Happy aniversary.

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El invierno llegó a Londres con la primera nevada de la temporada, siendo este un aviso anticipado de que su navidad sería un paisaje blanco y frio.


Y dada la importancia que los londinenses le daban a las celebraciones navideñas con sus fastuosas fiestas, el trabajo de todos los comerciantes y demás proveedores aumentaba considerablemente.


Restaurantes, panaderías, carnicerías y otros establecimientos de comidas, al igual que las sastrerías, tiendas de juguetes, dulces y demás curiosidades. Todos debían esforzarse debidamente para cubrir las expectativas de sus clientes, que visitaban sus establecimientos en busca de lo más lujoso y sobresaliente para poder pavonearse entre los suyos durante las fiestas.


Y a solo cuatro días para noche buena, las calles de Londres estaban rebosantes de familias de todos los estratos sociales, que se maravillaban con los colores brillantes que adornaban los escaparates.


Dio también quería ser parte de esa dicha, y unirse a su propia familia lo más pronto posible para las compras, pero antes tenía asuntos que atender.


En ese momento se encontraba dentro de una gran habitación, sentado cómodamente en una elegante silla acolchada. El ambiente era frío, pero se mantenía ajeno a este ya que llevaba puesto sus guantes y su grueso abrigo de piel, confeccionados a la medida por su buen amigo francés.


Tampoco estaba solo ahí adentro, a través de la gran habitación había más de trescientos Alfas varones con edades que oscilaban entre los veinte años a los sesenta años, cada uno ocupando su respectivo lugar.


Sin embargo, las figuras que más resaltaban eran aquellos que custodiaban el recinto en favor del orden y la seguridad de sus miembros, pero de todos los asistentes, era Dio quien gozaba de especial atención. A su lado había dos hombres flanqueando a su izquierda y derecha, de estatura y musculatura notable, y un rostro lo suficientemente amenazador para intimidar a los peores criminales encerrados en la torre de Londres.


- El último asunto en la agenda de este año.- El vocero de la cámara anuncio, con una voz estridente que recorrió cada rincón del gran salón.- Es respecto a la aprobación de las reformas 78 a 86, sobre el derecho a la educación obligatoria a todas las infancias de Gran Bretaña.


Pese a las objeciones, reclamos, y notables obstáculos, Dio había logrado su mayor aspiración de vida, ser miembro de la cámara de Lores en el parlamento Británico.


Todavía recordaba con orgullo y diversión el día que fue nombrado oficialmente. Jotaro y el arzobispo estuvieron presentes, también Jonathan y George. Incluso Polnareff había encontrado la manera de entrar.


Fue una recepción tensa, con miradas soberbias sobre su persona y todos esos ceños fruncidos, en un intento vano de intimidarlo lo suficiente para ahuyentarlo y convencerlo renunciar.


Pero Dio apenas se inmutó ante tal escena. Había crecido en los barrios más pobres de Londres, entre criminales, asesinos y un progenitor alcohólico que lo había tratado peor que a la escoria. Sabía perfectamente cómo lidiar con la intimidación y el miedo.

We'll Meet Again. [JJBA Jonadio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora