"OBSESIONADOS"
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El dúo de Ravenclaw entró en el gran salón y pasó a sentarse en su mesa correspondiente, era su quinto año el cual cursaban.
—¿Cómo estuvo tu verano?—Preguntó Cygnus.
Alexandra suspiro antes de responder—Lo mismo de siempre, Jack y Leila siguen mandandome cartas desde Azkaban sinceramente no sé cómo lo hacen.
—¿Siguen con lo mismo?.
—Si, siguen insistiendo en que debería ayudarlos a escapar de Azkaban para encontrar a Voldemort, traerlo de vuelta y obtener una gran recompensa, supongo que después de varios años, Leila y Jack le siguen teniendo envidia a los Lestrange, después de todo escuché a Lucius decir que ellos eran sus favoritos e incluso que Bellatrix se metió con Voldemort—se encogió de hombros restándole importancia ignorando la cara de indignación de Cygnus.
—¡Y no me lo dijiste!, ¡Sabes que vivo del chisme, Lexy!—respondio indignado—Pero ahora dime, ¿Malfoy mayor rompió su récord de enviarte cincuenta cartas en todo el año?.
—Oh, valla que si lo hizo, me envió tres cartas por día, está más que claro que Lucius lo obliga, ya no hay tantas chicas sangre pura y con un gran linaje según Lucius, prometeme que no te separaras de mi ni un segundo, no quiero a Leo Malfoy siguiéndome por todas partes y tú eres una buena excusa para que no se acerque.
—¡Oye!—golpeo delicadamente su hombro.
—¿Que?, Oh vamos, te odia, además eres mi mejor amigo...
—Y ex-novio—interrumpio.
—Y ex-novio. Cambiando de tema, ¿Viste la herida de Draco en su mano izquierda?—le dirigió una mirada preocupante.
—Si—suspiro—Al parecer el pequeño Dragón está sufriendo lo mismo que Sirius, incluso logre ver cómo cogeaba al caminar—expreso.
—Si, también lo ví... ¿Viste a Sirius este verano?.
—Si, claro que ha escondidas de Remus, sigue diciendo que el fue quien traicionó a los Potter.
—Todo el mundo lo creé Cyg.
—Si bueno, me pidió que cuidara de Harry y te mando saludos.
—Espera, ¿Que, cuidaras de Harry?—Cygnus asintio—Nunca supimos, por qué Sirius se preocupaba tanto por Harry.
—Supongo que debe ser por qué es el hijo de su mejor amigo, o no lo sé. ¿En qué casa crees que el Dragoncito clasifique?.
—Slytherin, definitivamente—contesto.
—Yo le veo cara de Gryffindor.
—¿Enserio?—pregunto incrédula—Lo mismo dijiste en nuestra selección y miranos, terminamos en Ravenclaw.
—Si, puede que me haya equivocado, pero no puedes negarme que Ronnie y Harry serán Gryffindor.
—Eso si no te lo discuto—respondio dando por finalizada la conversación en el momento justo que los niños entraban al gran salón.
(...)
—Leo deberías dejar de observarla, se podría desgastar—expreso un muy divertido Adrián Pucey.
—Guarda silencio Adrián—contesto con una mirada de advertencia que puso pálido al nombrado—Aún no sé por qué sigue estando con ese idiota.
—¿No sé supone que terminaron el año pasado?—pregunto Marcus.
—Si, pero tengan por seguro que este será mi año, no dejaré que mi dulce flor me rechaze de nuevo.
—Y...¿Cómo estuvieron sus veranos?—pregunto Marcus rompiendo el incómodo silencio que se había formado.
—Aburrido y Solitario—Adrián respondio restándole importancia.
Leo rodó los ojos mientras comenzaba a hablar—Bueno, mi verano estuvo lleno del encantador Harry Potter—hablo con sarcasmo—Padre quiere que me haga amigo del famoso niño que vivió, pero también se lo dijo a Draco, claro que el muy idiota del miope, se atrevió a recharzar mi amistad, espero que al menos el idiota de Draco haga algo bien.
—¿Por qué, querrían hacerse amigos del niño que vivió?—pregunto un muy confundido Marcus.
—Mi padre creé que así será más fácil traer al señor tenebroso de vuelta, al parecer supo que Jack y Leila Avery le han estado mandando cartas a mi dulce flor todo el verano para que los ayude a escapar de Azkaban y puedan recibir una mayor recompensa y está claro que Lucius Malfoy no se quedaría de brazos cruzados.
—¡Malfoy, Draco!—McGonagall exclamó, llamando su atención. Todos aplaudieron cuando lo clasificaron en Slytherin.
—¿Pudiste hacerte amigo de Potter?—pregunto Leo cuando Draco se sentó a su lado.
Draco trago saliva nervioso, sabía que no debía mentirle a Leo Malfoy, su hermano mayor, el favorito de sus padres, pero no pondría en peligro a sus amigos y ahora nueva amiga, Hermione Granger, hija de muggles, sabía lo que su padre le haría si se entera, pero valía la pena correr ese riesgo—: No, Weasley me cerró la puerta en mis narices, Alexandra me llevo con ella al vagón de prefectos.
—¿Estuviste en el mismo vagón que Lupin?—pregunto con una ceja alzada y un rostro amenazante.
—No, Lupin se fue con los gemelos Weasley, solo estábamos yo y Alexandra—contesto tratando de sonar seguro.
—Bien, por qué sabes que no debemos relacionarnos con sangre sucias y traidores a la sangre.
—Pero Alexandra Avery es una traidora a la sangre, ¿No es así?—pregunto Bianca Parkinson, quien todos sabían que estaba obsesionado con el mayor de los Malfoy, al igual que su hermana menor lo estaba con Draco.
—Podria serlo, Parkinson, pero eso a mí no me importa, no cuando se trata de la chica que me gusta—respondio cuando Bianca estaba por abrí la boca.
—¡Potter, Harry!—atrapó toda su atención cuando dicho chico se sentó nervioso en el taburete, luciendo como si estuviera conversando con el sombrero durante unos segundos antes de ser clasificado en Gryffindor.
—No es de extrañar en absoluto—Marcus murmuró, mirando al chico quien a lo lejos había saludado al dúo de Ravenclaw.
(...)
—¿Es esa... mi sudadera?—Preguntó Cygnus, luciendo divertido.
Ambos tenían un dormitorio para ellos solos, pero eso no impidió que su mejor amiga y ex-novia viniera cuando quisiera y al revés.
Alexandra sonrió un poco divertida—Sí, me queda mejor a mi que a ti, ¿No crees?.
Cygnus rió levemente, mirando con adoración a la chica—Claro que si, Lexy, solo que esa no te la quedarás, te llevaste todas mis sudaderas solo me queda esa y otras dos.
—No te aseguro nada, buenas noches, niño bonito—dijo Alexandra acurrucándose a su lado.
Cygnus le besó la cabeza—Buenas noches, Lexy.
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𝐎𝐏𝐏𝐎𝐑𝐓𝐔𝐍𝐈𝐓𝐘 𝐓𝐎 𝐁𝐄 𝐇𝐀𝐏𝐏𝐘
Fanfiction✦; Ellos les dieron una nueva oportunidad para ser felices y les prometieron acompañarlos en su camino. Prometieron estar juntos a ellos aún y cuando no estuvieran en su vida.