Sunflowers in Venice.

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- Es preciosa.


- Una bella principessa.


Con unas cuantas horas de nacida, la primogénita de Gyro y Johnny había robado suspiros a sus parientes y amigos.


Tuvieron que esperar hasta mucho después del amanecer para que se les permitiera entrar a las habitaciones de Julius y Johnny. Actualmente el omega estaba despierto, pero tenía ese aspecto cansado y pálido, sin embargo, la sonrisa en sus labios y el brillo en sus ojos, estaban llenos de vida y amor para su pequeña hija, mientras la acunaba con recelo entre sus brazos.


- Felicidades, Johnny. - Caesar felicito a su cuñado, apreciando con cariño la imagen de este junto a su pequeña sobrina, rodeados por ese calor reconfortante y el aroma dulce de una nueva vida.


- Creí que no podría...- Johnny se quedo callado antes de completar aquella frase, pero Caesar supuso que era lo que había intentado decir.- Gracias por permitir que Julius estuviera a mi lado.- Miró a todos con una sonrisa.- Sé que es un imbécil, pero lo amo.


- Yo también te amo, querido.- Gyro respondió a su peculiar halago, con una sonrisa tonta.- Tanto como amo a nuestra preciosa hija, Nyohoho~- Tarareó, mientras se inclinaba sobre Johnny, lo suficiente para acariciar con delicadeza una de sus regordetas mejillas, y fascinarse con la suavidad de su piel rojiza.


- Si. Afortunadamente, parece que lo único que va a heredar de ti es el cabello.- Joseph se burló, mientras miraba los delicados mechones que sobresalían debajo de la cobija que la cubría. Hasta el momento no habían visto sus ojos, pero su piel y sus labios regordetes le daban más parecido a Johnny. Al menos en la opinión de Joseph.


- ¿Escuchas eso, Joseph?- Gyro le preguntó mientras hacia un ademán teatral con su mano cerca de su oído.


- ¿Qué cosa?


- ¡Nadie está pidiendo tu opinión!- El italiano le gritó mostrándose muy molesto por su ofensivo comentario.


- Ciertamente, tus palabras están fuera de lugar, Joseph.- Jonathan lo reprendió con seriedad.


Y cuando parecía que la discusión escalaria a algo más tenso, la pequeña en los brazos de Johnny emitió un quejido, removiéndose intranquila. Todos guardaron silencio, dejando que Johnny la arrullara. Lo hizo hasta que su hija volvió a ponerse cómoda en su pecho y continúo durmiendo.


- Ahora... Dejen de gritar, van a despertarla.- Johnny advirtió, su voz era suave pero amenazante.- Y si eso sucede los echare de aquí, especialmente a ti, Julius.- Llamo a su esposo por su nombre lo que rápidamente le hizo palidecer, porque eso solo sucedía cuando lo llevaba al límite de su paciencia.


- Me callare cuando Joseph dejé de decir estupideces.- Sentenció, con un puchero mientras miraba al Beta.


- Eso va a ser complicado, Joseph nunca deja de decir estupideces.- Dio aseguró, con algo de burla.

We'll Meet Again. [JJBA Jonadio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora