22.

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La castaña se encontraba caminando por aquel refugio donde la habían dejado junto a sus amigos. Miraba todo de manera detallada mientras sentía el frío viento contra su rostro.

Habían pasado unos cuantos meses desde que lograron escapar del instituto.

Habían pasado ¿cuatro meses? ¿tres? desde que perdió a sus amigos... Desde que perdió a CheongSan.

La chica desde que llegó al refugio, no fue capaz de soltar ninguna palabra, estuvo durante mucho tiempo en estado de shock.

Cuando lograron escapar del instituto, se desmayó por todo lo ocurrido y cuando abrió sus ojos, estaba en una habitación blanca, con sus amigos a su alrededor.

Ella pensó que todo había sido un sueño y comenzó a preguntar por CheongSan, al ver que sus amigos no le respondían, nuevamente sintió ese vacío en su pecho, gritaba, lloraba y pataleaba, estaba fuera de control así que la tuvieron que sedar para que dejara de hacerse daño a sí misma.

Leah fue incapaz de salir de su habitación, ya no hablaba con nadie, ni siquiera se había encontrado con sus amigos y eso la hacía sentir mal, pero no tenía ganas de nada, aún se sentía vacía. Apenas había probado lo que le llevaban de almuerzo pero hubo un momento donde fue tanto que prácticamente la obligaban a comer, todos los días una mujer la iba a ver y no se iba hasta que terminara su plato.

Leah solamente comía para estar sola nuevamente, le comenzaba a molestar la presencia de las personas.

Sus amigos estaban preocupados por ella ya que prácticamente, el brillo que la ojiazul tenía, desapareció esa tarde que perdió a su gran amigo, Joonyeong y al amor de su vida, CheongSan.

Ella lloraba todas las noches intentando recordar a su amado, lloraba con la ilusión de que un día él estaría a su lado, pero eso no pasó.

Luego de un tiempo, la castaña lo fue aceptando de a poco, aceptó que él nunca más regresaría pero aún así, dolía.

Dolía muchísimo.

—¡Leah! —escuchó su nombre y se giró.

Apenas miró al chico que le había hablado, sintió unos fuertes brazos rodearla, era Woojin.

La castaña sonrió levemente y al separarse, lo miró.

—Mierda, te ves horrible —soltó el pelinegro y la ojiazul lo fulminó con la mirada.

—Gracias por tu sinceridad, Woojin —habló e hizo reír al chico.

—¿Dónde has estado? No te encontraba por ninguna parte, estaba preocupado. Vi a los otros un par de veces.

—Yo... No me sentía bien. Quería verlos, a todos —lo miró— Pero... No tenía el valor, apenas podía levantarme de la cama, me daba miedo verlos y acordarme de todo eso, no quería recaer en todo ese sufrimiento —declaró.

—Te entiendo, pero... No te alejes de nosotros, ¿bueno? nada más de eso, queremos ayudarte, Leah.

La castaña simplemente asintió, mostrándole una sonrisa.

Woojin le había comentado que él, SuhYeok y OnJo saldrían del refugio, le preguntó de una manera muy tímida si quería ir con ellos y se sorprendió demasiado cuando ella aceptó, ni siquiera lo disimuló, haciendo reír levemente a la más baja.

Comenzaron a caminar hacía un lugar, Leah sonrió al ver a todos sus amigos ahí y después de unos segundos, llegó OnJo.

—Te dije que no se lo dijeras —regañó la más bajita a SuhYeok.

—Te dije que no se lo contaras a nadie —SuhYeok miró a Woojin y este se rascó la nuca.

—Dae-su... Yo te dije que era un secreto —lo acusó el hermano de Ha-ri.

AFTER ¡ SEX - CheongSan : estamos muertos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora