PASADO
Sus embestidas no cesan desde hace horas. Tengo su cabeza refugiada entre mi cuello y hombro en donde inhala con fuerza perdiéndose en nosotros, sus feromonas hicieron el trabajo de siempre y es volverme más adicta a él.
Tengo la garganta seca de tanto gemir su nombre y jadear, de tantas horas en este limbo eterno el cual no tiene remedio alguno.
–Hueles delicioso. Mía
Me dice mientras pasa la lengua por toda la extensión de mi cuello y clavícula y no deja de arremeter, sus para nada sutiles mordidas adornan mi piel, sus manos que con fuerza sostienen mis muslos para tener mis piernas abiertas.
Siempre dispuesta para él, así es como me quiere.
Mi clítoris está demasiado sensible, tan sensible que siento un ardor delicioso que no para de recorrer mi epicentro y estoy tan perdida que no sé en qué momento vuelvo a tener otro orgasmo que explota en el instante en que él dirige su mano hacia mi botón repleto de fibras nerviosas mientras sigue embistiendo y tener esa combinación de sus manos tocándome, de su enorme miembro duro y firme dentro de mi sumándole el hecho de que me esté comiendo la boca, sus feromonas y como tira del lazo desesperado y ansioso es el detonante de todo esto que somos.
Son sensaciones tan deliciosas, tan llenas de éxtasis que te hacen querer más y más todo el tiempo.
Hacen que llegues al punto de hacer locuras por seguir sintiendo y teniendo esto que te convierte en una persona desquiciada. Es una enfermedad que no tiene cura, que te tiene totalmente perdido y de la cual nadie tiene escapatoria.
–Carajo...– suelta con su voz ronca en un tono tan melodioso y sensual para mí que solo hace que me moje más de lo que ya estoy– carajo preciosa, te extrañe demasiado.
Sus ansias delatan lo mal que la pasa cada vez que me suelta. Cada vez que se aleja y eso me duele porque sé que sufre mucho, no solo es el hecho de que su fuego le pide estar conmigo y consentirme sino que soy la única persona en el mundo capaz de soportar tener a un semi dios del mundo del fuego el cual su apetito sexual es cien veces más que un ser fogoso normal, y eso no es todo sino que aparte de venir de los Cinere que son la realeza es un Brann y su sangre es en donde el libido manda.
Tener a un Brann entre tus piernas es algo que se goza, que se disfruta y que te marca para siempre.
–¿Qué haces?– me pregunta cuando sostengo sus manos con fuerza impidiendo que cambie de posición.
–¿Quieres más?
Sus pupilas dilatadas y esa energía deliciosa que lo envuelve no puede pasar desapercibida para nadie. Su olor que me invita a querer hacer lo que tanto quiero, desesperada no dejo que responda porque mis rodillas tocan el centro de la cama y mi cabeza desciende hacia ese miembro que me hace delirar, ese falo grande y duro que me hace salivar.
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AETERNUS
Viễn tưởngSon los próximos herederos. Son una profecía. Son la muerte. Obra Registrada por Safe Creative 2109039157322