Our Oath.

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Era un cálido día de verano. Los rayos del sol besaban sus mejillas, la brisa suave agitaba los girasoles, llevando su fragancia a través de la tierra. La tranquilidad era absoluta, su paraíso soñado lejos de los problemas.


- Shiza...


Sonrió al escuchar aquella vocecita infantil, llamándolo cariñosamente, y al abrir sus ojos pudo ver al culpable de perturbar su paz.


El niño de ocho años reposaba su cabeza sobre su regazo, sus mejillas estaban tenuemente sonrojadas debido al cálido calor del sol. Observaba el campo de girasoles en el que se encontraban, y a pesar de la hermosa vista su ceño estaba fruncido en una expresión molesta.


- ¿Estás listo para contarme porque te peleaste con Julius?- Preguntó con voz suave, mientras peinaba ese cabello rebelde y oscuro entre sus dedos, intentando darle algo de orden.


- Se burlo de mí...- Respondió, haciendo un puchero con sus labios regordetes.


- ¿Qué te dijo está vez?- Preguntó preocupado. Conocía a su hermano y lo terriblemente molesto que podía ser sin proponérselo.


- Que quiere que te cases con mi primo Nicholas, porque el ya es un Alfa grande y fuerte. ¡Y porque él si le agrada! - Le contó, expresando sus sentimientos de frustración casi al borde de las lagrimas.- ¡Escucharlo me hizo enojar mucho!


- No deberías hacerle caso, solo lo dijo para molestarte.- Caesar lo arrulló, acariciando su mejilla.- Y a decir verdad, creo que Nicholas solo tiene ojos para su yegua.- Sentenció con un aire dramático, intentando divertir al niño y mejorar su humor.- Además, yo soy perfectamente capaz de tomar mis propias decisiones, especialmente si se trata de con quién he de casarme algún día.- Ante su afirmación el niño se incorporo de su regazo y le hizo frente, con una sonrisa brillante.


- ¡Entonces, elígeme a mí!


- ¿Cómo dices...?


- ¡Que quiero ser tu esposo!- Exclamó, con toda la seguridad que tenía en su voz.


Caesar hizo una pausa, y observo con atención al niño, sus ojos azules con ese matiz verdoso, llenos de esperanza. Esa no era una petición que pudiera ignorar, le estaba abriendo su corazón, y tenía que ser cuidadoso con sus palabras para no herirlo.


¿Pero cómo podía explicarle a una mente tan pequeña, lo complicada que era su petición en ese momento? Él apenas entendía las absurdas leyes de su sociedad respecto al matrimonio, lo que estaba permitido y lo que no, en base a la casta y la posición social en la que habían nacido.


Joseph ya había expresado abiertamente su frustración a la expectativa sobre no ser un buen Alfa, a pesar de que era demasiado joven para tener casta. Mientras que Caesar, teniendo dieciséis años aun no presentaba una condición definida.


Era un destino incierto.


- ¿Eso quieres? - Preguntó, con una sonrisa comprensiva, y el pequeño asintió con entusiasmo.- Si te casas conmigo, mi familia será la tuya.- Comenzó a explicarle, cuidando sus palabras. En su intento por disuadirlo sin ofender sus sentimientos.- Julius sería tu cuñado. Algo parecido a un hermano, pero muy molesto, más de lo que es ahora...

We'll Meet Again. [JJBA Jonadio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora