Capitulo treinta y seis: Pobre.

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Abrí mis ojos por décima vez desde que me había vuelto a acostar.

Habían pasado tres días desde que llegué. Tres días en los que ni mi madre ni yo nos hemos dirigido palabra alguna.

Siempre había sido así, peleamos por cualquier tontería, ella no me hablaría durante días hasta que yo le hablara a ella y me disculpase, incluso creo que es la primera vez que aún no sentía las ganas de disculparme.

En el fondo sabía que ella no iba a ceder, pero aún así tuve fé.

Miré el reloj parado que estaba colgado en mi pared, justo al lado de los póster de Hannah Montana que eran de mi hermana.

Sonreí ante la posibilidad de que si estuviera Nicolás aquí, ese reloj estaría ya andando.

— Ahg.— Suspiré ante mi último pensamiento.

Nicolás.

Desde aquel día que no había hablado con él.

Aún no me rendía, claro que no. Tengo pensado volver en una semana y asegurarle que volveré. Pero... No tengo ganas de hablar con él.

No sabía cómo reaccionaria él si se lo contaba, me daba miedo pensarlo.

A mis ojos Nicolás era tan bueno, que probablemente lo entienda y me diga que lo mejor que podía hacer era quedarme.

Pero no quería eso.

En serio no quiero quedarme.

Y no sé cómo explicarle a mi mamá lo que sentía al estar allá.

Arrugue la nariz mientras escondía mi cabeza en la almohada, ignorando el sonido de mis tripas exigiendo comida.

Me levanté cuando ya era imposible para mí soportarlas. Me puse las zapatillas y salí de la habitación.

Nuevamente, con el único que me encontraba, era el gato de mi hermano, que me miró con desprecio para luego ir a esconderse en la pieza de Javier.

No quise reclamarle, al parecer mi mente ya había entendido que el gato me odiaba y que no quería nada conmigo, asique lo deje estar mientras me acercaba a la cocina para buscar algo de comer.

Me hice algo simple, un sándwich con jamón y queso, nada del otro mundo.

Desbloquee el celular, encontrándome con mensajes de parte de mi abuelo, Nicolás, Arianna y Max.

Abrí los de mi hermana menor primero.

"Tengo hambre." Alcé la ceja confundido. Noté que volvía a escribir. "Tengo que quedarme aquí hasta que el profesor se digne a llegar, tráeme comida."

Bufé. "¿Hay algún lugar cerca donde pueda comprar algo? No quiero cocinar."

"¿No haz comido?" Arrugue la nariz.

"Si comí." Tecnicamente no estaba mintiendo, estaba comiendo.

"Eres un..." Dejé de leer para alzar la cabeza hacia el techo, hasta por mensaje creía que me estaba regañando. "Irresponsable. Desde que te encontraste con mamá que estás comiendo mal."

Frunci el ceño leyendo lo que me decía. "No lograrás nada así, a los ojos de ella sigues siendo un malcriado y estás haciendo una rabieta."

Salí de su chat para ver lo que me había dicho Max, esperando que Arianna se aburra de regañarme por mensaje.

"¿Cómo se llamaba la canción que tienes de ringtone?" Sonreí por su pregunta. A veces sentía que era una lástima que Max sea amigo de Ethan, quisiera que fuera más mi amigo que de él.

Huaso. [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora