09.

10.7K 826 228
                                    


—¡Cuidado! —gritó la castaña y de inmediato se puso detrás de Lee para que el cuchillo no impactara en él, Leah tomó su lugar y por suerte no fue la punta la que chocó en su espalda, le dolió un poco el golpe pero nada grave.

Esta vez ella lo estaba guiándo y dobló en un pasillo.

—¡Estúpida, no vuelvas a hacer eso!

CheongSan vio una sala vacía y entró con la chica con rapidez, luego, ambos adolescentes se agacharon al cerrar la puerta y el chico tomó de la mejilla a la menor.

—Leah, mírame.

Ella lo miró de inmediato, tenía miedo, no por los zombies, tenía miedo por Gwinam.

—Tienes que quedarte aquí —susurró, acariciando la mejilla de la ojiazul con su dedo pulgar.

—¿Qué? no, no, no te dejaré solo —habló rápidamente, negando con su cabeza.

—Leah...

—No te dejaré solo —repitió—. No lo haré, CheongSan. Tenemos que estar juntos, no pienso dejarte solo con Gwinam, está como loco, no quiero que te pase nada por mi culpa, por favor, no me pidas eso, por favor... —su voz se quebró en las últimas palabras, quería llorar.

El mayor juntó su frente con la de la chica y cerró sus ojos por unos momentos.

Luego, volvió a tomar sus mejillas entre sus manos y Leah sintió el aliento de CheongSan chocar contra su rostro.

Él la miró a los ojos, luego su mirada bajó hacía la boca de la menor y de a poco sus respiraciones comenzaron a acelerarse y a mezclarse.

—No te dejaré solo... —murmuró.

Los labios de él se acercaron a los de ella, rozó su nariz con la de la ojiazul sin dar el primer paso aún, Leah lo miraba, esperando que lo hiciera mientras él aún miraba la boca de su gran amiga por unos cuantos segundos.

Sus corazones estaban muy acelerados, él comenzó a acercarse aún más a ella y ambos adolescentes cerraron sus ojos.

—CheongSan...

Después de unos segundos entre juegos y caricias...

La besó.

Tomó sus labios de una manera tan suave y delicada que aquello la hizo sentir segura, sus labios se rozaban con tanta lentitud mientras ambos sentían un montón de mariposas en sus estómagos, CheongSan pasó su lengua por el labio inferior de la chica, para luego volver a besarla, Leah llevó sus manos a la nuca del mayor sin detener el beso, sus labios encajaban a la perfección como si hubiesen estado hechos para eso.

Luego de unos cuantos minutos, se separaron, CheongSan nuevamente juntó sus frentes mientras que con su dedo pulgar acariciaba los labios hinchados de la menor.

—Estaré bien, estaré bien —susurró sin alejarse de ella.

—Esto suena como una despedida, no quiero que sea una despedida —susurró de la misma manera sintiendo como algunas lágrimas se acumulaban en sus ojos, luego una cayó.

—No la será, lo prometo.

El chico limpió la lágrima de la más baja y luego le mostró una pequeña sonrisa.

—Intenta reunirte con los chicos, tienes que entrégarles la bolsa con comida y mantenerte a salvo. Por primera vez confía en mí y anda con ellos, hazme caso por favor. Yo estaré bien, no quiero que te pase nada y no intentes seguirme, pequeña. Hazme caso —repitió—. Yo volveré. Leah, no te vas a deshacer tan fácil de mí, eh, menos después de esto.

AFTER ¡ SEX - CheongSan : estamos muertos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora