Juguetona

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En el coche tengo que lidiar con Sarah haciendo un escandalo, primero regañandome por no bajar con mi móvil al bar, luego disculpándose medio histérica por no acompañarme, luego regañandome por no haber vuelto al bar en vez de doblar, luego lloriqueando por lo que le hicieron a mi (sus palabras) "precioso cuerpito", y así en un bucle hasta llegar al instituto. Ahí lidio con algo similar de mis amigos, y con medio instituto deteniéndose a ver si estoy bien o si necesito algo.

Para el cuarto cambio de hora estoy planteándome seriamente comenzar a decir que soy una boxeadora en secreto para no ver más miradas de angustia, y la sombra que veo sobre mi taquilla cuando estoy tomando los libros para la siguiente clase me hacen considerarlo a posta. Suspiro, cerrando, y me volteo a la persona de turno que venga a lloriquear angustiada por mi salud. Me doy de bruces con un pecho. Alzo la vista y me encuentro con los ojos fríos, celestes y pálidos de Derek.

-Hola-suelto agudo, y casi me encojo, porque fue peligrosamente similar al graznido de un pato o algo.

-¿Y quien te hizo esto?-inquiere, pasando su pulgar suavemente por el contorno de mi labio inferior, y me abstengo de temblar.

-Ni idea ¿Por? ¿Para matarlo?-bromeo, y vuelvo a sentir el impulso de encogerme por mi voz claramente afectada.

-Si-contesta y parpadeo, alzando mis cejas, mientras me mira impasible.

-Tio, baja la intensidad de tu rostro cuando hables de matar personas, te lo pido-suelto, y cierro mis ojos un segundo a mi voz, que pasó de aguda a muy gruesa. Abro y veo la comisura de su redonda boca alzada, lo que de alguna forma me relaja.

-Lo tendré en cuenta-contesta, y trago al sentirlo acariciar mi labio de nuevo. Desplaza su mirada hacia abajo y toma una de mis manos, para alzarla entre nosotros, examinando las vendas de mis nudillos, y veo cierta satisfacción en sus ojos cuando los mira-Nunca te detengas ¿mm? Pelea por ti-susurra y parpadeo, pero asiento-Cuidate-sigue, mientras toma mi mentón suavemente entre su índice y su pulgar, alzándolo para que lo enfrente-Las de los nudillos tardan bastante, trata de flexionar tus manos lo menos posible-indica y asiento mínimamente-Y cuida esta boca preciosa, es una pena lo que hicieron-concluye en voz baja, volviendo acariciar mi labio mientras deja un beso en mi frente. Se aleja y echa a caminar, mientras me quedo estancada, aferrando mi libro a mi pecho como un escudo.

-¡Te marcó, te marcó!-chilla Sarah a mi lado, y pasa su mano dramáticamente por mi frente. Y es un truco viejo, pero me hace reír y salir de mi transe-Bueno, ahora si damas y caballeros-declara y la miro, alzando mis cejas-Lo llevas jodido.

Cuando terminan las clases básicamente hacemos un desfile de coches hasta mi casa. Llenamos la cochera y el camino de entrada, y todos bajan con tantos bolsos y cosas que cualquiera diría que se están mudando. Abro la puerta y por poco no me derriban, invadiendo violentamente toda la casa, como hormigas bajo la lluvia.

-¡Jaz! ¡Dime que hiciste tortitas!-grita Caleb, corriendo al fondo de la casa por el pasillo derecho junto a la escalera, donde está el refugio de paz de Jaz.

-¡Tienes los juegos nuevos!-grita Will desde la sala, mientras veo algunas de las chicas correr arriba por las escaleras.

-¡Ven! ¡Hay un chico sexy en tu cocina!-chilla Blair desde allí y suspiro, yendo a rescatar al pobre chico de las hormonas adolescentes, y la encuentro a ella acosándolo en un taburete de la isla.

-Fuera, espacio personal Blair, ya lo hablamos-apunto, agitando mis manos entre ellos, y ella hace un mohín, pero se aleja para meter la cerveza en la nevera-Armate de paciencia-susurro, dejando un beso en la mejilla de Kyler, que se ríe y toma mi rostro con sus manos, examinando mi labio y cuello.

Sistema de frenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora