17.

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Luego de estar corriendo durante un tiempo, los adolescentes lograron llegar a un lugar, no fue donde ellos querían pero de todas maneras, estaban seguros.

Durante el camino, algunas personas más se unieron al grupo y entre ellas estaba Ha-ri, a todos les alegró mucho verla bien.

Habían llegado a la cancha de tenis y todos se quedaron completamente quietos al ver a NamRa inmóvil.

—¿Qué pasa?

—Corran —fue lo único que respondió.

Todos miraron el oscuro lugar sin entender porqué había dicho eso la presidenta.

—Corran —repitió más asustada que antes.

Y ahí entendieron.

Apenas llegó un poco de luz por un trueno, lograron visualizar un montón de zombies que andaban sin rumbo sobre la cancha.

—¿Qué carajos?

—¡Corran!

Y ese grito fue suficiente para que todos ahí comenzaran a buscar un lugar seguro.

—¡Corran! ¡Vamos!

—¡Vete y ya!

—¡Que te vayas, carajo! ¡vas a morir!

—¡Me importa un carajo!

Leah miró hacía la dirección de esos gritos y logró ver a una desesperada chica, intentando salvar a alguien. Se acercó corriendo hacía el lugar, ayudando a Mi-jin para poder salvar a su amigo que se encontraba claramente lastimado.

—¡No! ¿¡Qué hacen!? ¡no mueran por mí, váyanse! —gritó completamente desesperado.

—¡Por aquí! ¡vamos! —escuchó a Ha-ri.

CheongSan buscó a la castaña con la mirada y se alertó al ver lo que estaba haciendo, soltó un suspiro y se acercó a ella.

Tomó la otra parte del "carrito" en donde llevaban a Joon-seong y comenzó a tirar con todas sus fuerzas, pero la acción fue en vano cuando el chico lastimado se levantó y corrió hacía los zombies que iban dispuestos a atacarlos.

En pocos segundos, varios de aquellos muertos se encontraban encima de Joon-seong, mientras mordían diferentes partes de su cuerpo, escuchando sus gritos de dolor.

—¡No! —Ha-ri tomó de inmediato a Mi-jin y comenzó a alejarla de su amigo mientras ella gritaba con desesperación— ¡Suéltame! ¡no!

Leah miró la escena con bastante nostalgia, le dolió ver como el chico hizo contacto visual con Mi-jin en todo momento mientras estaba siendo mordido por aquellos monstruos.

—¡No! ¡Joon-seong! ¡Basta, por favor! ¡Joon-seong! —gritaba la chica de pelo corto, con lágrimas en sus ojos.

CheongSan tomó la mano de su enamorada y entró por donde Ha-ri le había indicado mientras seguían escuchando los gritos y llantos por parte de Mi-Jin.

Al estar todos adentro, cerraron la puerta con rapidez y algunos cayeron devastados al suelo, mientras intentaban calmar su respiración.

CheongSan miró un lugar fijo, sin decir absolutamente nada. Seguía en shock por lo de su madre.

—Oye, CheongSan... —habló Dae-su pero él ni siquiera lo miró— Lo siento mucho. No sabía que era tu madre. Lo siento.

Leah al ver que CheongSan no iba a responder, se acercó a Dae-su quien tenía los ojos cristalizados y lo abrazó con cuidado.

AFTER ¡ SEX - CheongSan : estamos muertos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora