We'll Meet Again. [JJBA Jonadio]

God face.

Estaba atrapado en ese momento.

En la desesperación que sentía mientras buscaba luz a través de una niebla espesa y nauseabunda que se tragaba todo a su paso, impidiéndole la capacidad de ver y respirar adecuadamente, mientras seres oscuros y retorcidos iban detrás de él. Podía sentir que le pisaban los talones, con la intención de arrebatarle lo único que le quedaba de valor.

Los escuchaba, cada vez más cerca, entre gritos e insultos hirientes, en los que se burlaban de su bondad y caballerosidad, virtudes que lo llevaron a encontrarse en esa desafortunada situación.

¿Ese iba a ser el final de su vida?

Acorralado en el laberinto de aquellos callejones en ruinas, entre las pestes, la podredumbre y la muerte. En donde incluso respirar era cada vez más doloroso por cada segundo que pasaba. La fatiga se sumo a sus males, y sus piernas comenzaron a temblar. Finalmente aquellos días de cautiverio expresaban las consecuencias en su cuerpo. Pues incluso siendo la estrella del equipo de Rugby de su universidad, y un Alfa, tenía sus limitaciones.

Entonces se detuvo e intentó recuperar el aliento, pero se arrepintió al sentir como esa niebla pesada y toxica aplastaba sus pulmones. Y al creer que la muerte era su único destino, se permitió anhelar por última vez la luz de los días soleados en su hogar en el campo, donde el aire es limpio y la tierra es fértil.

Y hace una última plegaria.

Entonces percibe un aroma agradable que inmediatamente lo envuelve con una sensación de consuelo, es como la fragancia pura de un campo de flores en el roció de la mañana. Después una repentina luz brilla sobre él, intensa e imponente como el mismo sol. E inevitablemente piensa en el paraíso cuando puede ver un par de hermosos ojos que brillan como el oro, le observan con un sentimiento sin nombre que hace que su corazón salte dentro de su pecho.

¿Ese era el rostro de Dios?

Esa pregunta se queda en su mente, y rápidamente todo se oscurece, escucha muchas voces, gritos, y demás sonidos que lo aturden, como una angustiante tormenta en medio del océano en el que está atrapado.

¡Sígueme, Jojo!

Y al escuchar esa voz despierta con sobresalto.

Se impulsa hacia arriba, como si se dirigiera hacia la superficie para un reconfortante suspiro. Sin embargo la dolorosa realidad lo golpea en la frente, obligándolo a caer de nuevo entre las sabanas, mientras lleva una mano hacia la zona dolorida. Ahoga un gemido, y con su mano libre se apoya en su incomoda cama tras procesar el golpe, y busca la luz que necesita para saber en donde se encuentra. A tientas consigue encender el farol de aceite que hay sobre su cabeza, y lo reconoce como el objeto contundente que causo el dolor punzante en su frente.

Ha despertado, esta es su realidad y poco a poco todo se ordena en su cabeza. Lo anterior solo era un recuerdo, resguardado en lo profundo de su mente desde hacía cinco años.

Entonces observa con atención para familiarizarse con el lugar, no hay paredes solidas, ni elegantes muebles o cualquier lujo que se considere una comodidad. Se encuentra en una tienda de campaña, una artesanía hecha a mano con el pelaje de animales que habitaban en los áridos desiertos.