Capitulo veintiuno: Arianna.

102 11 0
                                    

Desperté solo en aquella carpa, al final me había desvelado por no poder controlar mis propios pensamientos por lo que había sucedido ahí.

Y yo que tenía planeado seducirlo con palabras bonitas, apoyo moral y hacerlo reír. Si claro, casi lo manoseo anoche, buena manera de hacerse el lindo Joaquín.

Estiré los brazos sintiéndome extrañamente... Bien, y eso que había dormido en el suelo, quien lo diría, un weon mimado como yo había dormido bien sin quejarse, vamos creciendo.

Me puse la primera ropa que encontré, una mezcla de ropa mía y de Nicolás, y salí de la carpa. Encontrándome rápidamente con Arianna que se servía una taza de té con una pequeña tetera.

— ¿Y los demás?— Pregunté, no encontrando a nadie más a su lado.

— Por ahí.— Se encogió de hombros.— Buscando leña.

Asentí para sentarme junto a ella, me dió la taza de té que había estado preparando, agradecí con la mirada, mientras ella seguía haciendo otra.

— ¿Cómo dormiste?— Preguntó de pronto.

— Bien...— Me aclaré la garganta.— ¿Qué hora es?

— Las once y media.— Respondió sin si quiera comprobarla.— ¿Esa ropa es de Nicolás?

Volvió al tema, haciéndome temblar. Okey, estaba asustado, no lo negaba, me sentía como si mi madre me estuviera regañando por llegar tarde a casa luego de haberme juntado con algún cochino.

— Sí...— Murmuré sin mirarla.

Ella no siguió hablando, pues estaba tomando un gran sorbo de su taza de té. Luego me miró directamente.

— ¿Entonces Nicolás es tú pareja?— Boté todo el té que había intentado tragar, tosi violentamente, intentando relajarme.— ¿Entonces si?

—COF-COF... ¿Que... estás diciendo?— Intenté hablar.

Suspiró tocando su frente.— Entonces por eso... Ahg, Joaquín, eres tan tonto.

— ¿Q-Qué?

— Si me lo hubieras dicho, tan solo me habría alejado. ¿Por qué eres tan infantil?— Me volvió a mirar.

— ¿Ah?

— Luego de hacer el campamento, no dejaste que Nicolás se me volviera acercar. Y hoy en la mañana se mantuvo lejos de mí desde que nos levantamos.— Explicó.— ¿De verdad eras tan posesivo?

Se rió de mi, lo miré extrañado. Puede que esté lo suficiente feliz de que Nicolás la haya alejado, pero en ningún momento le dije que lo hiciera. Por muy celoso que haya estado, no me da derecho a decirle de quién debía alejarse. Aún no éramos pareja.

— ¿Cuando te diste cuenta?— Pregunté.

— Desde que casi boto a Nicolás al río.— Respondió.— Si las miradas matarán, yo estaría en un cajón.

— Oh...

— Luego intenté hablarte, pero me ignorabas.— Me sonroje de la vergüenza, no había tenido la oportunidad de hablar con Arianna antes porque no quise hacerlo, en el fondo la culpé.

— Perdón.— Me disculpé.

— Bien, no importa. También es culpa mía, yo no tome mayor atención a ustedes.— Comentó.— Pero aún así debiste decírmelo, nos habríamos ahorrado el mal momento.

— Tú no preguntaste.— Me excusé.

— No sé me pasó por la cabeza, nunca tuviste amigos en casa, creí que aquí sería igual.

Huaso. [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora