Capitulo 15

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En un escrito de negocios, recostado en una silla reclinable estaba Ryder Daniels, tomando paciente un buen vino del 83. El sonido de su zapato resonando contra el piso era lo unico que se podia escuchar, hasta que un joven entro en la habitación. 

-¿Quería verme, joven Daniels?  Era un señor unas arrugas ya adornaban su cara, el cabello negro pero unas canas sobresalían de el, delgado y portaba un gran saco con su respectiva corbata. 

-Si.. Abel, es un placer tenerte por aquí. Por favor, toma asiento. 

-Oh, es usted muy amable.  El hombre procedió a sentarse en una cómoda silla de frente al joven. 

-Dicen por ahí, que eres el mejor reportero de todo este pequeño pueblo. ¿Eso es cierto?. Sabes las noticias al instante y eres bueno para... conseguirlas. 

-No quiero presumir, pero eso es cierto. Nada pasa desapercibido para mi y en este lugar hay demasiado por donde ver.

-Tienes razón.- razonó Ryder pasando una escena por su mente.  «-Lisa... ¿como pudiste subirnos?  - No lo se, adrenalina creo. » 

-Quiero ofrecerte un trabajo. 

-Siempre es un placer trabajar para usted joven Daniels. 

-Es bueno escuchar eso, es algo sencillo. Quiero saber todo sobre la familia Manoban, antecedentes, antiguas viviendas, si es necesario hasta el perro que se les murió. Quiero saberlo todo. Pero sobre cualquier cosa... investiga a la menor, Lisa Manoban. Su comportamiento, sus relaciones, amigos, su novia, que hace y cuando, cualquier cosa fuera de lo normal, lo quiero saber. 

-¿Puedo.. preguntar el porqué? 

-No, no puedes. Yo te pago, tú sigues mis ordenes. ¿Entendido?. 

-Lo comprendo, en cuanto la cantidad sea considerable.

-Tenlo por seguro. Haz bien tu trabajo, y te daré lo que quieres. 

... 

Por otro lado sus lentas y suaves respiraciones, era el unico sonido en la habitación de la pelinegra, no fue por planearlo pero se habían quedado dormidas, despues de hacer el amor. Era una imagen bastante encantadora. La rubia recostada, ya con su pantalón medio puesto, la coreana se recargaba en su pecho usándolo como almohada, ambas parecían cómodas. 

-Jenn... ¡Jennie ya llegue! ¿Donde están mamá y papá?- era la voz de Jimin entrando con desdén al cuarto -¡Ja... ¿Jennie?.  El chico las vio con la cabeza ladeada aun procesando lo que veía. Y como si sintieran la mirada, las chicas comenzaron a despertar, soltando bufidos de reproche en el proceso. 

-Enano.. ¿Que haces aquí?- reclamó la pelinegra sin quitarse de su posición, dandole entender a la rubia que no se moviera. 

-Lamento interrumpir tu linda siesta, pero ¿donde están nuestros padres?- con comodidad se sentó en la cama al lado de las chicas -Vaya.. viéndolas asi, tu cama parece bastante cómoda. 

-Calla.- bufo la mayor Kim ante el comentario de su hermano -Están entregando las invitaciones para la boda del tío Will.  El chico bufo con aburrimiento, vestía una camisa verde y unos jeans de mezclilla, talló su cabello con pereza para girar su mirada a Lisa. 

-¿Quieres jugar mi nueva versión de Call of Duty?. 

-¡¿Enserio?!- chilló la rubia sentándose de un salto tal cual niña pequeña -¡Ya lo tienes! ¡¿como lo conseguiste?!. 

-Ya ves.. contactos.- presumió Jimin con una sonrisa despeinando el cabello de la rubia -¿Lo jugamos?. 

-¡Si!... es decir, solo si Je...- miraba a su novia con suplica en los ojos.

Superman - Jenlisa GipDonde viven las historias. Descúbrelo ahora