NARRADOR OMNISCIENTE.

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PASADO

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PASADO

Algo que no se menciono antes fue la última conversación que tuvo Eagan con Fayna.

El alto y salvaje príncipe estaba tomándose un momento después del último entrenamiento que tuvo con su mejor amigo. Se encontraba solo en la playa sentado bajo una palmera sobre la extensa arena blanca, el sol se iba ocultando en el horizonte, la marea subía de apoco y el atardecer llegaba hipnotizando a esos ojos color durazno que lo único que hacia además de absorber toda esa vista era pensar en ella...

Fragmentos de sus recuerdos favoritos se presentaron sacándole una sonrisa.

Eagan lanzo pequeñas chispas de fuego hacia el cielo nocturno logrando que se vean como miles de estrellas cayendo reflejándose e impactando en los ojos de Skade hasta desaparecer en la profundidad de esos diamantes. Eagan no podía evitar sentir tanta alegría que lo desbordaba, no podía evitar querer para siempre todo lo que ella le daba y es que eran esos gestos y esas miradas que le decían que iba a mantener su fuego seguro para siempre lo que lo descolocaba. Era el simple hecho de ver como ella no podía contenerse a besarlo, a acariciarlo, a abrazarlo y mimarlo. Era algo que a él le encantaba porque no podía evitar sentirse tan dichoso de que le toque una mujer así de preciosa, así de dulce que solo pensaba en el bien de todos y en adorarlo tal cual era.

La sostuvo de su pequeña cintura haciéndola girar empezando un baile tan hermoso que cualquier ser que los vea se quedaría hipnotizado por el espectáculo, porque ellos eran eso... un hermoso sueño, eran un placer visual, un perfecto deleite.

Skade y Eagan eran la más bonita y tierna magia que pudo haber creado el Universo.

Se dejaron llevar por esa primorosa energía que surge desde lo más profundo del Universo cada vez que están juntos. Olvidándose de todo lo demás porque siempre van a ser ellos.

No existe nadie más.

Eagan vuelve a la realidad y su corazón siente mucha nostalgia, la extraña y que su cerebro le proyecte esas imágenes en donde fue feliz hace un par de días no fue tolerado muy bien por su fuego logrando que se le forme un nudo en la garganta.

Otro recuerdo le llega.

Uno muy diferente y uno de sus favoritos ya que hace que pase la lengua por sus labios saboreando y anhelando ese dulce néctar que conoce muy bien y que necesita ahora mismo, este recuerdo es el que logra hacer que pase una mano por su ya prominente erección. Apoya la cabeza contra el tronco de la palmera sintiendo como el suave viento de la playa le llega y se deleita con las imágenes que le proyecta su cabeza.

Él tomo el globo aerostático y se dirigió hacía el Reino del Hielo, el enorme campo de tulipanes se extendía por debajo avisándole que ya estaba cerca de la frontera y que era momento de descender. El castillo no se hizo esperar luciendo tan intimidante como siempre y los pasos de él iban evaporando la nieve a medida que avanzaba, él no perdió el tiempo encaminándose hacia esa habitación color crema que conoce a la perfección, llego para darle una sorpresa a Skade esperando recibirla en brazos después de tres días sin verse, pero la sorpresa se la llevo él cuando sin hacer ruido entro a la habitación de ella pensando que estaría con Alma y Vittorio pero el lugar se encontraba en penumbras excepto el pequeño destello de luz que salía del baño...

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