We'll Meet Again. [JJBA Jonadio]

Walk like an Egiptian.

El siete de febrero de 1889, en el primer aniversario de su matrimonio, Jonathan y Dio, llegaron al puerto de la ciudad de Londres, junto a George Joestar, Jean Pierre Polnareff, guardias y demás sirvientes que los acompañarían en su travesía de aniversario. El destino elegido fue Egipto.

- ¡Esto va a ser muy emocionante!- Polnareff exclamó, mientras contemplaba junto a Dio, George y Jonathan como la ciudad de Londres desaparecía conforme se adentraban en el océano.- Cuando era niño jure que algún día cumpliría mi sueño de ir a Egipto, pero no creí que se haría realidad antes de tener mi propio negocio.

- ¿Qué es lo que llama su atención de Egipto?- Jonathan preguntó con una gran sonrisa.

- ¡Todo!- El francés respondió eufórico.- Oh, perdone mi ímpetu, es solo que mi padre visito el Cairo en su juventud, y me contó todo lo que vio durante su estadía. Y bueno, en sus palabras era una tierra mágica, con su arquitectura legendaria, su mercado de oro, fragancias, especias y telas. - Hizo una pausa para tomar aire y sonrió con picardía.- Pero sin lugar a dudas, mi mayor interés son los hombres del desierto~

- Quien lo diría, desde niño eras un indecente.- Dio comentó con incredulidad.

- ¡Mon dieu, NO!- El francés se defendió, con una expresión escandalizada.- En realidad mi interés es respecto a cómo es que pueden vivir en un entorno tan hostil. Además de conocer sus costumbres, mi padre dijo que era muy diferente a la vida en las ciudades.

- Que bueno que mencionas el aspecto cultural. Porque de ante mano te advierto que no quiero que te pongas a coquetear como lo haces con los hombres de Londres.- Dio le advirtió con seriedad.- En Egipto te meterías en problemas, ya que los Omegas carecen de libertades, y son considerados mercancía.

- Lo que dice Dio es algo a considerar...- Jonathan apoyo las palabras de su esposo, mostrándose genuinamente preocupado.

- Entonces... ¿Es cierto que cambian a sus mujeres y omegas por camellos?- George preguntó, escandalizado.

- Si. Pero, bueno, el camello es un animal muy valioso en el desierto... Pero si, es una práctica un tanto...

- Terrible.- Dio aseguró sin titubear.- Tan incivilizada como lo fueron las ventas de esposas en las zonas rurales de Londres, Irlanda y Escocia.- Rememoró, un viejo capítulo de la historia de su patria.

- ¡Oh, mon ami! ¿Por qué siempre tienes que ser tan fatalista?

- Soy realista...- Respondió mirándolo con molestia.- Y tu también deberías comenzar a serlo.

- Como sea... ¡No tienes por qué preocuparte, te dije que me comportare debidamente!- El francés aseguró, casi con un aire ofendido.- ¡Así que, levanta esos ánimos!- Exclamó mientras se acercaba a su buen amigo.- ¡Este será un gran viaje con grandes aventuras para todos! Puedo sentirlo en mis huesos~

- Espero que en serio lo sientas solo en tus huesos...