Dormida

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La semana siguiente a llamar a su padre Heaven comienza terapia. Vuelve de la primera cita luciendo conforme, ni emocionada ni triste, solo...bien. Irá los lunes y jueves de cada semana, así que esos días la esperamos más tarde. La primera semana pasa, aun nos mantenemos con contactos cariñosos, hasta que saque un poco lo que pasó y vuelva a sentirse comoda. La segunda semana...lo noto. Cada día va a peor, más callada, menos risas, menos sonrisas, más ojeras. Lei en internet que a veces para comenzar a mejorar primero hay que empeorar, pero para el jueves ya se ve tan mal que comienzo a desesperarme. No sé si tendría que llamar a Michael o no, porque lo veo, pero ella no me deja profundizar en que pasa, no se abre. El viernes despierto en su cama y la veo ya despierta, sentada contra el respaldo, fumando un cigarrillo mientras me mira.

-Nena-suspiro, rodando para poner una mano en su vientre, y su mirada se ve tan apagada que me mata.

-Shh-susurra y lleva su mano libre a mi frente, para acomodar un cabello que habia caido hacia adelante-Descansa cachorro, descansa-tararea, en ese estado tan raro que está ultimamente, como desvariando-El coco no puede solo contra todos esos monstruos, pero yo te cuidaré, yo te cuido-murmura, acariciando mi rostro, pasando sus dedos por mis parpados para que los cierre. Lo hago, y trato de no derrumbarme por como su mente parece tan perdida.

-Te amo-susurro, dejando un beso en su palma.

-Mmm, lo sé, yo a ti-tararea en un susurro, mientras el humo del cigarrillo se extiende por la habitación-Te cuidaré de ellos Ky, no los verás. Los monstruos no llegarán a ti-insiste y trago, apretando mi frente contra su muslo. Eventualmente voy abajo, a preparar un desayuno, pero de nuevo solo somos tres. Heaven baja cinco minutos antes de salir, viene a dejar un beso en mis labios y se encamina a la cochera sin mediar palabra.

-Ky-escucho en un susurro y miro a Sarah, que me observa preocupada-Dale...dale un poco de tiempo ¿vale? Esto...es normal, yo...no me corresponde explicar, lo siento, pero te prometo que estará bien, solo es...la epoca-concluye, y no dice más antes de irse con Derek. Comienza a cobrar logica cuando ella no responde luego del instituto, y a casa vienen Sarah, Caleb y Derek. Ellos cuchichean en la sala, y finalmente irrumpo, desesperado.

-Por favor, necesito...saber donde está, si está bien. No puedo...dejar que le pase algo, que ella...por favor-repito, mirandolos a los tres, que tragan.

-Hoy se cumplen tres años-susurra Caleb, y ahí todo encaja.

-Y dos-añade Derek y parpadeo.

-Hace tres años que murió su madre, dos que trató...de suicidarse-explica Sarah y mi corazón se encoge-Está en el cementerio, no quiere...no nos deja acompañarla. Solo...va cayendo, unos días antes, en esa niebla. Pero unos días despues vuelve a salir-concluye y asiento-Ella...necesita un poco de espacio Ky, no le gusta que la veamos así.

-Entiendo-contesto, decidido a darle ese espacio. Mi decisión dura hasta que cae el sol. Despues subo a la moto y voy al cementerio, planeando solo mirarla de lejos, ver que ella esté bien y nada más, porque es peligroso estar ahí de noche. Llego y me adentro entre las lapidas, deteniendome cuando la veo a unos cuantos metros, sentada de lado frente a una tumba. Ella, como si me sintiera, voltea hacia mí luego de un momento. Como es obvio que ya me decubrió, y sigue mirando, me aproximo-Lo siento, no quería invadir tu espacio, solo quería revisar que estabas bien, porque...bueno, ya oscureció-apunto, acuclillandome a su lado.

-Mmm, si, siempre espero hasta la noche-contesta, alzando la vista al cielo, con esa voz tan desprovista de todo-Para ver a mi angel guardían, el que no me dejó escapar ese día-murmura y cierro mis ojos. Escapar, así lo veía ella, como escapar-A veces me pregunto cual será el de mamá, y si tal vez ya dejó de brillar. No creo, de todas formas. Lei que las estrellas mueren, muchas de las que vemos estan muertas, pero su luz aun viaja por el espacio. Como mamá, su luz, que sigue brillando en pequeños rincones, recuerdos, momentos-susurra y me siento a su lado, tomando una de sus manos tentativamente, y la encuentro helada.

Sistema de frenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora