El nigromante [TRADUCCIÓN]

Capitulo 24

Voldemort echó la cabeza hacia atrás y se rió por unos largos momentos, su taza de té casi se derrama en su regazo. "Pagaría mucho dinero por ver la expresión de los rostros de los hermanos Black cuando se den cuenta de que no tienen ni un centavo".

Riendo, Harry sacó su varita. "Estoy feliz de darte eso gratis". Y luego lanzó su Patronus y un barok plateado salió disparado de la varita de Harry. "Dile a Sirius que será mejor que traiga su trasero aquí ahora mismo porque Gringotts está regalando todo su oro". Asintiendo, el barok se dio la vuelta y desapareció a través de la pared.

"Por supuesto que tu Patronus sería una de esas bestias aterradoras", dijo Voldemort, aunque no sonaba particularmente asustado, incluso con Keket, el barok de carne y hueso, durmiendo a seis metros de distancia.

"¿Lo que es tuyo?" preguntó Harry, preguntándose qué tipo de animal representaría el funcionamiento interno de un Señor Oscuro.

"Nunca me molesté en aprender ese hechizo", dijo Voldemort, agitando su mano en un gesto desdeñoso antes de volver a tomar su té.

Harry guardó su varita y tomó su propia taza. "¿Por qué no? Son muy útiles para enviar mensajes rápidos".

"Mmm." Voldemort sonrió de una manera que parecía que escondía un secreto que le divertía mucho. "Tengo otras formas de comunicarme rápidamente con mis seguidores".

Ah, sí, Harry recordó que su familia le dijo que Lord Voldemort marcaba mágicamente a sus seguidores. Debe ser a eso a lo que se refería. Y aunque a Harry le encantaría saber más sobre ese tipo de magia, tenía asuntos más urgentes que considerar en ese momento. "Así que estaba planeando invitarte a visitar un vivero de árboles frutales esta tarde, para comenzar con nuestros huertos. Pero ahora parece que visitaré Gringotts en su lugar".

"Uno no tiene que excluir al otro", señaló Voldemort.

"Eso es verdad," dijo Harry con un pequeño ceño fruncido. "He estado considerando invitar a los goblins a vivir en Magica y no me importaría escuchar tu opinión sobre esto. No tengo experiencia con goblins, excepto por aquella vez que visité mi bóveda después de llegar aquí.

Voldemort inhaló profundamente, lo contuvo por unos momentos y luego exhaló lentamente. "Esa es una bolsa impredecible de kneazles que acabas de abrir".

"¿Cómo es eso?"

"Debes entender, Harry, que los duendes y los magos han estado en guerra durante siglos, si no milenios. Sí, entre las guerras hubo treguas y negociaciones de paz y moratorias y altos el fuego antes de que inevitablemente surgiera un nuevo conflicto y ambas partes volvieran a luchar". Voldemort se rió entre dientes ante la mirada con los ojos muy abiertos de Harry. "Todo el mundo siempre se queja del profesor Binns y sus interminables conferencias sobre numerosas guerras de duendes, pero al menos conocer algo de nuestra historia es útil en situaciones como esta".

"Si los magos luchan constantemente contra los duendes, ¿por qué les dejas controlar tu dinero?" preguntó Harry completamente asombrado.

"Porque eso es lo único que acordamos dejarles mantener, el monopolio de la banca en el mundo mágico británico, mientras les despojamos de casi todos sus otros derechos". Voldemort colocó su taza vacía sobre la mesa y parecía disfrutar mucho sermonear a un oyente entusiasta como Harry. "Hay muchos otros países que también usan duendes para la banca, pero también hay muchos que no lo hacen. Usan gnomos, como Alemania, Austria y Suiza, o tienen un banco dirigido por magos como Rusia y la mayor parte de Sudamérica".

"Está bien", dijo Harry con el ceño fruncido pensativo. "Así que no tenemos que usar duendes para iniciar un banco si no queremos".

"Nosotros no", dijo Voldemort, con la boca curvada en una sonrisa más bien sedienta de sangre. "Por supuesto, dado que la mayoría de nuestros residentes hasta la fecha son británicos, los duendes bien podrían reclamar que su derecho sobre un monopolio bancario se extiende a Magica, y si nos negamos, podrían declararnos la guerra".