Capitulo 22

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Un año después

Era un día relativamente soleado, los pájaros deambulaban de lado a lado, los parques se llenaban, el trafico era igual de insoportable desde que habían extendido la ciudad, los ejecutivos corrían de por cada calle con maletines en mano y fuertes corbatas en sus cuellos. Propaganda de publicidad por todos los muros disponibles, camiones e incluso bancos. La pequeña ciudad que un día había sido, estaba totalmente cambiada. 

Nuestra rubia que recién salia del trabajo venía caminando por las calles, con su típico atuendo y gafas. Llevaba el celular en la oreja y con su otra mano sostenía un maletín, seguramente lleno de archivos. 

—Hoy no puedo chicos— decía entrando a una tienda bien decorada bajando el tono de voz al pasar —Le dije que hoy es mi aniversario séptimo con Jennie... es especial— negó con la cabeza al escuchar a sus dos amigos resoplar por el aparato —Si, es muy, muy importante.  Una joven del local salía a atenderle se quedó parada al verla hablar por teléfono, la rubia le hizo un ademan con las manos comunicándole que terminaría de hablar en un momento. —Ustedes vayan a divertirse, prometo estar para la próxima— soltó una risa por un comentario del chico castaño —¿Te ha dicho Rosé que pareces mi esposa?— la rubia y la otra rieron con fuerza —Sé que sera la fiesta del año pero, esta noche sera diferente y...— se paró frente a una de las tantas letrinas que había —especial, chicos. Los quiero y no se enloquezcan demasiado, espero salir con ustedes en la siguiente. 

Se despidió, y aclaró su garganta al guardar su celular en el bolsillo de su saco. 
—Disculpa,— expresó pasando una mano por la parte trasera de su cuello —en realidad estoy algo nerviosa. 

—No se preocupe, es un lindo día— comentó la empleada en forma de saludo —Imagino, señorita... 

—L-Lisa... mi nombre es Lisa— extendió su mano y las estrecharon como algo meramente formal

—Tiene razón, es un lindo día.  —Bueno, yo soy Brittani y como decía imagino que sus nervios son por...— elevo las cejas en una mueca cómplice —Una sortija de compromiso, ¿o me equivoco?  La rubia jaló su corbata sintiendo que el aire le faltaba  

—N-No, no se equivoca— negó con la cabeza —Este... una amiga me recomendó este lugar y, y me pareció lo mejor elegir un anillo por aquí. 

—¡Oh, ya veo!— espectó la joven sacando varias opciones de distintos gabinetes —Este es el mejor lugar, no pudo estar mejor recomendada. ¿Puedo saber el nombre de su amiga? 
Lisa se había perdido unos segundos viendo tantas diferentes variedades, tamaños y colores de sortijas pero agito la cabeza para concentrarse 

—S-Se llama chi... Kim Jisoo. 

—¡OH POR DIOS!— chilló la chica dando un brinco tal cual conejo —¡¿la ACTRIZ?!.. ¡¿Esposa de la famosa cantante... Rosé?! 

La rubia asintió con la cabeza, demasiado distraída observando como para ver a la joven apunto de colapsar de emoción. Se veía en sus ojos la determinación y el esfuerzo en encontrar justamente el indicado, aún con esas gafas... sus ojos eran la puerta más grande hacia su alma. 

—Parece ser una chica afortunada.. 

—¿A q-que te refieres? 

—La chica a la que le entregaras el anillo— afirmó la muchacha sentándose sin quitar la mirada de la rubia —Parece ser que la amas demasiado, y lo dice alguien que hace diez minutos no te conocía... y cinco de ellos no platicabas conmigo. 

—Es complicado, sabes— ajustó sus lentes con un toque en el entrecejo —Ella es hermosa, ella es todo lo que quiero como mujer, y... y la veo, y todo lo que creo real, todas las preocupaciones o disgustos, todo lo que creo humano...— suspiró—Se vuelve obsoleto, parece irreal... porque para mi ella es perfecta.  La joven le escuchaba atenta mientras hacia al lado varias gavetas en busca de algo, seguía prestando le atención cuando siguió hablando.  —Podría estar en la mansión más lujosa, el lugar más bonito y elegante... muebles de oro, diamante o plata, todo un lugar de selección, clase, algo casi nunca visto, pero aun con todo eso... Ella, Ella me deslumbraría más... mucho, mucho más.  Cuando la rubia paro de hablar, la muchacha la observaba con media sonrisa recargada en una pared de su costado. Había abierto una misteriosa gaveta y la ponía enfrente de ella, de manera segura y discreta. 

Superman - Jenlisa GipDonde viven las historias. Descúbrelo ahora