Una muñeca

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Kyler

Día cuatro y ya hay problemas. Y lo peor es que no puedo dejar de pensar en todo lo que yo fallé. Cuando la vi salir de su habitación estaba...tan linda, tan sensual, sus muslos cremosos expuestos, me distraje. Solo atiné a recordarle el toque de queda. Luego tuve pensamientos tan sexuales sobre ella que me obligué a bajar al gimnasio y sudar hasta sacarlo todo. Me tomó como dos horas. Volví destrozado a mi habitación, me di una ducha fría, y cuando terminé de vestirme noté que ya eran las doce. Fui a su habitación, porque quizá había llegado sin que la escuchara, pero ella no estaba ahí. Bajé, tampoco. Así que ahora llevo diez minutos dando vueltas alrededor de la isla, pensando en todo lo que hice mal. No le pregunté la dirección del bar al que fue. No le pregunté con quien iba. No le pedí el número de esas personas por si no podía contactarme con ella, como está ocurriendo ahora. No le recordé la regla de no tomar alcohol en la semana. No le pedí que me enviara un mensaje si acaso alguna situación la hacia tardarse, en vez de explicármelo cuando llegara, que quizá es algo que ella asumió aceptable. No hice una mierda bien, salvo recordarle el toque de queda. Viendo que fue lo único que si le recordé, bien podría haberse esforzado en al menos cumplir eso.

Joder, no estoy hecho para esto. Tengo la cabeza llena de cosas negativas, pero seguro todo sea mío. Como dijo Michael, te pones paranoico a la hora de cuidar a alguien. No es que estaba totalmente ebria y chocó y ahora está en el hospital desangrándose. No es que alguien le echó algo en el bar a su bebida y le están haciendo de todo en un baño sucio. No es que decidió joderme la vida y va a volver en una semana luego de irse a Las Vegas. Lo más probable es que se distrajo charlando con amigos, olvidó mirar la hora por un rato, y se le pasó. Son las doce con trece minutos. Aun es cerca de su rango de llegada. Quizá tardó solo un poco más en mirar la hora, y salió hace pocos minutos. Quizá es que está muy lejos el bar, y calculó mal el tiempo de viaje. Tengo que pedirle que me mande un texto, si. Que si sale a algún lugar, cuando emprenda marcha para volver me mande un texto. Eso me dejará más tranquilo. Y que se ponga una alarma, también. Al menos cinco minutos antes de las doce, una alarma, y todo solucionado. Ni siquiera me importaría que llegue a las doce treinta si al menos me avisa que va a tardar un poco más por el motivo que sea. Ella es tranquila, realmente. Habló conmigo y me dijo que quería hacerlo bien por su padre, y ellos realmente se aman, lo que dijo es verdad. Y hablé más de ella con Harry, que resulta amarla también. Es una persona generosa de verdad, no llegaría tarde solo por joderme a mi, estoy seguro de eso pese a no conocerla mucho. Lo más probable es que se distrajera, realmente. Usaremos esto como aprendizaje, ambos. Yo pediré más datos la próxima vez que salga, y le diré lo de la alarma y mantenerme avisado por cualquier cambio de momento. Eso es, es un buen plan. Esto solo será un aprendizaje. Ella se distrajo, pero nos encargáremos de que no pase más en lo posible, y en cualquier caso de que yo pueda contactarla por otros medios, amigos, o ir a buscarla en caso extremo. Todo está bien, solo se le hizo unos minutos tarde.

Escucho la puerta y suspiro, viendo que son doce y dieciséis. ¿Ves? Era justo eso, se le hizo unos minutos tarde por una tonta distracción, no quiere joder, es buena. Salgo más relajado, pero cuando la veo tambaleándose, apoyándose en la puerta, mis ojos se abren de par en par.

-Heaven-exclamo y corro a ella, que está totalmente ensangrentada y me mira agotada, con sangre en su boca.

-No llegué tan tarde-suelta, tratando de sonreír, pero su labio se parte más y hace una mueca.

-Joder, ven aquí-llamo, alzándola en brazos, y voy rápidamente al baño más próximo, dejándola despacio en el mármol del lavabo. La examino en general y veo sus rodillas y un poco de sus piernas destrozadas, con cortes, vidrios y sangre desparramada. Sus nudillos están iguales y tiene un corte en la parte baja de su antebrazo, casi la muñeca, expuesto por la manga de su cazadora, que está algo arremangada. En el cuello tiene una marca ligeramente enrojecida y en el rostro el labio hinchado y partido. En un segundo entiendo lo que pasó, y sus nudillos me dicen que dio pelea. Tomo su rostro con cuidado y la obligo a mirar mis ojos-¿Te hicieron algo más de lo que veo?-susurro, y ella niega.

Sistema de frenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora