AFTER ¡ SEX - CheongSan : estamos muertos.

19.

Después de tanta discusión entre todos los chicos, solamente lograron que NamRa perdiera la paciencia y luego de una votación, decidieron dejar la idea de Joonyeong y de SuhYeok.

—Bien, vamos a hacerlo —Dijo Joonyeong.

—De acuerdo.

—Oye, no me guardes rencor luego. Los zombies la van a trepar —habló Mi-jin, mirando al pelinegro.

—Iré primero y me haré responsable. Tú puedes ir atrás —dijo sin más.

—Ese infeliz —la de cabello corto miró a Ha-ri— Oye. ¿Por qué los niños de hoy son tan maleducados?

—Nadie se compara contigo —respondió.

—¿Tienes que humillarme delante de los más chicos?

CheongSan habló y llamó la atención de todos los presentes, al parecer había encontrado una barra de chocolate.

Quedaron en que cada uno daría una pequeña mordida para que alcance.

Y eso hicieron, cada uno comenzó a dar pequeñas mordidas hasta que llegó el turno de Leah.

—No tengo hambre —dijo e iba a pasarle el chocolate al siguiente, pero CheongSan la detuvo.

—Tienes que comer —habló, mirando los ojos de la chica.

—Pero no quiero...

—Leah, come.

—No. Si como un poco, luego me darán ganas de comerme TODO el chocolate —recalcó— Estoy bien así, de verdad. Incluso se me estaba olvidando que existía eso del hambre, si como... luego estaré peor —Así, se la pasó al siguiente y CheongSan la fulminó con la mirada.

—Eres tan terca —comentó y pasó sus brazos por alrededor del hombro de su chica, dejando un leve ósculo sobre los labios de ella.

—Déjame —respondió con una sonrisa.

Al parecer, hubo una pequeña discusión ya que llegó el turno de Dae-su y este se comió lo que quedaba de la barra, olvidándose de Joonyeong.

—Joonyeong, te pones la mejor.

Y así comenzaron a prepararse para salir, comenzaron a preparar sus armaduras y también comenzaron a taparse los brazos con distintos tipos de cosas, para evitar ser mordidos.

CheongSan se acercó a Leah con algo para los brazos y la chica iba a tomar la "protección" pero el pelinegro se lo impidió.

—Yo lo haré —dijo él.

Leah frunció el ceño y negó.

—No, tú ponte el tuyo. Yo puedo.

—Cállate, yo lo haré.

—Te dije que yo puedo —protestó e intentó quitárselo.

—Que no. Quédate quieta —demandó.

—Estás haciendo que perdamos más tiempo, ve a ponerte el tuyo —habló ella.

—Dios mío. Qué terca eres, no te quedas nunca quieta. Ya. Ahora sí, —quieta la apuntó con el dedo

—¡Oye! ¡No soy un perro! —lo miró mal.

—Dime woof —dijo CheongSan.

Y luego entre tanta discusión entre ambos chicos, Leah dejó que CheongSan la ayudara y mientras el pelinegro festejaba porque por primera vez Leah perdía en una discusión, la castaña se encontraba de brazos cruzados y con sus mejillas infladas.

—Oh no. Ya infló las mejillas —dijo Joonyeong.

—Moriste, CheongSan —dijo Woojin.

—Parece un pez globo —chilló SuhYeok y soltó una risa, pero se calló de inmediato cuando la castaña lo miró— Era mentira...