|Capítulo 29|

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Estaba muy jodida, ella lo sabía. Mavis paseaba de un lado a otro en su habitación mientras mordía su labio. No debió actuar así, de esa forma tan impulsiva. Por supuesto, no se arrepentía de enfrentarse a Tsukasa. La razón de sus nervios fue porque prometió la visita al pueblo de Zeref a Yuri. Además de mentirle sobre que estaban comprometidos descaradamente.
_Estás loca, Mavis_dijo mientras se lanzaba sobre el colchón suspirando.
No solo era un riesgo para Zeref presentarse en el pueblo sino para todos los habitantes. Confiaba en su novio, no en su maldición. Estaría comprometiendo la seguridad de todos por un berrinche.
_¿Cómo demonios solucionaré esto?_se lanzó sobre el colchón y colocó la almohada sobre su cara mientras gritaba. Eso la hizo sentir mucho mejor aunque los transeúntes que pasaban por allí miraron hacia su habitación con curiosidad.
Unos rasguños en el cristal de la ventana le distrajeron de sus pensamientos. Al sentarse sobre la cama miró en dirección hacia la ventana. Allí estaba su pequeña amiga ardilla a la cual siempre alimentaba en las noches. Se había vuelto un hábito para ella que todas las noches apareciera ese animalillo en el alféizar.
_Otra vez tú_la presencia de su pequeña amiga consiguió que en su rostro creciera una sonrisa.
Ella se levantó de la cama y se dirigió hacia la mesa de noche, allí colocaba las galletas y nueces de su invitada nocturna. Al tenerlas en su mano caminó hasta la ventana y la abrió. Mavis extendió su mano hacia la ardilla y ésta comenzó a comer rápidamente.
La hada suspiraba en silencio distrayéndose nuevamente en sus pensamientos sobre la situación en la que se había metido.
El animalillo dejó de comer su última nuez para observarla interrogante. Reconocía que aquella proveedora de alimentos no estaba con su usual brillo. No emitía esa aura tan vibrante que la atrajo en primer lugar.
_¿Te preocupas por mi?_preguntó Mavis al notar la mirada fija de la ardilla sobre ella. Por supuesto, el pequeño animal no respondió.
La rubia sonrió de forma apagada y acarició su cabeza sumergiéndose nuevamente en sus pensamientos. Al comprender que su proveedora de alimentos no hablaría más se concentró nuevamente en su nuez.
_¡Cierto!_exclamó ella sorprendiendo a la ardilla. Se había tragado de golpe la nuez, casi se había ahogado.
Mavis sin ser consciente de que por su culpa casi muere el animalillo la levantó en el aire en sus manos.
_Solo necesito el consejo de Zeref_la hada recuperó su sonrisa cegadora y su jovial carácter de un golpe.
_Tú me ayudarás_la ardilla solo la miró con curiosidad sin saber a qué se refería. Sin embargo sabía que esa sonrisa pícara en los labios de la hada prometía problemas.

                         •●🖤💛●•

Nunca volvería con esa loca, esa proveedora de alimentos que era la guardiana del bosque. Nunca pensó que sería cierto lo que comentaban los demás animales del bosque. Una hada, la protectora del bosque y de sus habitantes estaba procreando con el oscuro. Era un ser poderoso que asesinaba todo a su paso, era Zeref Dragneel. Sin embargo la prueba estaba delante de sus ojos, o mejor dicho la llevaba él envuelta en su cuello. La hada le había pedido entregarle un mensaje al oscuro. Solo de pensarlo, su cuerpo se estremeció. Aún así debía entregar la carta. La hada era una magnífica proveedora de alimentos. Es por ello que se dirigía velozmente hacia la cabaña ubicada en lo más profundo del bosque.

                          •●🖤💛●•

Zeref se estaba dando un largo baño en su bañera para después irse a dormir. Era triste, pero lo único disfrutaba realmente era la compañía de Mavis. Las banalidades y todo lo demás le era poco atractivo e indiferente. Es por ello que se sentía muy tentado de asesinar a ese tal Yuri. Interrumpió una velada, bueno otra, que sería inolvidable junto a su hada. Ahora estaba tomando un baño de agua caliente para relajarse y no aparecer en la casa del rubio para matarle. Sus ojos brillaron en rojo al sentir como resurgía su enojo.
_Pensamientos inofensivos, Zeref. No puedes matar al mejor amigo de tu novia_aunque se sentía muy tentado de hacerlo.
_¿Y si lo hago parecer un accidente? Podría funcionar_lo estaba considerando muy seriamente hasta que recordó lo inteligente que era su pequeña hada. Lo descubriría en un segundo y lloraría. No podía permitir eso. El asesinato de Yuri Dreeyar se descartó de sus planes.
Zeref salió de la bañera y se dirigió a su habitación goteando, ya su muñeco se encargaría de limpiar el desastre. Al llegar allí tomó una toalla grande y comenzó a secarse. Le resultaba bastante cómodo pasearse desnudo en el interior de su casa. Cuando se dirigió a la cocina para tomar un poco de agua se encontró con la presencia de un invitado inesperado.
_¿Qué tenemos aquí?_dijo sorprendido al ver sobre la mesa una ardilla. Ardilla que temblaba ante su presencia aterrorizada. Ningún animal se acercaba siquiera dos metros a su cabaña.
Zeref notó que alrededor de su cuello había una cinta y que llevaba un papel en ella. Una sonrisa creció en su rostro al comprender de quien era. Estaba de buen humor. Se acercó a la mesa y agarró al animalillo que parecía hacer sufrido un infarto.
_Tranquilo, no te mataré_lejos de tranquilizarle su sonrisa conciliadora lo asustó aún más. La ardilla perdió el conocimiento de lo asustado que estaba. Zeref suspiró al ver la reacción del pobre animal.
Lo sostuvo suavemente y deshizo la cinta rosa envuelta. El papel cayó al suelo. El mago oscuro dejó a la ardilla desmayada en un cojín rojo para que durmiera bien.
"Zeref;
Es un asunto urgente. Metí la pata en la cena con Yuri y Tsukasa. Necesito que me ayudes.
                                                                                        Atentamente, Mavis"

~Caricia de Muerte~ Zeref y Mavis. [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora