|Capítulo 8|

38 6 0
                                    

Ciudad de Magnolia.

Mavis tarareaba una canción mientras caminaba detrás de sus amigos que atravesaban el bosque para llegar a la ciudad. Realmente era divertido viajar en compañía, todo era una experiencia nueva y una aventura. Yuri, en cambio, no pensaba lo mismo, se encontraba harto de viajar.
_Cuando llegue al gremio lo primero que haré será darme un baño_dijo Yuri deleitándose al imaginar una bañera de agua caliente y con espumas. No soportaba el agua fría de los ríos. Los demás del gremio se burlaban sobre lo quisquilloso que era respecto a ese tema pero eso no le importaba. Se tomaba muy en serio su higiene personal.
_Yo me conformo con un colchón cálido y suave_Warrod padecía de insomnio y el entorno duro del paisaje no era muy grato a la hora de dormir.
Mavis admiró a Precht con curiosidad, quería saber que era lo que más anhelaba en esos instantes. El silencioso miembro del grupo ignoró la mirada fija de la pequeña hada hasta que ya no pudo más.
_Una jarra de cerveza_respondió renuente el cazador de tesoros y continuó caminando sin ver la reacción de Mavis. Esta sonrió contenta al ver que pudo sacarle una respuesta.
_Y yo quiero conocer a más personas_dijo después de unos segundos Mavis. Quería conocer, interactuar y entender a los humanos y demás especies.
El grupo con el que viajaba, del cual ya se sentía parte, la observó con asombro y perplejidad. Algunas veces tenían curiosidad sobre cómo funcionaba el cerebro de aquella chica. Debían cuidarla de las malas intenciones que tendrían algunas personas. Aquella hada se había ganado el corazón de ellos, incluyendo a Yuri aunque se negaría si le preguntarás.
_Que hermosas son las estrellas_susurró embobada Mavis observando el cielo nocturno. Las fulgurantes estrellas le atraían mucho, además le hacía recordar a su hogar.
_Paremos aquí. Mañana llegaremos a Magnolia sin falta_dijo Warrod dejando caer la mochila que llevaba a cuestas al suelo. Los demás siguieron su ejemplo y se sentaron alrededor del suelo.
_¿Por qué no enciendes una fogata con tu magia?_preguntó Yuri sin ganas de levantarse de allí. La noche caía y era necesario las llamas para iluminar el terreno que ahora ocupaban.
_Mi elemento es la luz, no fuego_contestó Mavis cruzándose de brazos.
_Pues mejor, haz una esfera de luz o algo_imperó Yuri intentando ocultar su emoción por ver magia de luz. Pensaban que las hadas y ese elemento era un mito pero serían capaces de presenciar semejante poder.
Mavis enfurruñada y diciendo en voz baja algunas aptitudes de Yuri para nada agradables creó dos esferas de luz para que flotaran e iluminaran todo a su alrededor. Los tres miraron asombrados esas dos esferas y después fijamente a Mavis.
_¿Qué?_cuestionó Mavis un poco borde, es que le ponía nerviosa cuando la miraban con tanta intensidad.
_Es que ahora si pareces un hada_contestó Yuri a su pregunta viéndole fascinado con ella. Eso comenzaba a incomodarle, no estaba acostumbrada a tan obvia muestra de atención.
_¿Qué parecía antes?_interrogó burlona y realmente curiosa por su opinión. De los tres era el más sincero, aunque todavía no sabía si eso era algo completamente bueno.
_Una niña insoportable con carácter insufrible_respondió el rubio sin dudarlo ni un segundo. Segundos después sintió dolor en su espalda y cabeza, sus amigos le habían golpeado en respectivos lugares. Con amigos así, para que necesitaba enemigos.
_Vaya, gracias por tal elogio_el sarcasmo y cínismo se hicieron presentes en su voz. Eso los sorprendió a los tres, ella nunca mostraba esas dos características. Esto era culpa de Yuri y su falta de tacto, se ganó dos golpes más por parte de Warrod y Precht.
_¡Oigan, ya basta!_se quejó Yuri frotándose el lugar afectado por los golpes.
"Se lo merecía por odioso" pensó para sí misma Mavis mientras sonreía contenta ahora por el merecido que le habían dado a Yuri. Sus pensamientos se desviaron a mañana, pronto conocería Magnolia y eso le llenaba de emoción. Una nueva aventura comenzaba.

                         •●🖤💛●•

_¿Qué mierda pasó aquí?_el enojo e ira se hicieron presentes en la voz de Yuri al contemplar semejante daño de la propiedad pública.
Las vitrinas y ventanas de los locales y casas estaban tapiadas. Las madres entraban presurosas a sus hijos con temor. Las calles estaban desoladas y descuidadas del trabajo honesto de los barrenderos.  Por no hablar del gremio, el esqueleto de un dragón azul lo bordeaba. Mavis sabía que algo andaba mal, el pésimo estado, el ánimo lúgubre de la ciudad y la actitud de los habitantes eran muestra de ello.
_¡Yuri!_alguien gritó el nombre de su amigo y al voltearse en esa dirección se maravilló del parecido que había entre ambos.
_¡Padre!_bramó Yuri aceptando el abrazo del mayor y devolviéndole la muestra de afecto. Fue algo hermoso de ver para ella, ya que nunca había tenido un padre o una figura paterna que la tratara de esa manera.
_Hay que alejarse de aquí, no es seguro_advirtió el padre de Yuri arrastrándolos a una pequeña panadería que se encontraba cerrada.
Una  pareja abrió la puerta para recibirlos y sin más preámbulos, entraron al interior. Mavis observó con obvio  interés las instalaciones y posó la vista en una pequeña niña de cabellos café que se ocultaba tras las faldas de su madre.
_Te agradezco mucho la ayuda Freddie_agradeció la copia mayor de Yuri al hombre que seguramente era el dueño de la panadería.
_Suki, vamos a la cocina_la mujer le sonrió a su hija de forma tranquilizadora y la tomó de la mano con intención de distraer a su pequeña.
La niña asintió un poco cohibida al ver a Mavis, no se llevaba bien con los extraños. Además una infante no debería escuchar las conversaciones de los adultos. Mary, así fue como el hombre presentó a su esposa, se marchó después de darle una bienvenida al grupo. Todos se quedaron en silencio aguardando que la pequeña estuviera lo suficiente lejos para entablar la conversación.
_¿Qué rayos sucede?_preguntó sin demoras Yuri intentando obtener información. El anciano hombre suspiró al ver el usual carácter directo de su hijo.
_El gremio Blue Skull nos atacó_al escuchar las palabras del maestro del gremio al que todos pertenecían lanzaron improperios. Mavis ya estaba acostumbrada al florido lenguaje que escuchaba, ya que Yuri se encargaba de recitar esas palabras en su presencia para molestarla. Al principio logró su cometido, pero después ella devolvió esos mismos ataques verbales. Solo de recordarlo, sus mejillas se tornaban rosas por la vergüenza, aún así no perdió contra ese cavernícola.
_Papá te dije que deberíamos llamar a los guardias reales_ese ataque no era nada nuevo. Sabían de las intenciones de ese gremio, querían el territorio de la ciudad. Después de todo en cada ciudad solo se podía establecer un gremio legal. El mayor pasó su mano por su rostro al escuchar las palabras de su hijo con frustración.
_Sabes bien, que el reino le da igual los gremios_reprendió de forma sutil a su hijo.
Las palabras de su progenitor hizo que se cruzara de brazos y apartara la mirada. No debió cuestionar o reprochar a su padre. Sin embargo la idea de que esos salvajes se hubieran  apropiado del gremio hizo hervir su sangre.
_Esto....
Mavis levantó la mano como si estuviera en la escuela, algo que era hilarante realmente. Nadie hizo un comentario fuera de lugar o dejó salir unas cuantas carcajadas por su acción. Todos intentaban buscar una solución al problema pero sabían que era algo imposible. La atención se dirigió a Mavis, curioso observó el mayor a la chica. Era la primera vez que veía a alguien con ese tono de rubio en sus cabellos y esas gafas negras le hacían resaltar mucho más.  También estaba el hecho de que parecía andar descalza por doquier.
_¿Quién eres tú?_preguntó interesado en aquella chica. Su hijo o sus amigos, no acostumbraban viajar con mujeres. Desconocía de donde venía, ya que reconocería a cualquier habitante en Magnolia.
_Soy Mavis Vermillion_habló mientras extendía su mano para hacer una presentación formal. Él la tomó y estrechó esa pequeña mano pero que portaba una  firmeza que muchos no tenían. Ahora se encontraba más intrigado.
_Zane Dreeyar, un gusto conocerla_respondió el mayor observándola con curiosidad. Alguien carraspeó, se trataba de su hijo que miraba incómodo la interacción.
Zane enarcó una ceja por eso mientras que Yuri ignoraba esa mirada de su padre. No quería que pensara que Mavis se trataba de su novia. Su padre últimamente lo molestaba de forma incansable sobre lo mucho que quería nietos. Mavis era increíble pero solamente la veía como una hermana menor a la que podía molestar todo el día, se divertía demasiado. Además sólo de imaginarse aquellas abominables criaturas que se decían llamar niños quiso vomitar. No, gracias. Estaba bien siendo soltero y sin ningún compromiso.
_Señor Dreeyar, sería mejor pensar en una estrategia para enfrentarse a esos maleantes_intervino esta vez Warrod, no necesitaba ahora la distracción de Mavis.
Zane sabía lo que trataba de hacer Warrod, aún así dejó a un lado a tan bella señorita para concentrarse en ese inmediato problema.
_Nuestro gremio está constituido principalmente por gente común. Nadie tiene el fuego de un dragón, el rugido de una bestia en su interior  o la magia de los privilegiados. Solo hombres con fuerza bruta_su poder ofensivo no alcanzaría para tomar devuelta lo que les pertenecía.
Unos golpes en la puerta interrumpió la charla, todos inmediatamente se pusieron en alerta. Freddie y su esposa, no esperaban visitas por lo que no sabían de quien se trataba y cuáles eran sus intenciones.
_¡Abran la puerta, es hora de que paguen impuestos!_gritó alguien desde el exterior. La rabia se extendió sobre ellos, estaban cobrando a los ciudadanos una suma de dinero como si se tratase de su derecho.
Freddie y su mujer los escondieron en una habitación pero Mavis no pudo esconderse allí ya que el espacio era muy reducido por lo que se escondió debajo del mostrador de la parte delantera de la panadería.
_Ya se habían tardado_habló aquel hombre con voz nasal. Mavis escuchaba con claro interés  la conversación ya que solamente la separaba una delgada pared.
_Lo siento mucho, dígale a su jefe que ya pagamos la cuota de este mes_respondió temeroso Freddie mientras se colocaba frente a su mujer y esta a su vez escondía a su hija.
Mavis sabía que se estaba arriesgando pero eso no la detuvo de mirar fuera a aquel señor. Era una persona con una naturaleza curiosa y quería saber quien era para poder darle una detallada descripción a los chicos. Mavis al verlo le recorrió con la mirada. Notó que era una persona desagradable, las hadas podían sentir las auras de todo ser vivo y aquel ser desprendía maldad y ambición. Como si se tratase de una representación de su alma, su cuerpo estaba construido de forma robusta pero baja. Su cabeza estaba rapada y se podía observar en un costado la cicatriz en forma de cruz. Mavis intuyó que él mismo fue el creador de semejante brutalidad. Ni hablar de sus dientes amarillos por dejarse consumir por los vicios. Sus labios estaban agrietados y sus uñas amarillas, más señales de sus adicciones. Sus ojos estaban llenos de malicias y cargados de morbosidad. Aquel ser no tenía la posibilidad de redimirse porque este no deseaba cambiar su actitud.  Mavis veía todo lo bueno en las personas primeramente pero eso no quería decir que fuera ciega a sus defectos. Sin embargo lo que confirmó el carácter vil de aquel hombre fue el símbolo en su chaqueta de cuero café, un dibujo que le seguiría por toda la vida.
Un patrón en azul, y ella solo conocía a uno con ese símbolo, aquel que destruyó Tenroujima.

~Caricia de Muerte~ Zeref y Mavis. [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora