Capitulo cuarenta y tres: Bailes.

66 5 0
                                    

—¿Lo conoces? —Preguntó de pronto Luis, llamando mi atención.


—Es un amigo. —Respondí simplemente.

—Guapo. —Habló está vez Roxana, miré en su dirección, notando cómo bajaba las escaleras del lugar. —Mira sus brazos, cubierto de tatuajes.

—Roxi. —La regañó suavemente Soledad.

Lo miré con cuidado, notando cómo mantenía su estilo de chico malo de típicas películas para quinceañeras, pantalones ajustados y una polera del mismo estilo, cadenas colgando de su cuello y pantalón. Nunca lo había mirado en detalle, si, supongo que era atractivo.

—¡Joaco! ¿Porqué no me avisaste que saldrías a un lugar como este? —Habló, sentándose a mi lado, saludando levemente con la mirada a mis acompañantes.

—Fue de imprevisto. No tenía idea de que vendríamos hasta hace unos minutos. —Y no era mentira.

Derek se recargó con mayor comodidad en el asiento, acercándose aún más a mí. —¿Por qué no vamos arriba? Hay espacio para todos.

Miró a mis colegas, quienes esperaban mi respuesta con paciencia.

Iba a hablar, sin embargo, una voz se me adelantó. —¿Y para nosotros? Somos dos más. —Guille se acercó a mi, dándome una lata de cerveza, haciendo lo mismo con Luis.

Noté de reojo como Samantha hacia lo mismo con las chicas.

—Con mis amigos somos tres. Hacemos espacio para todos. —Sonrió Derek, obteniendo la aprobación de Samantha quien sonrió.

—¡Entonces vamos! —Habló la chica. —Siempre quise ir arriba, pero solo van los Vips.

Me levanté ante la mirada de Derek, quien me invitaba a caminar a su lado.

—¿Eres vip?— Pregunté curiosamente, el chico sonrió aun más.

—No, mis amigos lo son, son super carreteros, les gusta el mambo. —Respondio.

Sentí un  leve toque en mi mano, moví mi mirada hacia donde se suponía había sido, sin embargo, Derek me movió por los hombros, poniendo su cuerpo por ese lado, abrazándome de los hombros, empezando a caminar junto a mí.

—Vamos rápido. —Asentí sin darle mucha importancia. Noté de reojo como Derek miraba hacia atrás, pero desde mi perspectiva no podía ver que sucedía.

—¿Hay de comer aquí? —Pregunté.

—Arriba tenemos papas fritas y cosas para picar, ¿Quieres algo? —Preguntó, separándose de mí levemente, para mostrarles una identificación a los guardias de la escalera, quienes nos dejaron subir.

—Eso sería suficiente. —Me encogí de hombros, Derek se rió.

—Por cierto, chicos. Se me olvidó decirles, me llamo Derek, ¿y ustedes? —Se dirigió a mis compañeros.

Quienes se presentaron con confianza, tirando una que otra talla entre ellos, que Derek no tardó en contestar con otra mejor, se estaban llevando bastante bien.

Huaso. [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora