Capitulo ocho: Conversando.

88 10 0
                                    

Retiro lo dicho.

Empiezo a odiar a este sujeto.

— Si tomas el hacha así te vas a torcer la muñeca.— Ya era la tercera vez que me lo decía.

— ¡Ahg!— Solté el hacha de golpe para tirarla al suelo.

Eran alrededor de las 6 de la tarde, estoy todo sudado, mojado, cochino y cansado. Durante todo el día, desde las 9 de la mañana que no había parado de trabajar en la casa de mi abuelo, el cual actualmente estaba por ahí haciendo quien sabe qué, ni se ha dado una vuelta para ver mi sufrimiento.

Por otro lado, el Nico se encontraba haciendo un gallinero porque el que tenía mi abuelo era demasiado pequeño y le dió por tener más pollos.

— Déjalo ahí, puedo hacerlo yo luego.— Ahí va de nuevo, tratándome como un weon inútil.

Y era verdad, tampoco lo negaba, me había explicado más de veinte veces y yo seguía haciéndolo mal.

Tampoco es como si no hubiera avanzado, la verdad es que tenía un montón bastante decente de palos cortados, pero el problema era que... Me demoro mucho.

Frunci el ceño mirándolo, a pesar de que él ni me devolvió la mirada, suspiré para luego sentarme en una de las sillas que habían a solo unos metros, me recosté en el respaldo mientras cerraba los ojos rogando a Dios que me caiga un rayo y me asesine.

Abrí los ojos sabiendo que esto último iba a ser imposible porque estaba más soleado que la chucha.

— Oye Nico y tú no teni casa weon.— Comenté, aún sin mirarlo.— No tení familia acaso, te he visto más veces que a mi viejo.

— ¿Y si mejor no sigues cortando palos? Te he visto más descansando que haciendo algo.

Lo miré de golpe.— Es la primera vez que hago esto, ponte en mi lugar.

Asintió sin mirarme, bufé nuevamente, este chico no me caía bien.

Desde que habíamos estado trabajando juntos, había notado varias cosas.

Nicolás no era de muchas palabras, sin embargo me escuchaba cada cosa de lo que decía, ya lo había comprobado cuando lo insulte porque me regañó la primera vez.

Decía lo justo y necesario, pero cuando me enseñaba algo me explicaba una y otra vez sin cansarse, tenía bastante paciencia.

Excepto que no tenía idea de cómo trabajar en equipo, por mucho que me dejara hacer varias cosas por mi mismo, estoy completamente seguro de que él preferiría que yo me fuera y él hacer todo el trabajo solo.

En otras palabras, sabía exactamente lo que él pensaba. Exacto, soy un estorbo para él.

¿Pero sabes qué, Nicolás? Soy un experto en ser un estorbo, tal y como lo decía mi mamá.

Soy la peor lacra que vas a conocer en tu vida.

— ¿Pasó algo?— Al parecer sintió mi intensa mirada en su nuca, por lo que habló.

Entrecerre mucho más mis ojos, hasta el punto de casi cerrarlos.— No, nada de nada.

Alzó una de sus cejas con curiosidad, pero siguió con lo suyo, clavando unos clavos en una tabla.

Vi el momento exacto en el que los músculos de su espalda se estremecían al martillar. No pude evitar silbar ante ésto.

Otra cosa que había notado desde que estaba trabajando con él.

Este hijo de perra estaba como quería.

Es que esos músculos a su edad pocos lo tienen, ojalá yo haber tenido ese físico hace unos años. Una espalda y hombros envidiables, no me extraña que tuviera a todas las minitas locas aquí.

Crucé mis brazos mientras seguía mirandolo, y es que era impresionante, este weon tiene un futuro brillante con solo su apariencia.

Miré mis propios brazos, pensando "¿Y ustedes cuando?" Aunque supongo que aquel físico llevaba años tenerlo así.

— Creo que es todo por hoy.— Comentó Nicolás, soltando el martillo para secarse el sudor con el antebrazo.

Miré el gallinero, aún no estaba terminado pero le quedaba bastante poco, mi atención volvió a Nicolás que ahora tomaba agua de su botella de agua, se secó rápidamente con el dorso de su mano para luego acercarse un poco a dónde estaba yo.

E increíblemente, tomó el hacha para ahora comenzar a picar palos de leña.

¿Es que acaso este sujeto no estaba cansado?

Frunci el ceño mientras seguía mirandolo, igual me daría lata tener que hacer el trabajo de otro weon flojo (yo) pero era impresionante que el rostro de este tipo siguiera indiferente, ni un poco molesto, como si al final tampoco es como si hubiera esperado algo de mí.

— ¿Nico, no estai' pololeando, cierto?— Pregunté llamando su atención, quien me miró al instante.

— No.— Respondió siguiendo con lo suyo.

Bueno, tampoco esperaba que lo estuviera, pues este weon no hace otra cosa que trabajar, si yo hubiera sido su novia, hubiera terminado con él hace rato, na' que ver qué un pololo no te tome atención.

— ¿Desde hace cuánto?— Pregunté nuevamente, recibiendo un suspiro de cansancio ahora.

— ¿Ahora porqué preguntas esas cosas?— Me encogí de hombros.

— Curiosidad.

Se tomó unos segundos para responder.— Desde siempre.

Abrí los ojos con sorpresa.— ¡¿Qué?! Mentira.— Me negué a aceptarlo.

— No es mentira.— Cortó otro palo.

— ¿Y porqué?— Yo tuviera tu físico, sería entero puto.

— No hay razón.— Siguió con lo suyo.

Asentí, tampoco es como si fuera para tanto, en realidad yo tampoco he pololeado, nunca a nadie le gusté.

— ¿Y... Haz dado tu primer beso?— Se rió de golpe.

— Pff... ¿Qué?— Se burló.

— Estamos conversando po weon.— Me encogí de hombros.

Se rió levemente.— Sí.— Se tomó un breve descanso para tomar otro sorbo de la botella con agua.

— Entonces no eres virgen.— Escupió casi todo el agua que había intentado beber.

Siguió tosiendo durante un par de segundos.— ¿Q-Qué?— Noté como su rostro enrojecia, sonreí encontrando un tema para molestarlo.

— Claro, mi mamá dijo que los besos dejan embarazado.— Tapó su rostro mientras se reía ante la estupidez que decía.

— Cállate ya.— Sonreí mucho más, aún viendo como su rostro seguía rojo.

Reí junto a él durante unos segundos, notando algo debajo de su polera, me callé de golpe.

Espera.

Me levanté de golpe, para acercarme a él, tomando su camiseta con ambas manos.

— Nico, quítate la ropa.— Solté, me miró sorprendido.

Iba a seguir hablando, cuando sentí como a unos metros de nosotros caían un par de cosas, miré de dónde provenía el sonido, notando como mi abuelo los miraba fijamente.

— Chucha, si quieren vuelvo después.— Fue lo único que logró hacer que me diera cuenta en la posición que estábamos.

Huaso. [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora