza, energía y estamos bien alimentados, no podemos esperar a estar con hambre y muy débiles para recién ir a buscar comida, es poco inteligente —aclaró el chico con lentes.

—Tienes razón... —susurró Leah—. ¡Yo me ofrezco para ir!

—¡¿Estás demente?! —exclamó CheongSan.
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