Capitulo nueve: Evitando.

87 9 0
                                    

— No es lo que piensas.— Intenté explicar rápidamente.

Nicolás se alejó de golpe de mí, mientras se sacaba los guantes de trabajo que tenía. Sin decir ninguna palabra, se acercó a mi abuelo.

— Aquí tu paga.— Comentó mi viejo cuando se acercó a él, intenté cruzar miradas con Nicolás, sin embargo se negaba a mirarme.

Recibió el sobre de papel que le entregaba mi abuelo.— Gracias.

— ¿Volverás mañana?— Preguntó.

Negó.— El lunes.— Hoy era viernes. Guardó el sobre en su bolsillo.

Se despidió de mi abuelo con un apretón de manos para luego irse sin mirar atrás, miré cómo se alejaba mientras me mantenía en mi puesto.

¿Se habrá enojado?

Bufé mientras agachaba levemente mi mirada, y justo cuando parecía que ya nos estábamos llevando.

Me acerqué a mi viejo.

— ¿Y? ¿Cómo estás?— Preguntó.

Me encogí de hombros.— Cansado.— Miró por encima de mi hombro.

— ¿Todo eso lo hiciste tú?— Preguntó nuevamente.

Asentí sonriendo con orgullo.— Sipi.

— ¿Esa caga de palos picaste?— Poco duro mi felicidad.

— ¡Ahg viejo! Es mi primera vez.— Intenté excusarme.

— Harto penca pa' ser tu primera vez.— Bufé caminando a su lado para entrar a la casa.

No seguiré soportando los comentarios de una persona que no valora mi esfuerzo... A donde, tenía que bañarme, estaba más cochino.

* * *

Me encontraba caminando a paso rápido por los campos que habían alrededor de los establos de Don Pablo.

¿Por qué estaba aquí? Respuesta fácil.

Noté a la distancia la silueta de la persona que buscaba, quien se encontraba montando un caballo blanco mientras hablaba con un sujeto que desconocía, el cual estaba sentado en una valla.

Apresuré mucho más mi paso.— ¡Nicolás!

Exclamé lo suficientemente fuerte como para que aquel me escuchará, pero para mi mala suerte, lo único que hizo él fue dejar al chico con quién conversaba con la palabra en la boca para él irse de golpe con su caballo.

— ¡Por la chucha!— Exclamé con estrés.

No había pasado mucho de la última vez que hablamos, alrededor de unos cinco o seis días.

Nos habíamos visto, el mismo lunes que volvió a trabajar en casa, sin embargo todas las veces que había intentado hablar con él, había sido brutalmente ignorado.

Y eso que estaba acostumbrado, pero antes por lo menos se mantenía ahí para escucharme, ahora me evitaba.

¿Por qué conchesumadre me evitaba?

¿Que wea hice ahora?

El chico que aún estaba sentado en la valla, me miró fijamente, haciéndome sentir observado. Le devolví la mirada.

— ¿Qué?— Pregunté en un tono molesto, no quise hablarle así tampoco, me salió inconscientemente.

— Oh, disculpa...— Me dió algo de pena su mirada incómoda.— Sólo que no te conozco y...

Huaso. [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora