Capitulo 16

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Su respiración era irregular pero no era por haber corrido probablemente veinte kilómetros en tan sólo unos segundos, mas bien era por el hecho de que tenía frente a ella un tornado que arrastró sin piedad el coche negro de su novia.

Lisa no se digno un minuto más a pensar, corrió y saltó adentrándose en el fenómeno de la naturaleza, por ese instante se dejó llevar por el viento hasta toparse con la delantera del auto cual reconocía bastante bien. Una de las puertas se había desprendido, la pelinegra estaba en la parte baja de los asientos delanteros resguardándose. La rubia entró aún con las fuertes ráfagas de viento, se sostuvo con firmeza del volante que por suerte todavía no salía volando. Vió a Jennie y por primera vez durante ese momento, se permitió respirar. No se percató que Jennie había girado su vista hacia ella, entre su cabello no distinguía la mirada sorprendida de aquellos ojos gatunos. Sólo atinó con el escaso tiempo que tenía y logró posicionarse encima de ella, protegiéndola en ese pequeño lugar mientras el vehículo se desarmaba poco a poco. Con sus brazos tapo su cabeza de cualquier golpe, no iba permitir que se lastimara.

...

Marco Manoban seguía persiguiendo en ese mal clima al reportero, todavía este tenía una cámara con todo grabado, y no iba permitir que esa información sobre su hija saliera a la luz.

-¡DAME LA CÁMARA!. Seguían en esa interminable persecución entre arboles y siembras. Cualquiera sabría que era un lugar desolado y antiguo. Pero de lo que no estaban nada previstos era de que una casa entera volaba y iba directo en caída hacia ellos. El señor Manoban logró tomar de la camisa al hombre empujándolo hacia una cueva, y lanzándose ahí mismo. En pocos segundos la casa cayó tapando así la entrada o salida de la caverna donde se habían metido.

...

Después de un sin fin de vueltas en esa bestia de viento, el cielo se había calmado pero el sol empezaba a asomarse. La rubia con cuidado quitó sus brazos para visualizar a su novia. Ahora estaban en tierra firme con muchos objetos de dudosa procedencia alrededor, pero estaban a salvo. Jennie aún después de todo ese ajetreo se veía sumamente hermosa bueno al menos era el pensamiento de Lisa, al verla tirada y con los ojos cerrados parecía demasiado... placida.

-Nini..- toco con suavidad el hombro de esta -Jennie... por favor, escúchame- acomodó con cuidado un mechón de su cabello pasándolo por detrás de su oreja -Vamos... Despierta. Viendo que no había ninguna reacción la tomó en brazos y corrió al hospital más cercano. El lugar estaba lleno de heridos, las camillas pasaban de haya para acá, algunos inconscientes y otros con lesiones. El personal estaba eufórico por tanta demanda. Claro nuestra joven rubia no iba permitir que no atendieran a su novia, por lo que caminó hasta los pasillos más concurridos en busca de un doctor.

-¡Necesito un medico!- anunció y viendo a una doctora le tomo del hombro con suplica en su voz -Ayúdeme. Acostó a la pelinegra en la primera camilla desocupada que encontró, mientras la mujer hacia un chequeo en sus ojos.

-Las pupilas reaccionan, la respiración parece normal, el pulso tambien se pondrá bien. ¿Cómo se llama?. Pero nadie respondió a esa pregunta, algo confundida la doctora miró de lado a lado y no encontró a nadie. No había rastro de la rubia que había llegado con esa paciente en brazos.

...

-Por su gran idea ahora estamos encerrados en esta choza con una casa impidiendo nuestra salida. Moriremos aquí.

Abel seguía refunfuñando caminando de lado a lado, mientras Marco sólo se sentó tranquilo en una esquina del lugar, no era por nada pero presentía que su hija lo podría encontrar y sacar, era cuestión de esperar.

-Si me da la cámara, lo sacare de este lugar.

-¡Antes muerto!.

-Usted lo pidió.

Superman - Jenlisa GipDonde viven las historias. Descúbrelo ahora