Capitulo 23

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¿Que sentirías si en un minuto, todo tu mundo cambiara drásticamente?. El ser pequeño que guardas como un secreto en casa, de pronto se encuentra en todos los periódicos de primera plana. ¿Cómo sentirías que el ser que antes solo te veía a ti, ahora tiene que lidiar con un mundo que le necesita? Aquella persona que guardas con tanto egoísmo, porque solo lo quieres para ti. Ahora básicamente, es de todos. 

En ese momento Jennie baja de la limusina, despues de ser interrogada por la prensa por ir en el tan famoso accidente de avión. Hace mucho que no sucedía, recuerda el tercer año de universidad como su último encuentro pero... el grupo se volvia a reunir. Fueron llamados a la casa Manoban, que por decisión de los señores, no había cambiado de lugar.  El granero se había convertido en el sitio indicado para las reuniones, donde habían puesto un piso subterráneo con coordenadas y cámaras de todas las partes del mundo. Había una mesa para nueve, cuatro por un lado y cuatro por el otro. Lisa se sentaba en el centro, que era la que tenia la decisión final.  La pelinegra se sentia nerviosa, como hace mucho no lo hacía. Sacudió con sus manos su falda negra perfectamente planchada y guardando postura entro al lugar, donde estaban todos menos la ocupante de sus pensamientos.  Espero que Siuni dijera algo pero parecía bastante tranquila, tal vez porque todavía no estaba enterada de que la coreana dejó plantada a su hija el día de su séptimo aniversario. Esperaron unos minutos en los cuales Bambam y Rosé se encargaron de aligerar el ambiente con historias y chistes de su epoca estudiantil. 

—Lamento el retraso— en ese momento la rubia entraba al lugar llevaba un sándwich en la mano y vestía unos jeans beige con una camisa azul con chaqueta negra —Me había quedado dormida cuando escuché el mensaje, salí rápido del departamento pero tenía hambre. 

—Me sorprende como has cambiado con los años— dijo sarcástica Rosé mientras recibía un puño en el hombro —¡Oye! Te he dicho que le bajes a tu fuerza, ocupo mi brazo para tocar... básicamente casi cualquier instrumento. 

—¿No habías comido?— pregunto con cara de espanto el chico castaño —¿Que clase de adulta responsable se supone que eres? Eso puede dejar repercusiones en tu salud, y luego te la pasas trabajando todo el santo día para que te comas simplemente un jamón entre dos panes, ¡¿Que te pasa?! 

—Calmante, Bambam— lo calmó  —Pareces su esposa. 

—Esta vez estoy de acuerdo con Bambam— espectó Siuni mirando seria a su hija —Te he dicho que puedes pasar por la casa, puedo prepararte lo que quieras. En que estaba pensando cuando te deje vivir sola, sí quemas las sopas instantáneas. ¿Jennie no se iba quedar contigo? La pelinegra se removió incomoda en su asiento mientras la rubia tragaba con pesadez el trozo de pan que había metido a su boca. Al final Jisoo pegó con un martillo en la mesa, llamando la atención de todos.

—No es por interrumpir— musitó la actriz —pero tenemos un asunto serio que conversar. En un momento podremos charlar de la mala alimentación y cocina de Lis, ahora veamos algo como esto— apuntó con un control al televisor más grande de la sala dando un clic

—Esta es la noticia más grande, desde el baile del caballo o el niño de cabello lindo cantando, Baby. Esto es mucho más, estas en todos los países, ciudades, pueblos... en cualquier lugar, se esta hablando de ti.  En la pantalla aparecía la rubia con el traje, saludando a los del estadio antes de salir volando. La reportera hablaba japones y en otro canal hablaban alemán, siguiéndole con español, chino, ingles, francés... una infinidad de idiomas. 

—Tengo que decir— inquirió Marco —que es una toma bastante clara, es bastante absurdo que pases tan desapercibida. 

—Años de practica— le respondió la rubia —No salgo mucho, hablo bajo, agacho la cabeza, uso lentes, el cabello lacio y no olvidemos la falda con... bueno, ya saben.  Antes de que alguien pudiera decir otra cosa, Sorn jugaba viendo canales cuando apareció uno singular. El robo de un banco por lo que se veía en la descripción del locutor que parecía conmocionado con lo que decía. 

Superman - Jenlisa GipDonde viven las historias. Descúbrelo ahora