Capitulo veinte: Espalda.

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— Puedes usar esta.— Recibí su camiseta. Sonreí nerviosamente.

Me permitió dormir con él en su carpa, el problema es que la ropa que traje era completamente ridícula, literalmente traje puras tonteras. La única polera que había traído era la que tenía puesta, y yo que juraba que había traído más cosas.

Menos mal Nicolás me estaba prestando ropa para que durmiese, en el fondo igual agradecía que el Nico fuera tan friolento, ya que literalmente la mochila que trajo, todo era ropa abrigada, además que eran varias, usaba bastantes capas de ropa cuando hacia frío.

— Date la vuelta.— Advertí, Nicolás asintió dejándome un poco de 'privacidad.'

Aunque mi plan era seducirlo, no era tan descarado como para desnudarme en frente de él, aún me quedaba una pizca de vergüenza y sentido común.

Me puse la ropa que él me había dado, sintiendo su aroma al instante, mordí mi labio aguantando las ganas de reírme ante la vergüenza que sentía.

— Bien, a dormir.— Prácticamente me lance de golpe al saco de dormir.

Para luego taparme con la múltiples frazadas que tenía para taparse durante la noche, noté como Nicolás seguía en su posición, mientras miraba su celular.

Luego de unos segundos, lo dejó a un lado para sacarse el poleron que estaba usando, noté el momento exacto en el que se quitaba el poleron por su cabeza, levantando sin querer su camiseta, mostrándome su espalda baja.

Me tapé la cara con la manta, aunque poco duró, pues me la quité rápidamente para seguir mirando.

Avemaría purísima.

En cuestión de segundos se dejó caer a mi lado, con ambos ojos cerrados. Suspiró profundamente, no sabía que horas eran, pero sabía que Nicolás ya estaba lo suficientemente cansado.

— Tápate bien.— Lo arrope, tapando así sus brazos descubiertos.

Él me miró con atención, me sonrió haciéndome suspirar, aguanté las ganas de besarlo. No Joaquín, ahora lo harás bien.

Nuestro próximo beso será con nosotros siendo pareja, no así.

No me conformaré, ni tampoco dejaré que Nicolás se conforme, todo o nada.

Te voy a enamorar Nicolás, vas a caer.

— ¿Que pasa?— Su mirada confundida me hizo volver a la realidad.

Relaje mis ojos, los cuales inconscientemente había entrecerrado mientras lo miraba, oh, había estado amenazándolo con la mirada, mi error. La costumbre.

Me acosté nuevamente junto a él, ¿Abrazar estaba permitido? Cómo sea.

Rodeé su cintura al instante, sintiendo como Nicolás se acomodaba para mirarme y hacer que nuestro abrazo fuera más cómodo, me miró con una sonrisa.

— Se nota que no querías venir.

— ¿A qué te refieres?— Pregunté, sintiendo como Nicolás se acercaba a mi para poner su rostro contra mi cabello.

— Tu mochila es un desastre.— Murmuró, reí.

— Nunca he acampado, no sabía que traer.— Ahora rió él.

— Está bien, no importa. Puedes usar mis cosas.— Aw, Nicolás, tu de verdad quieres enamorarme.

— No digas eso, que te voy a ocupar hasta los calzoncillos.— Volvió a reír.

— Puedes hacerlo.— Me sonroje, apretando aún más su cintura.

Mis dedos hormiguearon al sentir el calor de su piel, dándome a entender que inevitablemente su polera se había levantado. La respiración de Nicolás era tranquila y suave, como si estuviera esperando a quedarse dormido.

Moví mis manos para tocar parte de su espalda desnuda, sintiendo el cuerpo de Nicolás estremecerse ante esto, reí nerviosamente.

— Lo siento, quería tocarte.— Admiti, Nicolás tardó unos segundos en responder.

Respiro profundamente contra mi cabello para luego hablar. — Puedes hacerlo...— Ronroneó.

Ahora fui yo quien se estremeció, su tono de voz había sido extraño, pero para nada me disgustó. Quería seguir escuchándolo.

Moví mis manos con mayor comodidad, ahora una de ellas hasta la curvatura de su cintura, era una sensación agradable.

Volví a aferrarme a su espalda, ahora tocando su espalda alta, cerca de su nuca, arañe levemente aquella zona, su respiración se volvió a descontrolar.

Bajé por su espalda, arañando todo el camino hasta llegar nuevamente a su espalda baja. Podía escuchar el corazón de Nicolás latir de una manera que hasta podría ser preocupante.

ThumpThumpThumpThumpThumpThumpThump.

Bajé un poco más, llegando a la orilla de su pantalón. Nicolás se separó de golpe para obligarme a mirarlo.

— Suficiente.— Su rostro era todo un poema, había perdido por completo su color original.

— Dijiste que podía tocarte.— Murmuré, aún sabiendo en el fondo que no debía seguir, esto se estaba volviendo peligroso.

Y no lo decía por él.

— No creí que...— Se calló.

— ¿Qué?— Insistí mirándolo fijamente, él me miró de igual manera.

No pasaron ni dos segundos cuando prácticamente Nicolás se lanzó a mis labios para devorarlos de manera hambrienta.

Y yo que quería aguantarme hasta estar juntos.

Perdóname Dios, al final no se va a poder.

Le devolví el beso de la misma manera hambrienta que él me la había dado, podía sentir como Nicolás se acomodaba nuevamente para quedar encima de mi, posicionándose entre mis piernas.

Sus brazos a los lados de mi cabeza, para evitar aplastarme con todo su peso mientras me besaba, y yo tocando todo su abdomen y cintura sin tener ni un poco de vergüenza de tocarlo, como si aquel cuerpo fuera propio.

Se separó nuevamente, mirándome con las mejillas rojas, dejando caer algunos mechones de su cabello frente a mi. Me tome unos momentos para admirarlo, era una imagen adictiva.

— Paremos aquí, ¿Si?— Suplicó.

Quise reír, su mirada no mostraba que quisiera parar, brillaba con intensidad, reflejando con solo una mirada cuanto me anhelaba.

Todo mi cuerpo cosquilleaba, advirtiendome que si no me detenía ahora, iba a ser mucho más difícil hacerlo luego, suspiré resignandome ante esto.

Alejé mis manos de su cintura, bajando la camiseta al momento, lo tomé de las mejillas para atraerlo a mí y darle un pequeño beso, mordiendo su labio en el trayecto.

— Buenas noches.— Solté.

Nicolás sonrío acomodándose encima de mi, con cuidado de no aplastarme, apoyando su cabeza en mi pecho y suspiró profundamente. Lo imite, intentando callar mi propia conciencia diciéndome que era un completo tonto por haberme detenido así como así.

Tengo la leve sensación de que hoy no podré pegar un ojo.

Huaso. [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora